You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Juegos peligrosos con la hijastra

Esta historia comienza hace unos años cuando me fui a vivir con una mujer de mi edad, estaba divorciada y yo soltero, de su anterior matrimonio tenía una hija que en ese momento estaba en plena adolescencia: bonita, blanca de pelo oscuro, con cuerpo menudo pero grandes tetas heredadas de la mamá y quien no terminaba de aceptarme. Las cosas empezaron bien pero se fueron enfriando lentamente por problemas en la forma de ser de mi ex mujer, que se sumaron a una notoria diferencia entre lo que entendíamos por sexo pasional, yo siendo muy morboso y pervertido, mientras ella demasiado mojigata. En fin, todo estalló una noche en una gran discusión donde hasta su hija salió insultada, así que decidí tomar mis cosas e irme de la casa.


Yo seguía guardando enojado la ropa en mi maleta de viaje cuando veo entrar en el cuarto el cuerpo delgado -pero con esos protuberantes senos- de mi hijastra, en su cara de niña perdida se destacaban los ojos hinchados de llorar y sus labiecitos rosados, yo paré al verla, nos sentamos en la cama y empezamos a hablar sobre lo que le pasaba a su madre y en medio de la conversación se dió cuenta que estaba haciendo mi maleta y se soltó a llorar pidiéndome que no la dejara sola con su mamá, porque en su despecho se desquitaría con ella hablando entre sollozos. A mi esa imagen me partió el alma, yo la verdad si quería irme pero la súplica de aquella hermosa adolescente de ojos brillantes por las lágrimas, con un cuerpo en plena eclosión hizo que repensara la decisión de irme.

Me pidió que la tratara como a un adulto y no como a una niña, que le explicara por qué quería alejarme de ella y de su mamá, así que dandole gusto le dije que entre muchas razones uno de las principales motivos era que ya no teníamos sexo y que nuestra relación se basó precisamente en encuentros sexuales bastante pasionales en un inicio, pero que con el tiempo eso había bajado mucho y que aunque yo si tenía oportunidades para serle infiel, no quería llegar a hacer eso para satisfacer esa necesidad de intimidad, no quería ser un cabrón (aunque terminaría siendolo). Ella mirándome me dijo "no quiero que te vayas", "yo tampoco quiero irme peque, pero que solución le puedo encontrar a esta situación", a lo que me responde: "inventate algo yo te ayudo como tu me pidas".

Debo decir que mi lado perverso se despertó al oír esas palabras, o hemos soñado con que un angelito así nos la diga y mi mente urdió en cuestión de segundos un plan que me dejará morbosear a mi hijastra con su permiso, total si no le sonaba la idea o se sentía ofendida ya iba de salida de aquella casa y ya nada tenía para perder. Así que le pedí que levantara su mirada del piso y me viera a los ojos, le dije tal vez me puedas ayudar con el principal de esos motivos y los otros ya los iré resolviendo con tu mamá. Dudando me dijo "que puedo hacer?" le respondí "no preguntes por qué o para qué, pero si te parece, te pido que dejes todos los días antes de irte a duchar para el colegio, el calzoncito que hayas usado hasta ese momento bajo tu almohada".

Ella me miró extrañada con un gesto que no supe descifrar entre asco y asombro, yo rompí el silencio que se hizo tras mis palabras, "pero si te parece rara o incómoda mi propuesta no hay problema, dejémoslo así peque" y volví a meter otra camisa a mi maleta. Ella reaccionó y me dijo "espera... si solo eso es lo que debo hacer para que no te vayas, lo haré", "si solo eso y no te preocupes, no pido más y yo llevaré tus calzoncitos al cesto de ropa sucia cada día descuida"... se lo pensó un minuto y contestó con un seco "ok" mirando al piso. Mi hijastra no era tonta sabía para qué se los pedía pero le pareció algo fácil de hacer para arreglar la situación y así evitar mi partida, "bien, qué te parece si empezamos con nuestro trato desde mañana?... "Esta bien" fue su respuesta.

