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Otra historia de sexo con mi madre

Hola, mi nombre es Nicolás, no vale la pena perder el tiempo hablando de como empezaron las cosas con mi madre, recordar aquellos días donde la tensión sexual era palpable entre nosotros, donde solo se necesitaba una chispa para encender el fuego de la pasión que luchaba por salir de nuestros cuerpos...
No vale la pena, solo mencionaré que fue una noche donde todo pareció conspirar a nuestro favor; noche de insomnio en donde, como nunca lo habíamos hecho, compartimos una botella de vino, que con el pasar de la noche se convirtió en dos y luego tres, los efectos del alcohol no solo afectan los sentidos, sino también la moral, una película de fondo en donde el protagonista besaba con pasión a su interés amoroso, haciendo que la habitación se llene de los sonidos de dos cuerpos amándose... pero pronto esa escena terminó, y los sonidos no pararon, porque ahora eran nuestros cuerpos los que habían tomado la responsabilidad... Luego, claro, siguió la culpa, la incomodidad, la incertidumbre, las falsas promesas de no volver a repetirlo que quedaban en el olvido una vez al mes, luego una vez a la semana, y pronto esa promesa desapareció y fue reemplazada por el deseo... En fin, los detalles de esa historia serán para una posible futura historia, pero volvamos al presente:



Viernes a la noche, ya son pasadas las 00:00, pero todavía no es demasiado tarde y menos sabiendo que mañana es sábado, estoy sentado delante de la PlayStation, hablando y riendo con mis amigos por llamada de Discord después de un día largo de universidad.



Nico: Ya vengo, chicos, tengo que ir al baño, mientras cúbranme.



Leo: Sí, tranqui, no tardes.



David: Te esperamos.



Silencio la llamada y me dirijo al baño, orino y mientras me estoy lavando las manos veo en el cesto de la ropa sucia una de las tangas de mi madre, de manera casi natural, como ya había hecho otras tantas veces, la agarro y la llevo a mi cara, cierro los ojos e inhalo mientras con mi mano libre tanteo mi verga por encima del pantalón, oler la ropa sucia de mi madre me sigue dando tanto morbo como el primer día, parece que las buenas costumbres nunca cambian a pesar de haber tenido sexo con ella varias veces, sigo oliendo sus tangas sucias con el mismo morbo de siempre, con la adrenalina de saber que me puede descubrir, pero hoy en día con el alivio de saber que si lo hace, no pasaría nada malo.



Y así pasó, sin darme cuenta, mi madre entra al baño buscando su tanga y la encuentra en mi cara.



Madre: Parece que estás ocupado.



Me rio un poco.



Nico: Solo fue un momento, ahora iba a seguir jugando con los chicos.

Le doy la tanga y ella la agarra mientras se arrodilla frente a mí.



Madre: Tenemos la casa sola esta noche.



Comienza a acercarse a mi pantalón



Nico: Termino de jugar unas partidas y listo, la noche es larga.



Mi madre no hace caso a mis palabras y me baja el pantalón, dejando mi verga al descubierto ya estando dura, yo tampoco me esforcé en detenerla, ya que el sentimiento de morbo que me causa ver la cara de mi madre al lado de mi verga me puede más que cualquier otra cosa, ella comienza a pajearme, mientras alterna su mirada entre mi mirada y mi verga, se la lleva a la boca como otras tantas veces, me la chupa sin piedad, con rapidez y fuerza, como cuando la bombilla del mate se tapa y tenés que chupar con ganas, la agarro del pelo acompañando el movimiento de vaivén de su cabeza.



Nico: Ma... Dejé esperando a los chicos... Dios, si supieran que estoy tardando porque mi propia madre me está chupando la pija...



Casi como si mis palabras estuvieran sincronizadas, me llega un mensaje.



Leo: Dale, boludo, ¿Te estas pajeando que tardas tanto?



Con el celular en la mano, le saqué una foto a mi madre acompañada del mensaje "No, me está pajeando la puta de mi mamá", y miré en mensaje, pensé en lo fácil que sería apretar "Enviar" y en las posibles repercusiones que traería... Por supuesto, borré el mensaje, lo reemplacé con un simple "Voy" y le dije a mi madre que me estaban esperando los chicos, le saqué mi verga de la boca y vi como se salía del trance sexual en el que estaba.




