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que morbo con mi suegro y mis tetas

Cuando tuve a mi primer hijo, los pechos se me inflamaron mucho por la gran cantidad de leche que producían. Constantemente me daban ganas de alimentarlo, pero el quedaba satisfecho muy rápido y yo me quedaba con toda esa leche acumulada en mis senos. Cuando me duchaba solía tocarlos  yo sola para sacar aquella gran presión de mi busto. Me senté en aquella mecedora tan cómoda y con mi hijo en brazos me dispuse a darle de comer. Cuando terminaba de hacerlo mi suegro entró y me vio con el pecho de fuera. YO puse en la cama a mi hijo boca abajo y me guarde los senos
–Mi nieto ya ha crecido mucho –dijo mientras acariciaba su pequeña cabeza.
–Si… ya está bastante grande –dije, bastante incomoda con la situación.
–Se ve que está muy bien alimentado, es bueno que le des pecho, eso los hace unos niños muy fuertes cuando crecen.
–Si claro –dije despectivamente.
Mi hijo comenzó a llorar, pero yo no soportaba las miradas pervertidas de mi suegro sobre mi cuerpo así que ya no lo alimente más; mi hijo lastimosamente tuvo que pagar las consecuencias.  Mi suegro no se separó de mí ni un solo instante. Mi esposo no quiso perder tiempo y se fue a buscar trabajo ese mismo día, a pesar de que se encontraba igual de cansado que yo. Se despidió de mí y se fue en el auto. Ahora tendría que pasar toda la tarde a solas con él.
 La presión de mis grandes senos se hacía más grande conforme los minutos pasaban y me hacía pasar por un muy mal rato; la proposición absurda de aquel vejete ya no lo era tanto. . Fui a su habitación en la segunda planta de la casa y estaba viendo televisión – ¿Qué es lo que necesitas  –preguntó algo molesto. –Necesito que me ayude con mi problema suegro l –dije mientras sacaba lentamente cada uno de mis pesados senos por encima de mi holgado escote–. Al principio él no podía creer que eso realmente estuviera pasando. Lo digo porque se quedó inmóvil como por un minuto.
– ¿Me va a ayudar o no suegro? –pregunté con muchos nervios.
–El resoplo con fuerza y se levantó de su cama. –No te preocupes ahora  hacemos que se quite ese dolor tan grande de pecho.
– ¿Qué era lo que usted hacía para ayudarle a su esposa? –quise saber.
–Bueno primero, la masajeaba de esta forma –dijo mientras presionaba desde abajo mis pechos con ambas manos.
–Uy, se siente muy bien, bastante relajante.
–Ya ves, tú déjame a mí, para eso está la familia, para cuidarnos entre nosotros.
Mi suegro comenzó a darme un masaje muy erótico. Sus delgados y arrugados dedos pasaban por encima de mis pechos haciéndome sentir los relieves de sus dedos con cada roce. Sus largas y esqueléticas manos se hundían entre la gran masa de mis senos haciendo erizar mi piel con su movimiento. Yo me mordía un labio mientras él seguía frotando y acariciando mi pecho. Los apretaba y apretaba pero lo leche no salía. Mi esposa también tenía calostros pero estos nada más salen chupándole fuerte. No me dio siquiera oportunidad de oponerme y comenzó a chuparme los senos, lo hacía como un recién nacido con dentadura postiza. A mí se me escapó un leve gemido mientras mordía mis labios para no volverlo a hacer. Mi suegro se dio cuenta de inmediato y apretó mis senos con ambas manos mientras se pasaba de succionar salvajemente uno y luego otro, y luego otro. Yo instintivamente lo tomé de su calva cabeza y lo acerqué con fuerza a mi pecho. El seguía succionando fuerte mis pezones que ya se encontraban erectos y por fin salieron. Los calostros salieron de uno y del otro pecho. Él los comió sin ningún problema y parecía saborearlos con placer.
–Ahora si ya vamos a lo bueno, hay que sacar toda esa leche.
–Está bien, confió en usted 
–Acuéstate en mi cama  es más cómodo para ti si estas recostada.
–Muy bien, solo por favor tenga cuidado, estoy muy sensible del pecho.


Yo me recosté con mi pecho al aire por encima de mi blusa y él me puso las manos por detrás.
Vamos a quitar esto del camino –dijo mientras levantaba mi blusa por encima de mis hombros dejando mi torso completamente desnudo–.  Mi suegro se recostó por encima de mí en la cama y pude sentir su camisa por encima de mi torso desnudo. Hace mucho calor aquí, me voy a quitar esto –dijo mientras se desabrochaba los botones de su camisa a cuadros–. Cuando se la quitó pude sentir su piel sudorosa por encima de la mía y sin darme tiempo a reaccionar o sentir se abalanzó sobre mi pecho. Succionaba fuerte un pecho tras otro haciéndome gemir; esta vez ya no podía contener los gemidos. ¡Ahhhh, mmmm! Dejaba salir sonidos de placer mientras el liberaba aquella pesada carga de mi ser. Pronto se empezaron a disparar grandes chorros por todos lados. Yo gemía por poder ser liberada y el bebía cada gota como si fuera la más deliciosa bebida. Chupaba mi pecho mientras la leche caía por su barba . Yo estaba experimentando como la sensibilidad de mis pechos estaba llevando a un terreno desconocido. Mi suegro lamio de arriba abajo mis senos con su alocada lengua y pude sentir como de un segundo a otro me retorcía en un frenético y salvaje orgasmo. Gire la cabeza a la derecha con ambos ojos cerrados, mientras arqueaba mi espalda y gruñía intensamente sujetando con mis manos fuertemente la cabeza de mi suegro contra mi pecho. Él pudo percatarse  y sonrió mirándome a los ojos. Parece que tú necesitas otro tipo de ayuda  bajo hacia mi falda y la levantó por completo, no llevaba ropa interior y el sonrió de nuevo

4 comentarios - que morbo con mi suegro y mis tetas

AldinGomez
me hubiera encantado ser tu suegro