
Las aventuras de Lupita capitulo 21
Lupe conoce al Padrastro de su novio
En la tarde llego apresuradamente a su casa, en una hora más se iba a juntar con Rodrigo su novio, tenía tantas ganas de estar en sus brazos, de hablar con él y así tantas cosas más. Se ducho rápidamente y se cambió la ropa escolar.
Lupita iba vestida con una ajustada blusa color celeste y con mini falda blanca, las sandalias con tacón la hacían ver aún más alta de lo que era, con sus casi 19 años se veía una mujer imponente, solo su carita angelical e inocente desentonaba con el pedazo de hembra que era para los ojos de cualquiera.
Los jóvenes conversaron por largos minutos sentados en el parque, Lupe mantenía su cabeza apoyada en el hombro de su novio, se sentía feliz de estar con Rodrigo, el joven la desconectaba de todo lo malo que le estaba ocurriendo con esa tropa de viejos cochinos y calientes que la vivían molestando, en su lista estaban: el dueño del conventillo don Lucas, el gordo Anselmo, el Jorobado Juan, el maestro Tulio, don Pedro, el comisario Sinforoso, el Verdulero de la esquina y así tantos otros. Hasta que Rodrigo la saco de sus pensamientos.
-Amor mi madre me pidió que te llevara a la casa esta tarde, le he hablado mucho de ti y te quiere conocer…--Pero Rodrigo, y que pasara si no soy de su gusto, seguro que ella quiere otro tipo de chica para ti…me da vergüenza ir a tu casa…
--Tu eres perfecta Lupita, yo sé que le caerás muy bien…
La señora María madre de Rodrigo estaba encantada con la novia de su hijo, era una nena de muy buenos modales, y muy bonita por cierto, --Ves? Te dije que le ibas a caer bien, le decía Rodrigo a Lupe, mientras su madre les preparaba algo de comer antes de que su hijo la fuera dejar a su casa…
En eso estaban cuando se abrió la puerta de la calle, venia llegando el padrastro de Rodrigo, se trataba de Don Severiano un hombre de unos 57 años , de mediana estatura, unos tupidos bigotes y barba blanca que lo hacían ver anciano, y un cabello entrecano que solo le cubría los laterales de su cráneo siempre presumiendo de sus raíces italianas, era un viejo pocas pulgas tirando para ogro, casi parecía un toro.
--Pero que tenemos aquí?, dijo don Severiano cuando vio que su hijastro se disponía a marcharse con su novia…
--Permiso señor, contesto Rodrigo intentando dirigirse a la puerta con Lupita tomada de la mano, el viejo se interpuso…--Y quien es esta encantadora muchachita que llevas tomada de la mano…no me vas a decir que anda perdida y tú te la encontraste?, jajaja!!
--Es mi novia…
--Jajaja…escuchaste María?, le grito a su mujer que en esos momentos ponía los cubiertos en la mesa silenciosamente, --El niño de la casa ya creció… ahora tiene novia!! Jajajaja!!!
El viejo se quedó boquiabierto y cuando por fin pudo ver a la tremenda hembra que su hijastro había llevado a la casa, aquella de las que muchas veces el muchacho había comentado pero que él no le creía, (pero que pedazo de hembra, este mocoso inútil no se merece este manjar tan sabroso), se decía en sus pensamientos el viejo zorro contemplando de pies a cabeza y comiéndosela con su odiosa mirada a la hermosa colegiala a la vez que sentía como se le paraba la verga.
--Buenas tardes señor…mi nombre es Lupe, le dijo la muchacha estirándole su blanca manita,
--Aprende pedazo de idiota… esos sí que son buenos modales, le dijo don Severiano a su hijastro a la vez que tomaba la suave mano de Lupita y disimuladamente se la llevo para rosarla contra su paquete en el mismo momento en que le estampaba un beso en la cara, y casi muy cerca de sus labios, la colegiala debido a la tensión del momento no se percató de nada, solo sintió los puntiagudos bigotes que le pincharon la cara.
