ANTES QUE NADA QUIERO AVISAR QUE ESTE RELATO NO ES MIO! LO RE SUBÍ PORQUE QUERIA COMPARTIRLO Y QUE DISFRUTE LA COMUNIDAD PORINGUERA... PORINGA ME ELIMINÓ EL POST LA SEMANA PASADA PERO LO VOY A SUBIR UNA VEZ MAS Y YA.
Para quien quiera revivir la parte 1 de este relato:
http://m.poringa.net/posts/relatos/5945555/Ninera-de-un-adolescente-1.html
Cerca de las nueve de la noche Bauti se fue. Antes de irse se acercó a mí y me saludó con un beso en la mejilla. Me sonó a que me quería sentir cerca, que aprovechaba para olerme. Yo había pasado esas horas mirando netflix y pensando en que estarían haciendo esos pibitos con mi bombacha. Entré a la pieza, Thiago estaba acostado en la cama mirando tik tok. Me dejé caer a su lado en la cama.
“Y, te creyó?”. Se rió. “Que le dijiste? Que me cogiste? Seguro le dijiste que me re cogiste, bandido, que me hiciste gritar como a una puta jaja”. “Naa, Kiara, como le voy a decir eso. Le dije la verdad”. Me dio ternura que le haya dicho la verdad a su amiguito. Era una verdad rara, pero muy erotizante para dos pibes, seguro, teniendo ahí una bombacha usada de una piba más grande, y que, modestamente, está bastante buena.
“Y que hicieron? Hablaron de mi? Ahora quiero saber” dije poniendo cara de que estaba exagerando interés, pero realmente me interesaba. “Nada” dijo serio sin dejar de mirar tik tok. “Como que nada? Horas estuvieron encerrados acá”. Se le notaba en la cara el pudor. “Ya se que hicieron, cochinotes!” le dije con una gran sonrisa amable, fingiendo que se me acababa de ocurrir. Sonrió. “A ver, que?”. “Se hicieron la paja, obvio” le dije.
Sonrió de nuevo, un poco colorado. “Que van a hacer dos varoncitos hormonados encerrados como Bauti y vos, encima teniendo la bombacha de una chica. Uh, no me digas que… Mostrame la bombacha”. “No, es mía, me la regalaste” dijo Thiago. Sospeché que no me la quería mostrar porque la habían enlechado toda. Me los imaginé oliéndola, pajeándose, y al momento de acabar, acabando en la bombacha por turnos. Me calentó imaginar que primero la acababa Bauti, la llenaba de leche espesa, y se la pasaba a Thiago, que se envolvía la pija en la bombacha toda enlechada y resbalosa, y se pajeaba hasta dejar su leche también, mezclada con la de su amigo. Siguió resistiéndose entre risas a mostrármela, hasta que finalmente la sacó de su bolsillo. No, estaba limpia, salvo por el uso que le había dado yo al tenerla puesta casi todo el día.
“Hubiera jurado que la habían ensuciado toda jaja. Pero la paja se la hicieron, no? O estuvieron mirando el celu como unos pavos todo este rato?”. Sonrió de nuevo. Iba entrando más en confianza. “Sí, nos hicimos” admitió mirando para otro lado. “Bueno, yo también me hacía pajas con mis amigas cuando era más chica” le confesé para estar parejos. Era verdad. Con dos amiguitas habíamos descubierto la paja unos años antes y hacíamos unas pijamadas en las que esperábamos que los papás se durmieran y nos hacíamos terribles pajas, primero vestidas y tapadas, pero habíamos llegado a hacernos las tres totalmente desnudas, nos excitaba mucho esa cosa de hacer algo prohibido juntas. Thiago me contó que con Bauti se la hacían desde el año pasado, que se las hacían en la cama uno acostado al lado del otro, o mirando algo en la compu, y que sacaban la pija nomás, y que acababan en pañuelitos carilina. Le pregunté si habían usado la bombacha y me dijo que si, que se habían turnado para olerla.