Nico: Volví, chicos.



Dije mientras me acomodaba los auriculares y agarraba el mando.



Davis: Por fin, no te mataron de casualidad.



Seguimos jugando normalmente, pero unos minutos después siento las manos de mi madre en mis hombros, luego veo como agarra mi celular y se dispone a sacarse una selfie conmigo, estando ella atrás y pasando su brazo por delante de mí para tomar la foto, una vez que lo hace, espera a que tenga un momento libre para verla y me muestra, lo primero que veo que es que en la foto ella está con la camiseta levantada, mostrando sus tetas desnudas, y luego veo que la foto está en la vista previa para mandarse por WhatsApp al grupo que tengo con mis amigos, la miro a mi madre y silencio mi micrófono un momento.



Nico: ¿Qué haces?



Madre: ¿No te daría morbo que tus amigos sepan el tipo de relación "Madre-Hijo" que tenemos?



La miro con condescendencia y solo le indico que la borre, ella sonríe y yo sigo jugando.



Nico: Fijate que viene por...



Mis palabras son interrumpidas cuando noto que mi madre comienza a sacarme el pantalón, dejándome desnudo de la cintura para abajo, y acto seguido su me sube encima, abrazándome, para este punto ella se había sacado toda la ropa y estaba completamente desnuda, frota mi verga con su vagina húmeda para lubricármela y se la mete mientras apoya un dedo en sus labios indicándome que no hable, como si yo no supiera que estoy en llamada con amigos.



Leo: ¿Por dónde vienen, boludo? ¿Seguís ahí?



Nico: Sí, disculpa, vienen por abajo



Mi madre comienza a cabalgarme de manera lenta y morbosa, riéndose ligeramente de la situación, riéndose de que un chico se esté cogiendo a su propia madre, y además lo hace mientras está en llamada con amigos, y esos amigos ni se imaginan lo que está sucediendo del otro lado del micrófono.



Cada tanto silenciaba el micrófono unos segundos para besarla, mi lengua y la suya intercambiaban saliva en un beso pasional y perverso, también le chupaba las tetas y hasta sus dedos, cuando ella me los ofrecía después de metérselos en la vagina o en el culo.



Estuvimos así un rato, hasta que ella puso cara de puta viciosa y con algunas señas me indicó que apague el micrófono, estaba a punto de venirse y yo también.



Apagué el micrófono.



Madre: ¡AY! ¡HIJO!... ¡VOY A VENIRME!

Nico: ¡Yo también, Mami!

Madre: ¡SÍ!, ¡MI AMOR!, ¡COGEME FUERTE! ¡COGETE A MAMI PUTA EN FRENTE DE TUS AMIGOS! ¡QUE SEPAN QUE VAS A LLENAR DE LECHE A TU MAMÁ!



Mi madre comenzó a cabalgarme con una lujuria incontrolable, gemía y suspiraba como una puta viciosa, finalmente se acercó a mi boca y nos fundimos en una especie de beso lleno de morbo, saliva, gemidos entrecortados y suspiros mientras ella y yo sentíamos el orgasmo incestuoso que no puede compararse con nada.



Mi madre estuvo unos segundos así, tirada encima de mí, con mi verga en su interior y su vagina llena de leche, suspirando de satisfacción, finalmente levanta la mirada y me mira con una sonrisa cansada y los pelos despeinados.



Madre: Puff, eso estuvo bueno, ¿No?, Estuvo bien, muy bien ja, ja, ja.

Nico: Sí, Mami, me encantó, como siempre.



Mi madre miró la pantalla de Discord, los nombres de mis amigos, se levantó y dijo sarcásticamente.



Madre: Chau, amores, espero que se repita.



Río ligeramente, me dio un beso de despedida en la boca y se fue sonriendo.



La noche siguió normal un par de horas, terminamos de jugar, me bañé y me acosté, revise mi celular y tenía un mensaje de mi madre, era el video de nuestra sesión de sexo de recién acompañado del mensaje "Otro recuerdo para la colección ;)".

Otra historia de sexo con mi madre

1 comentarios - Otra historia de sexo con mi madre

nukissy1518
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