El viejo Severiano mientras seguía obstaculizando la puerta de salida se dio a estudiar a la suculenta hembra que su hijastro tenía por novia, le calculaba por lo menos 1.70 mts de altura, ojos verdes, de tetas normales y paraditas, unas torneadas piernotas y muslos de ensueño, y para colmo un antojable culazo bien parado y redondito, esa mocosa era un verdadero monumento de mujer se decía para sus adentros.
Estaría demás describir como este viejo caliente y sin vergüenza obligo a Rodrigo y a Lupita a quedarse a cenar, situación que el vejete aprovecho para estudiarla a su regalado antojo, pensaba que era mucha carne y mucha mujer para el maricon que tenía por hijastro, aquella hembra se merecía follar con un verdadero macho caliente, y el sentenciaba que el mejor candidato para ello era el mismo, pero tendría que ser cuidadoso para lograr su objetivo, pero que se la culiaba si o si, pensaba mientras no dejaba de comérsela con la mirada.
Una vez que terminaron la cena y mientras la pareja se despedía, el semental italiano (según él) se prometió que de alguna forma se las arreglaría para poder cogerse a la bella colegiala.
Lupe y como ya se dijo anteriormente sin darse cuenta en este corto tiempo se había ido acostumbrando a ver a don Severiano, ya que eran seguidas las oportunidades en que su novio la invitaba a compartir a su casa, y claro desde que el caliente padrastro había conocido a la atractiva novia de su hijo se las arreglaba para estar todo el tiempo posible en casa, además el viejo en los bares que frecuentaba se había enterado de las revolcadas que la colegiala había estado dándose en manos de viejos tan horribles y depravados como el mismo, por lo tanto que con lo que el sabia de Lupe presentía que tal vez no le sería tan difícil acostarse con ella, pero opto por el camino más difícil, intentaría seducirla bajo cualquier costo, esto lo calentaban y enardecían hasta la insania.
Ni que decir de cuando don Severiano a vista y paciencia de la señora María y de Rodrigo se daba a alabarla de lo tan linda y señorita que él la encontraba, o que si él hubiese estado más joven seria el muchacho más feliz de la tierra si se hubiese encontrado una chavita tan tierna y candorosa como lo era ella, cosas que le decía con su mirada enrojecida por la calentura y puesta fijamente en su vagina o en sus senos, situación que hacían que el pobre Rodrigo casi enloqueciera de los celos con la impotencia de no poder decirle nada ya que él y su madre dependían económicamente de don Severiano.
Lupe se daba cuenta de todo esto, pero tampoco se atrevía a armarle un escándalo o ponerlo en su lugar ya que sabía que luego los platos rotos los terminarían pagando la pobre señora y también su novio, la cosa fue que a medida que pasaba el tiempo la tierna chiquilla ya se estaba comenzando a acostumbrar a las salidas palabras halagadoras que le hacía don Severiano lo que se combinaba con la sequía de verga en que la había dejado don Pedro a tal punto que ya no podía negarse para ella misma que hasta a veces le gustaba que un viejo tan odioso y machista como el primero se las dijera, pero este otro sin la necesidad de tratarla de puta como lo hacía don Pedro.
Don Severiano por su parte medía muy bien el terreno el cual estaba pisando, si bien sabia las cogidas que la colegiala se había dado con viejos conocidos del pueblo, y así poder chantajear a la novia de su hijastro, este quería que el día en que se la cogiera fuera por las buenas y con pleno consentimiento de ella, en otras palabras lo que deseaba el libidinoso vejestorio era quitarle limpiamente la novia a su hijastro, y si realmente lo lograba estaba dispuesto hasta en despacharlos de su casa, a Rodrigo y a la señora María con tal de el quedarse viviendo como marido y mujer con tan tremendo y jovial pedazo de hembra, ya eran innumerables las pajas que se había hecho imaginando como se la follaban y ella en forma muy consentida dejándose hacer, ese era el comentario de los parroquianos en los bares del pueblo.
