Post anterior
Post siguiente
Compendio II
Estábamos almorzando un fin de semana, cuando mi chiquitita coquetona le preguntó a mi marido.
“Papá, ¿Por qué te gustan tanto los tallarines de mamá?”
😕
Sé que no la hizo con mala intención.
La quiero mucho, pero mi mejor amigo dice que va a ser ella la que nos va a dar dolores de cabeza.
😦
Le vive pidiendo que le compre joyitas, zapatos nuevos y teléfonos de lujo, pero mi marido no le hace caso.
Pero ese no es el punto.
😕
Yo sé que, comparado con mi marido, todavía no cocino bien.
Él puede hacer sushi, lasaña, pescadito…
🤤
Aunque no le gusta, sabe súper bien cómo hacer salmón a la plancha de la forma que más me gusta a mí.
Pero volviendo a la historia…
XD
Mi marido tomó a mi chiquitita coquetona en brazos, sentándola en sus faldas como cuando les inventa cuentos, mi pequeña señorita y nuestra Alicia mágica mirándolos atenta como gatitas.
“Cuando tu mamá y yo empezamos a vivir juntos, los 2 trabajábamos mucho.” Les contó las niñas. “Mamá estudiaba para ser profesora y yo trabajaba y estudiaba al mismo tiempo. Pero cuando llegaba a la casa, su mamá me esperaba con un plato rico y caliente de tallarines.”
😍
Y me pegó de repente, porque me acordé de todo.
En ese tiempo, era peor en la cocina.
😕
El arroz se me quemaba, la sopa me quedaba desabrida y lo demás, me quedaba con sabor raro.
Lo único que me salvaba más o menos eran mis tallarines blancos.
😔
Admito que fue mi culpa.
Mi mamá era buenísima en la cocina y ella sabía que a mí no me interesaba tanto.
Cuando trataba de ayudarle, me decía que mejor la dejara y que mejor cuidara a mis hermanas.
😰
Pero cuando empecé a vivir con mi mejor amigo, me pasó la cuenta.
Necesitaba aprender a cocinar con urgencia, porque mi marido se comía lo que preparaba, pero yo sabía que lo hacía para no darme pena.
😕
También, yo sabía que comía desayuno y almuerzo bien, pero cuando nos encontrábamos en la U después de su trabajo y nos besábamos un poquito, él se iba a sus clases y yo me volvía para la casa.
Y yo sé.
Yo sabía que tenía que estudiar, porque no podía perder ninguna de mis becas.
Pero tampoco podía dejar que el amor de mi vida pasara hambre.
😫
¿Qué hice?
Hablé con mi suegra.
😉
¡Dios la bendiga!
Le conté todos mis dramas, mis preocupaciones por su hijo y ella, igual que él, me escuchó todo, todo, pensando sin juzgarme ni burlarse de mí.
🤔
“No sé por qué te preocupas tanto, Marisol.” Me dijo súper tranquila. “A mi hijo, después de la pizza, su plato favorito son los tallarines con salsa.”
XO
¡Me voló la mente!
¿La llave de su felicidad estaba al alcance de mi mano?
😤
Así que me puse a entrenar, mi suegra se volvió mi sensei.
Los tallarines no eran tan complicados, pero la salsa era la clave del éxito.
“Mi hijo también me reclamó que mis fideos me quedaban seco.” Me contó mi maestra cuando revolvía la salsa, sacando una cucharada y echándola en los tallarines. “Entonces, empecé a echarle salsa a los tallarines y se quedó callado.”
Y llegó el día que puse mi entrenamiento en práctica.
😟
Esa noche, llegó cansado.
Mis tallarines, para variar, quedaron pegoteados.
😕
Pero la salsa me quedó impecable.
Hasta le eché hojitas de laurel que mi suegra me recomendó para darle sabor.
😍
Me miró tan bonito.
Estaba tan agradecido.
Y los comió con tantas ganas de verdad.
No como cuando se comía mi arroz quemado pasado de sal.
😂
“Ustedes creen que mamá cocina mal.” Siguió mi marido. “Pero cuando yo trabajaba y estudiaba, volvía a casa tan cansado, que lo único que quería era llegar y dormir. Pero su mamá me esperaba todas las noches con un platito rico y calientito de tallarines. Y ahí supe que no solo quería tener mis hijos con ella, pero casarme y volverme viejito con ella también.”
0.0
Y me pegó de golpe.
No pensé que haciendo algo así pudiera hacer tanto.
😇
Pero mis chiquitas entendieron mejor por qué hablamos con tanto cariño del tiempo que éramos pobres y que no todo lo que brilla es bonito.
Por la noche, mi marido me contó que la salsa que me enseñó mi suegra es en realidad de la mamá de mi suegro.
😮
Me impresiona que, aunque nos conozcamos por más de 10 años, todavía hay cosas que no sepamos del otro.
