Los que se quieran sumar a mi grupo vip de telegram me mandan msj mi usuario es ROMALA89
Todas mis salidas juntadas son por capital federal (Bs As Argentina)
Sí hay foto hay vídeo jaja todo lo subo a mi grupo de telegram!!!!
---
"En el depósito (parte 2)" –
El olor del cartón húmedo se mezclaba con el olor del sexo. Estábamos los tres encerrados en ese depósito chico, apretados entre cajas, pero yo no necesitaba más espacio. Tenía lo justo: dos hombres deseándome, uno filmando, el otro enterrándome la verga hasta el fondo mientras me besaba el culo con ganas de comerse todo.
Mi pareja ya había sacado el celular. Lo noté cuando escuché el clic apenas disimulado del botón de grabación. Me giré un poco para mirarlo y le sonreí. Sabía que me estaba filmando. Sabía que se iba a pajesr después viendo todo otra vez.
Yo tenía el cuerpo apoyado sobre una pila de cajas, con la calza bajada hasta las rodillas y la tanga roja, hecha un nudo entre las piernas. Mi remera blanca subía con cada embestida y dejaba mis tetas libres, moviéndose con cada sacudida de cadera. El chico del depósito me tenía del culo, firme, invadiéndome con ganas, sin pedir permiso.
—Abrí más las piernas —me dijo él con la voz rasposa, jadeando.
Obedecí. Mi pareja se acercó y me besó. Ese beso lo tengo tatuado en la cabeza: caliente, posesivo, húmedo. Me mordió el labio y me dijo al oído:
—Dale, chupásela ahora.
Me giré, me arrodillé entre las cajas. Tenía los labios húmedos, la piel ardida, el maquillaje ya corrido por el calor. Él se bajó los pantalones y su verga quedó ahí, firme, con el brillo de haber estado adentro mío segundos antes. Me la metí en la boca despacio, con hambre, mirándolo desde abajo. Sabía que mi pareja grababa cada movimiento, cada gesto, cada gemido ahogado.
La empecé a chupar fuerte, sucia, como me gusta, escupiéndola, tragándola, sacándola y volviéndola a meter. Él jadeaba. Me tomaba de la cabeza, empujaba. Yo lo dejaba.
Mi pareja se había agachado también, me besaba los pezones, me acariciaba la espalda, mientras yo mamaba al chico sin freno.
—Me voy a correr —dijo él—, ¿te lo puedo dar en la boca?
Yo solo asentí, sin dejar de mirar, con la boca abierta y la lengua afuera.
Y ahí vino. Me la sacó justo a tiempo, y me acabó toda en la boca, caliente, espesa, con un gemido ronco que me vibró entre las piernas. Tragué despacio, mostrándole la lengua después, y limpiándome con los dedos.
Mi pareja me besó de nuevo. Me tocó. Nos quedamos los tres unos segundos en silencio, con el cuerpo latiendo todavía, con la respiración pesada.
El juguete seguía cargando en una esquina. Pero yo ya estaba cargada de otra cosa.












Todas mis salidas juntadas son por capital federal (Bs As Argentina)
Sí hay foto hay vídeo jaja todo lo subo a mi grupo de telegram!!!!
---
"En el depósito (parte 2)" –
El olor del cartón húmedo se mezclaba con el olor del sexo. Estábamos los tres encerrados en ese depósito chico, apretados entre cajas, pero yo no necesitaba más espacio. Tenía lo justo: dos hombres deseándome, uno filmando, el otro enterrándome la verga hasta el fondo mientras me besaba el culo con ganas de comerse todo.
Mi pareja ya había sacado el celular. Lo noté cuando escuché el clic apenas disimulado del botón de grabación. Me giré un poco para mirarlo y le sonreí. Sabía que me estaba filmando. Sabía que se iba a pajesr después viendo todo otra vez.
Yo tenía el cuerpo apoyado sobre una pila de cajas, con la calza bajada hasta las rodillas y la tanga roja, hecha un nudo entre las piernas. Mi remera blanca subía con cada embestida y dejaba mis tetas libres, moviéndose con cada sacudida de cadera. El chico del depósito me tenía del culo, firme, invadiéndome con ganas, sin pedir permiso.
—Abrí más las piernas —me dijo él con la voz rasposa, jadeando.
Obedecí. Mi pareja se acercó y me besó. Ese beso lo tengo tatuado en la cabeza: caliente, posesivo, húmedo. Me mordió el labio y me dijo al oído:
—Dale, chupásela ahora.
Me giré, me arrodillé entre las cajas. Tenía los labios húmedos, la piel ardida, el maquillaje ya corrido por el calor. Él se bajó los pantalones y su verga quedó ahí, firme, con el brillo de haber estado adentro mío segundos antes. Me la metí en la boca despacio, con hambre, mirándolo desde abajo. Sabía que mi pareja grababa cada movimiento, cada gesto, cada gemido ahogado.
La empecé a chupar fuerte, sucia, como me gusta, escupiéndola, tragándola, sacándola y volviéndola a meter. Él jadeaba. Me tomaba de la cabeza, empujaba. Yo lo dejaba.
Mi pareja se había agachado también, me besaba los pezones, me acariciaba la espalda, mientras yo mamaba al chico sin freno.
—Me voy a correr —dijo él—, ¿te lo puedo dar en la boca?
Yo solo asentí, sin dejar de mirar, con la boca abierta y la lengua afuera.
Y ahí vino. Me la sacó justo a tiempo, y me acabó toda en la boca, caliente, espesa, con un gemido ronco que me vibró entre las piernas. Tragué despacio, mostrándole la lengua después, y limpiándome con los dedos.
Mi pareja me besó de nuevo. Me tocó. Nos quedamos los tres unos segundos en silencio, con el cuerpo latiendo todavía, con la respiración pesada.
El juguete seguía cargando en una esquina. Pero yo ya estaba cargada de otra cosa.













9 comentarios - En el depósito 2 - trío con fotos