Fue un día sábado de ese mismo mes en que don Severiano celebraba su cumpleaños número 58, este se paseaba como bestia enjaulada a pesar de estar en un ambiente muy festivo entre medio de casi toda su parentela con amigos incluidos, Desde hace rato que ya habían comenzado a llegar los invitados, las rancheras y cumbias ya desde hace rato que alegraban el ambiente, pero el vejete solo pensaba en que el muy imbécil de su hijastro hacían más de dos horas que se había ido en busca de Lupita y aun no se la traía, en esas condiciones el caliente viejo no se podía relajar ni disfrutar de su día.
Hasta que por fin los antipáticos ojos de don Severiano pudieron ver lo que con tantas ansias estaba esperando, la puerta se abrió y como obra de magia hacia ingreso a sus aposentos la joven hembra que lo tenía enloquecido de una insana y animalesca calentura, la vio que venía entre avergonzada y risueña tomada de la mano de su hijastro.
Lo que don Severiano, familiares varones y amigos de este vieron en el momento de la irrupción de la chica casi cayeron en un aletargado estado de calentona admiración por lo que en esos momentos veían, la tremenda hembra que acababa de entrar por el umbral de la puerta era un verdadero monumento esculpido en honor a la femineidad, esa joven y hermosa deidad hecha mujer se presentaba ante ellos con un vestido negro de una sola pieza algo ajustado en la parte de su cintura lo que remarcaba en forma deleitosa las líneas de sus caderas, la parte de debajo de la soberbia vestimenta que traía puesta atrayente nena era más holgado, el vestido que lucía le llegaba hasta un poco más arriba de sus exquisitos y apetitosos muslos, los viejos estaban que se morían pues vieron que aquella curvilínea jovencita poseía una cara bellísima: mitad hembra y mitad pendeja, con unos ojos verdes intensos y preciosos, de piel trigueña, su alisado cabello largo y oscuro lo traía peinado hacia un lado de su carita, con unas nalgotas prominentes y bien paradas que estaban para excitar a una ciudad entera estimaban con ojos lujuriosos, con unas chichotas de no tan grandes pero deliciosas que se notaban sedosas y duras, todo está conjunción de exquisitos atributos físicos y femeninos declaraban que aquella mujercita se gastaba un cuerpazo mejor dotado que cualquier modelo de esas que aparecen en la TV, sus tersas piernas y relucientes muslos parecían estar dibujados a mano alzada por lo muy bien formados que se le notaban, en fin la colegiala estaba de por si más que buenísima era lo que al unísono pensaban la jauría de machos que embobados la recorrían y se la comían con la mirada.
Don Severiano que el alma y el corazón ya se le salían por la boca de lo caliente que se puso con semejante visión rápidamente tomo una bandeja con vasos servidos y se dirigió hacia donde los recién llegados, estratégicamente le paso la fuente con vasos a su hijastro para notificarle,
--Hazte cargo de esto pendejo… le sirves a mis invitados todo lo que les haga falta y luego le ayudas a tu madre en todo lo que necesite, yo me encargare de presentarles tu novia a la familia, jajaja… Y sin esperar respuesta por parte del joven simplemente puso una de sus peludas manos en la cintura de Lupita para llevársela y hacer las presentaciones, sobre todo con sus amigos. El jovato estaba muy a gusto en que todos conozcan a la hermosa colegiala, lo hacía como si fuera el, el afortunado galán que había conquistado tremenda belleza.