En seguida, giré mi maleta y salieron las prendas que se regaron por la cama, le pedí que sonriera y me diera un abrazo (solo para sentir sus notorios senos contra mi pecho), luego me acompañó a ir por su madre y sentarnos los 3 a resolver el problema. Al otro día ya calmados los ánimos, mi mujer se levantó para alistarse a su trabajo, yo para preparar el desayuno de todos y mi hijastra para irse al colegio, la primera se despidió de mí con un beso y una caricia en mi mejilla, mientras mi hijastra con un seco "bye" sin dignarse a mirarme, ni se parecía a la adolescente envuelta en lágrimas que me pidió que no la dejara sola. Yo por mi parte trabajo remoto en casa desde la pandemia y eso me daba horas de productiva soledad.

En fin, quise ver si ella había cumplido con lo prometido y tras esperar unos eternos 15 minutos, solo para estar seguro, entré a su cuarto y levante las cobijas con muchas expectativa, pero ahí bajo la almohada de su cama me esperaba un calzoncito rosado con dos gracioso moños grises en la cintura, era el que llevaba puesto mientras hablaba conmigo la noche anterior. Mi alegría estalló junto a mi morbo porque la prenda aun estaba tibia, la había usado para dormir... el corazón me retumbaba en el pecho, tomé el calzoncito con mis manos y sin pensarlo siquiera, casi como un instinto animal me los lleve a la nariz para deleitarme con su fragancia.

Aquello fue un golpe de lujuria y sensaciones libidinosas simplemente indescriptibles, una fragancia que no podría competirle al perfume más caro, un auténtico manjar olfativo que despertó mi verga en microsegundos. Y es que la sola imagen de lo que estaba haciendo era en sí misma algo sacado de la película triple x más pervertida: el padrastro lujurioso en la habitación de su hijastra sosteniendo su calzoncito recién usado frente a su nariz, mientras olfatea como un sabueso sus olores vaginales.

Tras ese primer impacto decidí ver por dentro de la prenda, quería ver esa parte de la tela que hacía contacto con los virginales labios de su cuquita y ahí observe manchas secas blanquecinas que desprendían ese olor sugestivo, ni muy fuerte, ni tampoco suave, eran los jugos vaginales de mi hijastra lo que se convertiría en mi mayor vicio. Acaso se mojó anoche mientras hablaba conmigo sobre esto de dejarme sus calzones a escondidas de su mamá?, tal vez no había podido dormir y terminó masturbándose ? 

No importaba, por ahora solo quería disfrutar con total descaro de meter mi nariz entre ese oloroso calzoncito de adolescente en celo, sacarme la verga que ya tenía palpitando y hacerme la paja despacio acostado ahí en la cama de mi hijastra. Y así con el olor de su intimidad metiéndose en mi nariz la imaginaba sobre mi, haciéndonos un 69 metiéndole la lengua por su virginal cuca, disfrutando de aquella raja sin vello, mientras su boquita rosada se comía mi tronco venoso llenándolo de sus babas... entonces sentí que desde las bolas me cabalgaba un torrente de semen que saldría a chorros, reaccione porque no quería dejar prueba o mancha que delatara mi presencia, así que justo a tiempo envolví mi verga con los rosados calzones de mi hijastra para impregnarlos de mi leche, ahí justo donde estaban sus manchas secas puse la cabeza de mi verga y se volvieron a humedecer gracias a mis jugos al venirme en su calzoncito, mezclándose y fundiéndose en una sola mancha.

Me palpitaban las sienes, mientras me sentía ruin y feliz al tiempo, no quise dejar que la culpa me dañara el momento y me limpié la verga con los calzoncitos de mi hijastra, fui a su baño y saqué su secador de pelo para secar la mancha de mi semen pensando en que por mejor que los lavaran quedaría un rastro de mi semen en ellos, entre las fibras. En seguida, los lleve al cesto de ropa sucia para dejarlos debajo de toda la ropa. Mi hijastra había cumplido con su parte y decidí escribirle a su cel un simple "gracias peque", al rato vi que lo leyó pero no me respondió nada. En ese momento me habría gustado ver su reacción, tal vez se puso roja.