Me dijo que esa abuelita falleció cuando yo era chica. Que lo quería mucho, porque se parecía a mi suegro de chico…
😏
(Y si mi marido se pone tan sexy y varonil como es mi suegro, me esperan años buenísimos… :F)
Pero que a ella le gustaba la comida italiana, igual que a él y sus tallarines con salsa eran tan ricos como los míos.
“Las niñas creen que los míos me quedan mejor. No lo sé. A mí me gustan los tuyos, porque te tomas tu tiempo para picar la cebolla y el ajo; te fijas que no se queme la carne y tus fideos me encantan. No creo que nunca me canse de comerlos ni de tu amor.”
😍
Y nos empezamos a besar.
Sus besitos eran suaves y cariñosos, y obvio, me empezó a agarrar los pechos.
XD
¡Ya sé!
Es lo que más le vuelve loquito de mí, pero no me importaba.
Sentía que, en esos momentos, tenía sentido.
😚
Lo besé con pasión, con amor. Sus besitos son tan dulcecitos, aunque encuentre que los míos todavía tienen sabor a limón.
😕
Podía sentir su erección presionándome y sabía lo que él quería.
😘
Me besó por el cuello.
XO
Él sabe cómo me pone.
Me corría mano como loco, probando la suavidad y firmeza de mi cuerpo.
😩
Mi respiración se puso agitada, bajándome el camisón para manosearme los pechos.
Sus pulgares me rozaban tan rico mis pezones duritos, mandándome golpes de placer por todo mi cuerpo.
😫
Y justo, cuando pensé que las cosas no se podían poner mejor, su pene saltó.
0.0
Es sorprendente.
Es grandote y grueso y todas las noches, no puedo creer que mi mejor amigo, mi compañero del alma, el hombre que hace mi corazón latir, que es tan tierno, callado y respetuoso, tenga algo tan grande y gordito bajo los pantalones.
😩😫
Volví a gemir desesperada mientras me besaba el cuello y los pechos, su respiración calientita haciéndome temblar de las ganas.
Sus manitas tibiecitas manoseaban y jugaban con mis pechos, haciendo que mis pezones crecieran y se pusieran incluso más duros.
🤤
Tenía que agarrársela.
De verdad, estaba ardiendo en calentura y necesitaba su pene dentro de mí.
Mi marido gimió y cerró los ojos, pero es que yo tenía que tocársela.
😏
Empecé a masajeársela despacito.
Estaba duro como piedra, su piel suavecita y tibia bajo mi mano.
El pobrecito se volvió a quejar del gusto.
“¡Marisol!” me dijo al oído, su vocecita linda y desesperada.
😃
Y le puse mi premio encima del suyo.
Mi conchita estaba latiendo, goteando mojada y sentir su puntita me hizo temblar.
😱
Fue tan gentil, tan tierno conmigo.
No la metió de golpe como si fuera un animal.
Nop.
Se tomó su tiempo, besándome mucho y acariciándome las mejillas.
Y cuando la metió entera…
😲
¡Dios mío!
Estaba en el cielo.
🤤
O sea, he sido mamá cuatro veces.
Incluso tuve a Jacintito hace unos meses.
Pero todavía me estira de una forma que duele un poquito.
😵 😲
Aunque es de ese dolorcito rico que se convierte en placer, como cuando das tu primer beso, o como cuando te caes de la bicicleta, pero te vuelves a subir.
¿Me entienden?
😖😲
Pero es tan adictivo.
Lo sigo buscando todas las veces y él me lo da tan rico.
💗 💗
Empezó a moverse, sus caderas moviéndose a un ritmo tan rico y agradable, como si fuera compatible con nuestros corazones.
Con cada movimiento, me sentía como si me abriera para él, mi cuerpo recibiéndolo como si lo hubiese esperado el día entero.
Nos empezamos a mover más rápido, nuestros besos más candentes.
😚
Su olorcito me volvía loca.
Su perfume, mezclándose con su transpiración, me prendía como un horno.
Respiraba desesperada, buscando llenar mis pulmones con su aire de la misma manera que él me iba llenando.
Su pecho se apegaba a mis pechugas, aplastándolos suavemente y con un poquito de dolor mientras nos movíamos apegados, gimiendo y suspirando delicioso.
😩 😖
Empezó a subir el ritmo.
Podía sentir cómo se hinchaba dentro de mí, su puntita golpeando ese puntito rico que me hace poner los ojos en blanco y ver lucecitas de colores.
La tensión en mí crecía y tenía que morderme los labios para no gritar.
😵 😲
Podía haber sido ruidosa.
Súper ruidosa.
Pero no quería asustar a nuestras niñas o que descubrieran que su mamá es una puta loca por su papá.
Pero sí que se sentía rico.
😩 😲
Mi chico me besó con más pasión, su lengua arrasando con mi boca mientras subía la pasión.
La fricción entre nosotros era asfixiante, mis juguitos escurriendo entre nosotros, haciéndole que entrara y saliera a un ritmo enloquecedor.