Así se iban desarrollando los acontecimientos y la fuerte música invitaba a todos los comensales a pegarse una bailadita, la festiva actitud de don Severiano estaba dando sus frutos ya que con esto la inocente jovencita ya no lo veía tan antipático, su futuro suegro estaba siendo muy atento con ella y por cada vaso con trago que se bebía el astuto vejete no perdía el tiempo en reponérselo, situación que a la mareada muchachita le hacían sentir bien, lo que si le incomodaba en esos momentos era estar ella pasándolo tan bien y su pobre novio casi no tenía tiempo para disfrutar de la fiesta, en eso su suegro aprovecho para continuar acortando trechos entre él y ella,
--Señorita Lupe… sería tan amable de bailar conmigo?, le consultaba el aprovechador vejete a la vez que sin disimulo alguno la recorría de pies a cabeza…
--Es que no sé si sea correcto don Seve…, además que aparte de Rodrigo por ahí está su esposa, qué pensaría ella de mí?… se podría enojar si nos viera bailando…
--Ella no dirá nada… en esta casa mando yo!, decía el vejete que la calentura ya se le salía por los ojos al notar que la colegiala en cualquier momento le concedería un baile delante de todos sus familiares y amigos, que desde hace rato habían notado que el viejo no se separaba por nada del mundo ni un centímetro de la novia de su hijastro, --Te lo repito dulzura en esta casa se hace todo lo que yo digo, además que ya somos casi familia, jajajaja, le volvía a repetir el exaltado vejestorio intentando mantener la calma para no asustar a la joven.
--Está bien… bailemos, pero solo un ratito…
Don Severiano quien no daba más de gozo se zampo de un solo trago su vaso, y agarro a la joven por la cintura para sacarla a la terraza en donde estaba la improvisada pista de baile en la cual ya había varias parejas bailando animadamente.
En el trayecto en que se desplazaban a bailar el vejete le hizo señas al hombre que estaba a cargo de la música, y abruptamente la seguidilla de cumbias cambio a una tanda de baladas romanticas para comenzar con la canción “Si nos dejan” de Alejandro Fernández, y luego por otras del mismo estilo pero ahora de Marco Antonio Solís.
Ya en la pista de baile el viejo la tomo firmemente por su esbelta cintura para atracarla hacia su cuerpo, la nerviosa chiquilla mientras sentía por primera vez el cuerpo de don Severiano tan cerca de ella miraba en todas direcciones intentando ver donde estaba Rodrigo, Lupita con don Severiano bailaban muy pegados uno al otro y no precisamente porque la nena asi lo quisiera, sino que el caliente viejo la tenía agarrada con fuerzas, sus sudorosas manazas se las tenía puesta justo en el límite de sus caderas y donde comienzan las nalgas, el viejo ya estaba verde por bajarlas y tantear el mismo esas grandiosas nalgotas que por vez primera estaban casi a su entera disposición.
La nena en la semi oscuridad de la terraza y amparados por las otras parejas que bailaban y que tal vez los protegían de las miradas de Rodrigo y la señora María, sentía la tupida barba sin afeitar de don Severiano como le pinchaban las suavidades de sus mejillas, sus temblorosas manitas las tenía puestas en los hombros de su peculiar compañero de baile, mientras este mismo ya comenzaba disimulada y despaciosamente a sentir y sobar esas duras carnes que sus manos estaban palpando, las subía y bajaba sintiendo centímetro a centímetro desde sus caderas hasta su cintura y viceversa, y lo que más lo ponía caliente era saber que a quien tocaba era la misma novia de su hijo, esa hembra dulce y jovial que lo había cautivado desde el primer día que la vio en su casa, aun no se convencía que era la misma que según contaban las historias le gustaba coger con viejos. Don Severiano quiso medir sus avances,
--Que bien bailas princesa… seguro que ya te lo han dicho antes, el viejo sintiendo que su herramienta ya estaba dura como un fierro incandescente le hablaba casi comiéndose uno de sus perfumados oídos, lo que hiso que Lupe sintiera muy a su pesar un exquisito escalofrío La colegiala quien se encontraba en forma apenada y casi disfrutando de las delicias de aquel rico escalofrió no le contesto nada, el viejo por su lado creyendo haber escuchado un leve suspiro desde los labios de su encantadora compañera de baile la atrajo más hacia su cuerpo tubo el cuidado de poner la altura de su verga justo en la parte media de la chamaca, quería que ella se la sintiera como la tenia de dura y parada para ver cuál era su reacción.