“Y que hacían además, hablaban?”. “Sí, Bauti me contó de todas las formas que te cogería jeje”. ¿Y de que formas me cogería el chiquito atrevido ese?” pregunté curiosa. “No sé, de todas, me dijo que le gustaría que se la chupes, que le gustaría cogerte por la cola”, hizo una pausa y agregó “que te pusiéramos en bombacha y te enfiestáramos entre los dos”. “jajaja mirá que atrevido el nene, y vos, prestandote a una fantasía de enfiestar a la tía Ki, te parece?” dije. “Que raro que no acabaran en la bombacha, por qué en carilinas y no en la bombacha? Que ubicaditos”. “Bueno, él quería, pero yo no lo dejé” me dijo. “Me la diste a mi, la quiero conservar así, limpia, bah, como está, con tu olor, así que le dije que acabe en carilina”. Medio una mezcla de ternura y calentura. “Y vos donde acabaste, en carilina también?” le pregunté. “Yo no acabé”.
Todas las fantasías recrudecieron en mi cabeza al saber que Thiago se había estado haciendo la paja con Bauti, había visto acabar a su amiguito, pero él mismo no había acabado. Debía estar con una calentura gigantesca ese chico. “Y por qué no acabaste?”. Me dijo que a veces prefería acabar después de que Bauti se fuera, porque era un poco incómodo el momento de estar recién acabados los dos. Pero que a Bauti no le molestaba. Riéndose me dijo que le parecía que a Bauti le gustaba que lo vieran acabar, que a veces cuando estaban solos en la casa acababa en la pileta del baño y lo dejaba ver.
“¿Y a vos no te gusta que te vean acabar? A mi un poco me gustaba que mis amigas me vieran” le dije. Me dijo que un poco sí, que le gustaba cuando Bauti lo miraba mientras se hacía la paja, pero que se sentía un poco gay en el momento después de acabar siendo mirado por un chico. “¿Y si te mira una chica?” le pregunté. Intentaba disimular mi calentura, pero la voz me salía entrecortada. Ya estábamos de nuevo cara a cara, cuerpo a cuerpo, en la cama de una plaza. “Una chica sería diferente” me dijo, “creo que no me daría vergüenza después de terminar”.
“Bueno”, le dije, “yo soy una chica. Me gustaría que puedas acabar, yo te vine a interrumpir. Y también me da curiosidad verte. Yo te miro, querés? Me mostrás?”.“Bueno, pero si apagamos la luz? Pongo el velador” me dijo. Hicimos eso.
Sacó la pija. No era grande pero tampoco chica, estaba bien para su edad, y muy linda, bien formada, vello púbico prolijo. La puso en vertical, y la acariciaba despacio, de arriba a abajo. Callado, respirando profundo. Una gotita de líquido pre seminal brillaba a la luz del velador. Estuve mirándolo un par de minutos, hasta que no me aguanté y le dije “Te doy una ayudita visual?”. Asintió con la cabeza. Me levanté de la cama, sin tener muy definido lo que iba a hacer, pero segura de mi misma, me sentía una putita que tenía la responsabilidad de ayudar y educar al nene.
A media luz, me paré contra la puerta, de frente a la cama. Me solté el pelo. Me saqué la remera. Me acerqué hasta la cama, me agaché de espaldas a él, y le pedí “me desabrochás el corpiño?”. Soltó la pija para ayudarme. Me lo desabrochó, me paré y caminé de nuevo hasta la puerta, con el corpiño suelto. Me di vuelta. Ya se estaba pajeando de nuevo. Moví los hombros para adelante y dejé caer el corpiño, quedando mis tetas a la vista. Tengo un buen par de tetas, me di cuenta de que se alegraba de verlas. Fui hasta el escritorio y me apoyé ahí, las tetas contra la superficie, inclinándome, dejando que se me subiera la pollerita y se me viera la cola, cubierta apenas por la bombacha que se metía entre mis nalgas, me sentía una diosa para el pendejo. Me enderecé y me di vuelta. Me acerqué a la cama. Me bajé la bombachita hasta las rodillas.
Él seguía masturbándosea un ritmo parejo. Me levanté la pollera con una mano y con la otra me acaricié la concha, primero abajo, después más arriba. “Este es el clítoris” le dije, masajeándome. Él seguía, la pija vertical, arriba-abajo, arriba-abajo. Me di vuelta. Me levanté la pollera con una mano, y en la semi penumbra con la otra mano me abrí una nalga. Después la solté, y di unos saltitos. “La colita, que te gusta tanto” le dije. Él no decía nada, seguía pajeándose en silencio. Me saqué la bombachita y se la puse en la cara. “Olela, olé a la tía Ki” le dije. La olió y gimió. Me di cuenta de que no iba a aguantar más. Dejé caer la bombacha sobre su pija, el lanzó un gemido cuando la tela cayó sobre el pene cubriéndolo. “Si me prometés que después me vas a comprar un pack de bombachas a Farmacity, te dejo acabar en esa” le dije. “Dale” me dijo. Sin decir nada más empezó a masturbarse bien fuerte mientras gemía en silencio.