El resto de la mañana quise trabajar pero el olor de mi hijastra aun en mi nariz me desconcentraba y termine de nuevo en su cuarto sacando todos sus calzones limpios para ponerlos en la cama extendidos y memorizarlos, en su forma, color, textura, ya estaba perdido en mi propia perversión. En la tarde llegó de estudiar, me saludó seca y como siempre se encerró en su habitación, pero ahora sabía que lo primero que haría al encerrarse sería revisar bajo su almohada buscando su calzón usado... qué habrá cruzado por su mente al saber que al irse yo fui por él, seguro imaginó para qué lo use y hasta sabía en qué momento por el mensaje que le envié.

La tarde fue normal entre el trabajo y las obligaciones, llegada la noche llegó mi mujer que sin disculpa de cansancio que valiera pagó la calentura que su hija había incitado en mi, la clavé con tantas ganas que solo quería que mi hijastra escuchara los gemidos de su madre desde su habitación (al otro lado del muro) acompañados del golpeteo de la cama contra la pared, mientras yo solo imaginaba que era a ella a quien mi verga abría. Al siguiente día se repite la rutina, todos despiertos temprano, mi mujer al trabajo, yo hago el desayuno, mi hijastra a estudiar... pero esta vez al despedirse me da una mirada que no supe descifrar, tal vez le habría molestado el show de la noche anterior?, no se, así que intrigado dejé que pasaran los 15 minutos (donde mi esposa se podía devolver a la casa por algún documento o algo así) y muerto de la curiosidad entro al cuarto de mi hijastra, me acerco a su cama tendida y muevo la almohada para encontrar un nuevo calzoncito de flores que extendido mostraba una mancha grande y húmeda en la entrepierna.

Entonces supe que mi hijastra sí disfrutó de mi escandaloso espectáculo con su mamá y que no había podido reprimir las ganas de darse placer al tiempo con nosotros, lo había logrado. De nuevo levanté su calzoncito de la cama como se levanta un pajarillo herido del suelo y la tela estaba mojada, babosa y olorosa... ahora comprendía su mirada al irse, era mezcla de vergüenza porque vería sus jugos frescos y excitación por esa misma razón. Los límites se habían perdido ya, sin pudor pase la lengua recogiendo el sabor de su salada intimidad y con todo el tiempo del mundo me desnude para acostarme en la cama de aquella adolescente.

Con la lentitud del que disfruta su plato favorito me masturbé, llenándome la nariz de su aroma, lamiendo, chupando la tela, exprimiendo sus jugos en mi boca, recreando en mi mente los escenarios más atrevidos con su dueña y justo a tiempo llenando su prenda íntima de mi semen para que una vez más se fundiera con su humedad. Desnudo aún y sin levantarme de su cama de nuevo le escribí al cel: "el mejor regalo de esta vida peque", con la plena intención que supiera que ya había usado sus calzones para descargarme, pasaron unos minutos y su respuesta fue una carita sonrojada. Eso me llenó de alegría porque ya había una complicidad entre los dos. De nuevo los sequé y los guarde hasta abajo en el cesto de ropa sucia. 

Esta dinámica siguió por varios días, donde llegué hasta a trabajar con sus calzones envolviendo mi verga y escribiéndole cada vez que me venía en ellos, solo para que supiera el momento exacto en los usaba y ella me enviaba una carita picando un ojo o un chango tapándose los ojos... hasta que me escribió un día por whatsapp (seguramente en el descanso) sin siquiera decir un hola: "yo se bien para que usas mis calzones sucios", a lo que le respondí: "bueno tampoco fue que tratara de ocultar mis intenciones, ese era nuestro acuerdo o no", a lo que me responde" si, pero no te da asco?".... "para nada, es mas me encantan tus olores peque".... "a qué huelo, acaso?" y sin pensarlo le contesté: "a mujer excitada"...lo leyó y no escribió más. La cagué pensé para mis adentros.