La joven sintió la dura punta de la herramienta de su suegro puesta en forma impecable justo en la curvatura de su pelvis, imagino que si no tuviera su vestido y ropa interior puesta como el viejo sus pantalones, la tendrían nuevamente lista para penetrarla, asustada miro a su alrededor pero vio que las demás parejas bailaban despreocupados de la forma en que ella estaba atracada corporalmente con el cumpleañero de la fiesta, y pensando en Rodrigo quiso poner término a ese atrevido bailoteo en el que la tenía don Severiano,
--Ay don Seve… creo que ya deberíamos parar de bailar en cualquier momento servirán la cena…
La nena a pesar de sentirse apenada de que su odioso suegro la estuviera punteando en plena fiesta y cerca de Rodrigo mientras bailaban no pudo evitar sentirse halagada por las palabras de su suegro, en su mente ya predominaba la imagen de don Pedro mostrándole su verga bien parada y brillosa, aun nerviosa y sin saber muy bien que decir siguió con la conversación…
--Don Seve… le quedare debiendo su regalo de cumple… Rodrigo me aviso tarde y no tuve tiempo de traerle un presente… más adelante le traeré algo, le decía la nena al oído del viejo, la fuerte música hacia que la pareja buscaran los oídos del otro para poder hablar.
“--Que tal si me regalas tu zorra pendeja endemoniada… ese es el mejor regalo que me podrías hacer puta calienta vergas…”, pensaba el vejete para sus adentros después de haber escuchado las dulce palabras de la novia de su hijastro, situación que lo alentó a seguir con su treta,
--Sabes Lupecita?... eres una nenita muy linda, tú me gustas mucho… jejeje… así que no te preocupes por no haberme traído un presente, ya habrá tiempo para que me des un regalito, jejejeje,
--Mira qué tal si nos vamos un ratito al fondo del patio… ahí hay una parte oscurita…? solo para que conversemos antes de la cena, no es justo que yo te esté diciendo estas cosas y tu novio y mi mujer nos vean…
--Ay no lo creo don Seve… eso no estaría bien… pero si tiene algo más que decirme me lo puede decir aquí mismo…
--Vamos hacia el fondo preciosa… ahí en esa parte que se ve oscurita… solo será un ratito… te diré unas cositas que quiero que sepas y nos venimos a cenar, jejejeje…
La chiquilla quien ya se lo estaba pensando de verdad en arrancarse con el viejo por algunos minutos hacia esa parte oscura que había al fondo de la casa del vejete ya le estaba comenzando a gustar la idea, pero aun ponía resistencia,
--Ellos no tienen que porque darse cuenta, además que no haremos nada malo… escúchame cosita rica, ahora nos separaremos… tu disimuladamente te alejaras a ese sector y me esperaras ahí mientras yo voy a buscar unos tragos y mis cigarrillos para que hablamos un rato, te aseguro que nadie lo notara…Lupita viendo que cada cual en aquella fiesta estaba en lo suyo simplemente y mordiéndose inconscientemente su sensual labio inferior camino hacia el fondo de la estancia sin ser vista por nadie hasta que su silueta se perdió en la oscuridad.

Don Severiano luego de cruzar la pista de baile y poniendo especial cuidado en que nadie pusiera atención hacia donde él iba, disimuladamente y en forma facinerosa se escabullo hacia las sombras traseras de su patio en donde lo esperaba la inocente novia de su hijastro, una vez que ya estuvo casi llegando al lugar oscuro miro con risa de maleante para corroborar de que no era observado por nadie hasta que también su deforme y tosca figura se desvaneció en la penumbra.
--Y que es eso de lo que me quería hablar?…, le pregunto Lupita a la misma vez que ponía en sus labios el singular brebaje que le había preparado, don Severiano miraba con su corazón latiéndole a cien por hora --De qué cosa?, le consultaba la jovencita poniéndole una cara picara mientras seguía bebiendo de su exquisito trago,
El viejo notando que Lupita ya se había vaciado el vaso con licor, simplemente se abalanzo sobre ella y la tomo desprevenidamente desde su cintura arrimándola con fuerzas hacia su grotesca contextura, haciendo que la chica dejara caer el vaso ya vacío,
--Como ya te lo dije antes pendeja… la purita verdad es que desde que te vi por primera vez que te he deseado, le decía el vejete con cara de pervertido y mirándola a sus labios mientras le hablaba.