Me calentó ver su cuerpo contorsionarse. “Mirá” le dije, me di vuelta, me levanté la pollera, y en el tono más de putita que me salió le dije “mirá la colita de la tía Ki”.

Vi como mi bombacha, envuelta contra su pija, se mojaba toda de leche Me quedé ahí en silencio, en tetas y sin bombacha, viendo como trataba de dejar en la prenda hasta la última gota, para no manchar nada. “Dámela” le dije. Me la dio en la mano hecha un bollito. “Farmacity, pack vedettinas x3, elegí los colores vos, en mi cartera hay plata” le dije, y me fui al baño con mis prendas. Me senté en el inodoro y abrí la bombachita. Su leche era espesa y bien blanca. Era mucha. Estaba tibia. Medaba mucha ternura el lechazo, y saber que se lo había provocado yo. La toqué apenas con la yema del dedo y me lo llevé a la boca. Sentí el sabor salado del semen.
Más tarde apareció Thiago en el living con el paquete de vedettinas de Farmacity. “Gracias, elegiste colores lindos, por ahí mañana si te portás bien te las desfilo” le dije guiñándole el ojo. “De nada. Me voy a dormir” me dijo sonriendo con timidez, y como si se acordara de pronto de algo, se dio vuelta y dijo “ah, me olvidaba, mañana temprano viene Bauti de nuevo”. “Ah, que bueno” dije yo.
Thiago se fue a su pieza. Yo me fui a la cama que los padres me habían dejado, en una pequeña habitación de servicio, cerré con llave la puerta, me saqué la ropa, me quedé en bombacha, y me hice una tremenda paja recordando el placer que había visto experimentar a Thiago, y fantaseando con lo que podría pasar al día siguiente cuando nos visitara Bauti. Acabé imaginando que Thiago me cogía, que le daba su primera experiencia de cogerse una conchita, y que me dejaba toda la leche adentro mientras Bauti nos miraba y se pajeaba.

Después traté de convencerme de que todo era solamente una fantasía, y me quedé dormida...
Aunque me podria comprar un Plug anal para ver su reaccion.
Para quien quiera revivir la parte 1 de este relato:
http://m.poringa.net/posts/relatos/5945555/Ninera-de-un-adolescente-1.html
Cerca de las nueve de la noche Bauti se fue. Antes de irse se acercó a mí y me saludó con un beso en la mejilla. Me sonó a que me quería sentir cerca, que aprovechaba para olerme. Yo había pasado esas horas mirando netflix y pensando en que estarían haciendo esos pibitos con mi bombacha. Entré a la pieza, Thiago estaba acostado en la cama mirando tik tok. Me dejé caer a su lado en la cama.
“Y, te creyó?”. Se rió. “Que le dijiste? Que me cogiste? Seguro le dijiste que me re cogiste, bandido, que me hiciste gritar como a una puta jaja”. “Naa, Kiara, como le voy a decir eso. Le dije la verdad”. Me dio ternura que le haya dicho la verdad a su amiguito. Era una verdad rara, pero muy erotizante para dos pibes, seguro, teniendo ahí una bombacha usada de una piba más grande, y que, modestamente, está bastante buena.
“Y que hicieron? Hablaron de mi? Ahora quiero saber” dije poniendo cara de que estaba exagerando interés, pero realmente me interesaba. “Nada” dijo serio sin dejar de mirar tik tok. “Como que nada? Horas estuvieron encerrados acá”. Se le notaba en la cara el pudor. “Ya se que hicieron, cochinotes!” le dije con una gran sonrisa amable, fingiendo que se me acababa de ocurrir. Sonrió. “A ver, que?”. “Se hicieron la paja, obvio” le dije.