Al otro día después de despedir a mis mujercitas, pasé por mi regalo al cuarto de mi hijastra y junto a un calzoncito gris con corazones rojos había una nota de puño y letra de su dueña: "cuando termines con estos no los dejes en la ropa sucia, devuelvelos aquí bajo la almohada". se me dibujó una enorme sonrisa en la cara porque había desbloqueado un nivel de perversión en mi hijastra. Así que con más ganas me masturbe hasta venirme en el interior del calzoncito y lo deje repegado de mi semen, aun tibio doble la prenda como si fuera un regalo y la metí bajo la almohada, para cubrirla con su cubrelecho de colores. Intenté trabajar en mi computador pero fue inutil y las horas hasta que ella llegara se me hicieron eternas.

Finalmente la oí entrar a la casa, venía con su uniforme del colegio de falda a cuadros, la blusa blanca y el saco en la mano, nuestras miradas se encontraron rápidamente, ella saludo incómodamente y siguió de largo para su cuarto yo la seguí con la mirada. Se encerró y mi lujuria me decía que separados por una pared se encontraba ella contemplando mi leche en sus calzones, estaría oliendo o probando con su lengua mis jugos en la tela?. Lo cierto fue que demoró como una hora en salir y al hacerlo seguía usando la falda del colegio y solo se había puesto una camiseta que resaltaba sus grandes tetas. Con un gesto de picardía se acercó a mi escritorio y me dijo medio en tono de reproche y puchero: "siempre me escribes despues de usar mis calzones, hoy no lo hiciste" era cierto, le respondí: "perdona peque pero estaba tan excitado con tu pedido que se me olvidó, pero me gusta eso que estes pendiente". Ella solo sonrió: "al principio me dio pena, pero ahora me gusta que me avises" miró hacia otro lado mientras decía eso y se ponía roja...."y dime peque para que querías que dejara tus calzoncitos de nuevo bajo la almohada?". y sin titubear me dijo. "para ésto" mientras subía su falda con las manos y me dejaba ver que llevaba puestos esos mismos calzones grises con corazones que yo había empapado hacía unas horas con chorros de mi semen. La descarga no se había secado y dibujaba una mancha húmeda sobre la línea vertical que en bajo relieve dibujaba sus pequeños labios vaginales ocultos tras la prenda.

Mi cara debió haber sido un poema porque mi hijastra sonrió como quien hace una picardía, me guiño un ojo y soltando su falda salió de nuevo para su cuarto a encerrarse. Yo quedé con una erección de campeonato que decidí aliviar ahí mismo en mi escritorio, viendo una foto de  ella sacada de algún viaje que hicimos. Mi mente iba de su rostro en la pantalla a la imagen grabada a fuego en mi mente de ella mostrándome esos calzones con mi semen seguramente tocando su cuquita adolescente, ya estaba sintiendo que me venía cuando un mensaje suyo, entró en mi cel: "mañana te dejo otro regalo bajo mi almohada, espero que te guste", al terminar de leerlo los chorros blanquecinos salieron disparados potentes de mi verga mojándolo todo, pero en especial su rostro sonriéndome desde la pantalla.

Si les gusta el relato después les traigo lo que pasó, un abrazo.

11 comentarios - Juegos peligrosos con la hijastra

Emilpj18 +1
espero 2da parte, van puntos
nermad10 +1
Ufffffff que exitante y rico relato espero la segunda parte
martinalandia +1
uff que ganas de ser tu hijastra
DIRTYHARRY06
Podemos jugar si te animas martinalandia
disnastes +1
l suerte de alguno no tiene compracion con nada
nukissy1044
🍓Crea tu propia animación porno 18 ) Por favor, valora ➤ https://okebio.com/nua
Lordkenichi5335 +1
Me encanto, me gusta este tipo de historias morbosas de incesto, espero la continuacion