Lupe quien fue tomada por sorpresa no tuvo tiempo de ponerse a salvo solo en segundos se vio tomada por don Severiano quien ya le apretujaba contra su ancho pecho y con sus manos puestas en sus ancas y muy cerca de las carnes que daban el nacimiento a su loable trasero, el viejo ya creía sentir los elásticos de su fina ropa interior por debajo de la tela del vestido,
--Nooo don Severiano… que hace!? Nos pueden ver…!!
El viejo en el acto se dio cuenta que a la chica le preocupaba más que no los vieran a que el la estuviera manoseando a su antojo al fondo de su patio,
--No te preocupes pendeja… aquí nadie nos vera, jejejeje además que si viene alguien solo le decimos que te sentías malita y que vinimos por un poco de aire, jejejeje…
El viejo nuevamente se esforzaba por hacerle sentir su verga mientras le decía, --Estuve pensando ricura… en eso del regalo que me decías, jejejeje…
--Y qué tal si me regalas un besito en la boca… así quedamos saldados y no me debes nada, el viejo le decía todo aquello buscando sus rosados y brillosos labios, la ahora si asustada jovencita lo esquivaba como podía, sus bigotes italianos ya le raspaban la cara, y ya sentía la verga del viejo ahora más dura de como se la había sentido mientras bailaban
El viejo por su parte se sentía en la gloria al sentir ese majestuoso cuerpo comprimirse contra el de él, muy a su pesar notaba que la jovencita se le estaba resistiendo y si se ponía a gritar llamaría la atención de sus invitados por lo que intento calmarla de alguna forma,
--No te preocupes princesa si no quieres darme un beso no importa, pero solo déjame tenerte abrazada un ratito… es mi única oportunidad de estar así con una nenita tan bonita como tú, el viejo lo decía con voz de si como realmente estuviera sufriendo, --Solo un ratito más mi bebita… tu cuerpo es muy rico, anda dale en el gusto a este pobre viejo aunque solo sea en el día de su cumpleaños… no seas malita…
--Bueno… pero que sea solo un rato y solo porque esta de cum… ple… años… lue… go nos va… mos a donde están sus in… vi…tados…, le decía la nenita en forma entrecortada y con sus manitas apoyadas entre el duro pecho y los hombros de su acosador
La colegiala con sus ojos entre cerrados intentaba mirar hacia de dónde venían los sones, en eso fue que sintió que una mano del vejete iba bajando disimuladamente casi rosándole una nalga, ella a pesar de sentirlo y ya saber que era lo que el vejete quería tocar no le dijo nada, pensaba que ya casi daba lo mismo, ese hecho no iba a mejorar o empeorar su situación, luego de unos minutos de aquella extraña circunstancia que estaba viviendo ya sentía otros disimulados roces de tanteo en sus promontorios de carne trasera, para luego determinar que estos roces ya no eran de tanteo, sencillamente don Severiano la tenía bien agarrada del culo y sobándoselo con ella escuchando la romántica canción de M. A. Solís.
Lupita solo se mantenía abrazada al vejete y dejándose que el tocara todo lo que quisiera, el alcohol en su mente le decía que tal vez este era el regalo de cumpleaños que ella le daba al viejo, y sumado a que por cada apretón que le pegaba el vejete con su verga iba sintiendo que paulatinamente su vagina se comenzaba a derretir en un mar de líquidos calientitos, en esos momentos don Severiano ya le apretaba las nalgas a manos llenas saciando y llenando su tacto con las carnes de la colegiala quien ya sentía como un dedo del viejo buscaba su orificio posterior para dedearlo.
Aquello a la nena ya le estaba gustando mucho, su panocha ya estaba muy mojada, a la vez que sentía que el viejo ya empezaba a respirar pesadamente, y en el momento en que don Severiano tímidamente ponía su dedo medio a la entrada de su ojete, ella sin saber los motivos e intentando que el viejo no lo notara le paro más el culo buscando el contacto de ese dedo con la entrada de su ano por sobre el vestido por supuesto.