Sonrió de nuevo, un poco colorado. “Que van a hacer dos varoncitos hormonados encerrados como Bauti y vos, encima teniendo la bombacha de una chica. Uh, no me digas que… Mostrame la bombacha”. “No, es mía, me la regalaste” dijo Thiago. Sospeché que no me la quería mostrar porque la habían enlechado toda. Me los imaginé oliéndola, pajeándose, y al momento de acabar, acabando en la bombacha por turnos. Me calentó imaginar que primero la acababa Bauti, la llenaba de leche espesa, y se la pasaba a Thiago, que se envolvía la pija en la bombacha toda enlechada y resbalosa, y se pajeaba hasta dejar su leche también, mezclada con la de su amigo. Siguió resistiéndose entre risas a mostrármela, hasta que finalmente la sacó de su bolsillo. No, estaba limpia, salvo por el uso que le había dado yo al tenerla puesta casi todo el día.
“Hubiera jurado que la habían ensuciado toda jaja. Pero la paja se la hicieron, no? O estuvieron mirando el celu como unos pavos todo este rato?”. Sonrió de nuevo. Iba entrando más en confianza. “Sí, nos hicimos” admitió mirando para otro lado. “Bueno, yo también me hacía pajas con mis amigas cuando era más chica” le confesé para estar parejos. Era verdad. Con dos amiguitas habíamos descubierto la paja unos años antes y hacíamos unas pijamadas en las que esperábamos que los papás se durmieran y nos hacíamos terribles pajas, primero vestidas y tapadas, pero habíamos llegado a hacernos las tres totalmente desnudas, nos excitaba mucho esa cosa de hacer algo prohibido juntas. Thiago me contó que con Bauti se la hacían desde el año pasado, que se las hacían en la cama uno acostado al lado del otro, o mirando algo en la compu, y que sacaban la pija nomás, y que acababan en pañuelitos carilina. Le pregunté si habían usado la bombacha y me dijo que si, que se habían turnado para olerla.
“Y que hacían además, hablaban?”. “Sí, Bauti me contó de todas las formas que te cogería jeje”. ¿Y de que formas me cogería el chiquito atrevido ese?” pregunté curiosa. “No sé, de todas, me dijo que le gustaría que se la chupes, que le gustaría cogerte por la cola”, hizo una pausa y agregó “que te pusiéramos en bombacha y te enfiestáramos entre los dos”. “jajaja mirá que atrevido el nene, y vos, prestandote a una fantasía de enfiestar a la tía Ki, te parece?” dije. “Que raro que no acabaran en la bombacha, por qué en carilinas y no en la bombacha? Que ubicaditos”. “Bueno, él quería, pero yo no lo dejé” me dijo. “Me la diste a mi, la quiero conservar así, limpia, bah, como está, con tu olor, así que le dije que acabe en carilina”. Medio una mezcla de ternura y calentura. “Y vos donde acabaste, en carilina también?” le pregunté. “Yo no acabé”.
Todas las fantasías recrudecieron en mi cabeza al saber que Thiago se había estado haciendo la paja con Bauti, había visto acabar a su amiguito, pero él mismo no había acabado. Debía estar con una calentura gigantesca ese chico. “Y por qué no acabaste?”. Me dijo que a veces prefería acabar después de que Bauti se fuera, porque era un poco incómodo el momento de estar recién acabados los dos. Pero que a Bauti no le molestaba. Riéndose me dijo que le parecía que a Bauti le gustaba que lo vieran acabar, que a veces cuando estaban solos en la casa acababa en la pileta del baño y lo dejaba ver.
“¿Y a vos no te gusta que te vean acabar? A mi un poco me gustaba que mis amigas me vieran” le dije. Me dijo que un poco sí, que le gustaba cuando Bauti lo miraba mientras se hacía la paja, pero que se sentía un poco gay en el momento después de acabar siendo mirado por un chico. “¿Y si te mira una chica?” le pregunté. Intentaba disimular mi calentura, pero la voz me salía entrecortada. Ya estábamos de nuevo cara a cara, cuerpo a cuerpo, en la cama de una plaza. “Una chica sería diferente” me dijo, “creo que no me daría vergüenza después de terminar”.
“Bueno”, le dije, “yo soy una chica. Me gustaría que puedas acabar, yo te vine a interrumpir. Y también me da curiosidad verte. Yo te miro, querés? Me mostrás?”.“Bueno, pero si apagamos la luz? Pongo el velador” me dijo. Hicimos eso.
Sacó la pija. No era grande pero tampoco chica, estaba bien para su edad, y muy linda, bien formada, vello púbico prolijo. La puso en vertical, y la acariciaba despacio, de arriba a abajo. Callado, respirando profundo. Una gotita de líquido pre seminal brillaba a la luz del velador. Estuve mirándolo un par de minutos, hasta que no me aguanté y le dije “Te doy una ayudita visual?”. Asintió con la cabeza. Me levanté de la cama, sin tener muy definido lo que iba a hacer, pero segura de mi misma, me sentía una putita que tenía la responsabilidad de ayudar y educar al nene.