Me afirmé a su traserito, urgiéndole a que la metiera más adentro.
¡Es tan durito y firme!
Mi chico corre y hace sentadillas, solo para mantenerse lindo para mí.
😩😫
Y sus manos en mis pechugas…
🤤
O sea, me las toca todos los días.
Incluso hay muchas mujeres que se dejarían manosear por él.
Pero los míos le encantan. Le gusta agarrármelos, besármelos y lamerlos, hasta volverme loca.
X.X
Ni tienen idea de lo mucho que me tienta amamantar a mi esposo en lugar de Jacintito.
O sea, quiero a mi chiquitito.
Pero la manera que mi marido me chupa la leche… me saca del mundo.
XO
Pero me voy por las ramas.
Mi marido me fue corriendo mano, sus deditos deslizándose tan rico para encontrar mi botón.
😵 😲
Lo empezó a acariciar con su dedito, haciendo círculos riquísimos que me hacían sentir corriente por toda la espalda.
Me estiré completa, tratando de ahogar su boquita maliciosa con mis pechos, mis ojitos apretados como si no quisiera que el placer se saliera…
😫 😖
Y me empecé a venir.
Ese flujo increíble entre las piernas, cuando me pegaba tan rico dentro de mí, en ese lugar tan secreto y que su puntita sabe tan bien alcanzar para hacerme ver estrellitas.
XO
Y empezó a metérmelo más fuerte, mi orgasmo borrándome, mis músculos tensándose en torno a su cosa gruesa.
Mi chico gruñía, sus ojitos brillando como un animal y pensé que le faltaba poco.
Me afirmé a sus hombros, urgiéndole que se viniera dentro de mí.
😩😫
Pero cómo se aguanta ese hombre.
Me vine dos, tres, cuatro veces.
Pero mi mejor amigo siguió dándome.
XO
Su pene se sentía enorme, ardiente y duro como piedra.
Y yo sabía que le faltaba mucho.
Lo sé.
He dormido con mi mejor amigo por más de 11 años.
😵 😲
Me miró como pidiéndome permiso.
Como si acaso lo podía dejar barrer el piso conmigo una y otra vez.
Y yo se lo di.
No necesitaba darle aliento.
Mi mejor amigo es un monstruo legendario en la cama.
😩 😖
Y ya le dio con todo.
La cama crujía de la fuerza.
Estábamos completamente transpirados, los dos aspirando aire desesperados en ese maremoto de amor y de placer.
Podía sentir otro orgasmo viniendo, uno grande y maravilloso.
Y por eso lo amo tanto.
😆
Porque puede ser tierno, cariñoso y lleno de amor un momento.
Pero ni siquiera necesita que se lo diga para que me lo de duro y fuerte.
😩 😲
Me presionaba sobre el colchón como si estuviera a una gravedad tremenda.
Podía sentir los resortes doblarse bajo mi espalda.
Y mi marido me seguía dando fuerte, salvaje, rompiéndome en pedazos.
XO
Mi marido dejó mi botón y me agarró el trasero.
Y no sé cómo le hizo, pero me dio en un ángulo riquísimo.
😩 😖
Me corría como loca.
XO
Lo sentía más adentro, sus bolitas golpeándome duro con cada rebote.
Y cada metida, me sentía más y más mojada.
En serio, me iba partiendo en dos. Sabía que me iba a venir otra vez y no pude esconderlo.
😱
Me quejé súper fuerte y mi cuerpo enterito se sacudió debajo de él.
Nuestros cuerpos se azotaban como locos, demostrándonos el amor que sentimos durante años.
Y mi mejor amigo, siempre pendiente de mí.
😍
Sus ojitos lindos, pendientes de mí y de mi gozo, haciéndome sentir la única mujer del mundo.
Me prendía tanto que me mirara cuando me desgarraba de placer, sintiendo un orgasmo intenso y yo iba sintiendo cómo su cosa se hinchaba tremendo.
XO
Mi cuerpo lo pedía. Lo necesitaba con urgencia.
Si mi mejor amigo seguía, me volvería más loca por él.
Y cuando finalmente se vino, fue como si las nubes se abrieran y cantaran los ángeles.
💦 💦 💦 💦 💦
Me llenó con su juguito hasta desbordarme.
Nos quedamos pegaditos, sudados y cansados.
No quería soltar su cosa, ajustada tan increíble dentro de mí.
Y estaban sus besitos, sus abrazos, la forma que me masajea los pechos.
XD
¡No me los deja tranquilos!
Pero ¿Qué puedo hacer? Lo amo como loca.
😍
Pero la sacó y me dejó con esa sensación de vacío.
Encaja tan bien, tan tibiecito y apretado, que no puedo imaginarme la vida sin él dentro de mí.
😆
Así que sí.
A él le gustan mis tallarines con salsa.
Pero yo no podría vivir sin “su salsa”.
😉
¡Feliz día del padre atrasado!
Post siguiente
1 comentarios - Tallarines con salsa