La mano del vejete lentamente rodeó su cadera y pasó hacia delante de su cintura girándola y apegándose a ella. Lupita ahora sentía su dura verga apretársele con bravura contra la parte media de sus nalgas, su corazón le empezó a latir con fuerza, sus pequeñitos pezones se le endurecieron como piedras.
Al minuto don Severiano ya restregaba su verga como si verdaderamente se la estuviera culiando al mismo tiempo que con su mano acariciaba su vagina por sobre el vestido, Lupe sentía el exquisito sabor de lo prohibido con sus ojos cerrados, este le llamaba cada vez más y estaba sintiendo muy rico, notaba como su casi suegro movía su manaza en su tajito como si la estuviera masturbando, y era eso lo que precisamente estaba haciendo el detestable vejestorio, para la caliente chiquilla ya todo lo que le estaban haciendo le sabia a delicioso, cuando las manos de don Severiano comenzaron a bajar hasta sus muslos para luego ir subiéndole el vestido la nena no entendía por qué pero por ahora lo dejaba que el viejo se saliera con la suya, hasta ella misma se preguntaba cómo era eso que no oponía resistencia?, el viejo ya tanteaba y recorría la piel de su vientre al desnudo.
Ella solo se estremecía sin saber qué hacer ni que decir, el pesado olor a tabaco y alcohol que don Severiano expelía le llenaban sus pulmones y a ella le encantaba, sabía que en aquel rincón de la casa nadie los veía, ahora sintió como una mano del viejo se metía por entre su negra ropa interior de encaje para comenzar a acariciarle sus escasos y suaves pendejitos negros y brillosos para enseguida seguir bajando uno de sus dedos y dibujarle con uno de estos su tajito de carne que ya estaba totalmente encharcado, la nena ya sin casi medir las consecuencias comenzó a menearle el culo contra la dura verga que el viejo escondía en sus pantalones.
--Noooo don Seveee…rianoooo… no me to…queeeee…, le pedía Lupita al vejete en forma entre cortada y con sus ojitos cerrados con una de sus manitas puestas por sobre la peluda mano del viejo que le sobaba su vagina, sin embargo, ella también meneaba sus caderas hacia atrás buscando que aquella dureza hiciera contacto con las partes más sensibles de su trasero…
--Quítate los calzones pendeja… ya que veo que no te atreves a ir a revolcarte conmigo… quiero que me los des como regalo de cumpleaños, jejejeje…--Di que me los regalas por mi cumpleaños número 58, jejejeje…
--Don Severiano… tome… se los regalo por su cumpleaños número 58…, le respondió la tierna colegiala ofreciéndoselos, el vejete encantado se los recibió y una vez de aspirarlos casi hasta la asfixia a un lado de los ojitos verdes de Lupe se los guardo en el bolsillo interior de su chaqueta como si estos fuesen un verdadero trofeo, para luego comenzar nuevamente a besarla en el cuello, el viejo al notar como la bebota casi se retorcía de quien sabe que cosa lentamente la fue girando hasta quedar de frente a ella, ya sin nada más que esperar simplemente junto su hedionda boca con la fresca boquita de ella, Lupita lo recibió dándole muestras que desde hace rato ella también lo deseaba, y se lo demostró subiendo uno de sus muslos hasta la cadera del viejo y con su pierna alzada empujarlo por detrás haciendo que la compresión de cuerpos fuese más completa, don Severiano aprovecho para sobar a sus anchas esa curva del muslo levantado que daba paso a toda la curva de la suave nalga de la joven, una vez que se sacio de manosear aquella singular parte de su cuerpo en la forma más natural del mundo le tomo su manita y se la llevó al paquete, en donde la chiquilla por fin pudo tantear ella misma esa caliente vergota que desde hace rato le espoloneaba el culo intentando traspasarla con ropa y todo.