A media luz, me paré contra la puerta, de frente a la cama. Me solté el pelo. Me saqué la remera. Me acerqué hasta la cama, me agaché de espaldas a él, y le pedí “me desabrochás el corpiño?”. Soltó la pija para ayudarme. Me lo desabrochó, me paré y caminé de nuevo hasta la puerta, con el corpiño suelto. Me di vuelta. Ya se estaba pajeando de nuevo. Moví los hombros para adelante y dejé caer el corpiño, quedando mis tetas a la vista. Tengo un buen par de tetas, me di cuenta de que se alegraba de verlas. Fui hasta el escritorio y me apoyé ahí, las tetas contra la superficie, inclinándome, dejando que se me subiera la pollerita y se me viera la cola, cubierta apenas por la bombacha que se metía entre mis nalgas, me sentía una diosa para el pendejo. Me enderecé y me di vuelta. Me acerqué a la cama. Me bajé la bombachita hasta las rodillas.
Él seguía masturbándosea un ritmo parejo. Me levanté la pollera con una mano y con la otra me acaricié la concha, primero abajo, después más arriba. “Este es el clítoris” le dije, masajeándome. Él seguía, la pija vertical, arriba-abajo, arriba-abajo. Me di vuelta. Me levanté la pollera con una mano, y en la semi penumbra con la otra mano me abrí una nalga. Después la solté, y di unos saltitos. “La colita, que te gusta tanto” le dije. Él no decía nada, seguía pajeándose en silencio. Me saqué la bombachita y se la puse en la cara. “Olela, olé a la tía Ki” le dije. La olió y gimió. Me di cuenta de que no iba a aguantar más. Dejé caer la bombacha sobre su pija, el lanzó un gemido cuando la tela cayó sobre el pene cubriéndolo. “Si me prometés que después me vas a comprar un pack de bombachas a Farmacity, te dejo acabar en esa” le dije. “Dale” me dijo. Sin decir nada más empezó a masturbarse bien fuerte mientras gemía en silencio.
Me calentó ver su cuerpo contorsionarse. “Mirá” le dije, me di vuelta, me levanté la pollera, y en el tono más de putita que me salió le dije “mirá la colita de la tía Ki”.

Vi como mi bombacha, envuelta contra su pija, se mojaba toda de leche Me quedé ahí en silencio, en tetas y sin bombacha, viendo como trataba de dejar en la prenda hasta la última gota, para no manchar nada. “Dámela” le dije. Me la dio en la mano hecha un bollito. “Farmacity, pack vedettinas x3, elegí los colores vos, en mi cartera hay plata” le dije, y me fui al baño con mis prendas. Me senté en el inodoro y abrí la bombachita. Su leche era espesa y bien blanca. Era mucha. Estaba tibia. Medaba mucha ternura el lechazo, y saber que se lo había provocado yo. La toqué apenas con la yema del dedo y me lo llevé a la boca. Sentí el sabor salado del semen.
Más tarde apareció Thiago en el living con el paquete de vedettinas de Farmacity. “Gracias, elegiste colores lindos, por ahí mañana si te portás bien te las desfilo” le dije guiñándole el ojo. “De nada. Me voy a dormir” me dijo sonriendo con timidez, y como si se acordara de pronto de algo, se dio vuelta y dijo “ah, me olvidaba, mañana temprano viene Bauti de nuevo”. “Ah, que bueno” dije yo.
Thiago se fue a su pieza. Yo me fui a la cama que los padres me habían dejado, en una pequeña habitación de servicio, cerré con llave la puerta, me saqué la ropa, me quedé en bombacha, y me hice una tremenda paja recordando el placer que había visto experimentar a Thiago, y fantaseando con lo que podría pasar al día siguiente cuando nos visitara Bauti. Acabé imaginando que Thiago me cogía, que le daba su primera experiencia de cogerse una conchita, y que me dejaba toda la leche adentro mientras Bauti nos miraba y se pajeaba.

Después traté de convencerme de que todo era solamente una fantasía, y me quedé dormida...
Aunque me podria comprar un Plug anal para ver su reaccion.
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