La colegiala mientras aún estaba siendo besada por cada segundo que pasaba más se entregaba a esa enloquecedora relación con su suegro, con su manita y por sobre la ropa recorría y palpaba esa nueva vergota que don Severiano le estaba enseñando que no tenía nada que ver con el convencional pene que a Rodrigo le había sentido solo hace algunos días, se notaba que el viejo no era su padre biológico dilucidaba la colegiala al notar que ni siquiera a mano llena alcanzaba a circundarla, y cuando la recorría con la palma de su mano esta era interminable, don Seve notando lo entusiasmada que estaba la pendeja simplemente le ordeno,
--Sácamela putaaa… quiero que te arrodilles como la zorra que eres y me mames la verga, jejejeje… recuerda que hoy es mi cumpleaños, y tú eres el regalo que me trajo mi hijastro, jajaja… el vejete nuevamente le tenía su manaza perdida en la zorra masturbándola y calentándola para no dejar que la bebota pensara en forma sensata.
Lupe de pie junto al vejete y tan caliente como este mismo como pudo le comenzó a desabrochar el pantalón, le encantaba la forma prepotente en que este la estaba comenzando a tratar, y más la enardecía que el viejo le recordara a cada momento que ella era la novia de su hijastro, el solo hecho de sentirse ella misma como el regalo de cumpleaños que el viejo tanto había estado esperando hicieron que en su cuerpo se formara una verdadera bomba de tiempo que en cualquier momento estallaría, ya casi sin pensar en nada con sus temblorosos dedos bajó el cierre de este abriéndolo de par en par, para después meter su mano con dedición y agarrar la gruesa culebra que don Severiano tenia por verga para luego sacarla ante su vista

La chica quedo como hipnotizada y aterrada ante la demencial imagen vergal que tenía ante sus ojos, o sea esto que estaba mirando y que su blanca manita no alcanzaba a circundar no tenía nombre, sintió la imperiosa necesidad de soltársela por el miedo que le ocasionaba, pero algo en su mente se oponía a ello obligándola a mantenerse asida a ese venerable instrumento viril, claramente su conciencia le indicaba que si de las vergas que ya había probado con antelación la de don Pedro era la más grandota, esta al parecer hasta le ganaba, y no era que el viejo mecánico la tuviera chica ni mucho menos, era que sencillamente don Severiano se gastaba una monstruosidad, a pesar de la oscuridad imperante en el lugar en donde se encontraban se la podía ver casi en todo su esplendor, una gran cantidad de hiel y saliva se le formo debajo de la lengua, ya que ella sintió instintivamente unas tremendas ganas de llevársela a la boca si es que le cabía, como una posesa se fue arrodillando sin quitar su vista ni por un segundo de aquella grotesca masa de carne que palpitaba delante de ella y cuando ya se disponía a tomarla también con su otra manita para poder tantearla a sus anchas, noto que la música dejaba de sonar y que varias mujeres invitaban a los contertulios a pasar a la mesa ya que la cena estaba servida,
--LA CONCHA DE LA LORA pendejaaaa… jajajaja! esto queda pendiente mamasotaaa…!!, le decía don Seve al mismo tiempo en que le quitaba su verga de las manos y procedía a guardársela nuevamente, y luego continuar, --Yo saldré por una puerta trasera y me daré la vuelta hasta llegar a la parte de adelante de la casa… diré que andaba comprando cigarrillos… y tu levántate… espera un rato y sales haciéndote la mensa por el mismo lugar en que vinimos, jajajaja…
Lupita quien aún no reaccionaba vio como el viejo Severiano desaparecía por una tosca puerta de latón que había por detrás del patio y que daba a la calle, rápidamente se puso de pie y recompuso su vestido, a la vez que limpiaba sus rodillas de la tierra en que estuvo hincada, recién caía en cuenta que le acababa de regalar sus calzones al padrastro de su novio, y que estuvo solo a segundos de chuparle la verga.
EN LA PROXIMA ENTREGA DE LUPITA, EL PADRASTRO DE SU NOVIO ENCONTRARA AHORA SI LA FORMA DE CULIARSE A LA ENCAMABLE COLEGIALA
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