Yo no lo podía creer, había quedado congelado por lo que me decía. Decidí esperar y no actuar, pasaron varios días y la tensión aumentaba, nadie decía nada. Sin embargo, empecé a seguirla porque me estaba comiendo la cabeza todo lo sucedido.
Uno de esos días de espiarla, salió del gym, fue al chino. Yo entré y el chino me miraba raro, yo haciendo señas que no hable, buena onda el chino. Mi novia se fue para atrás y en la última góndola escucho voces, me acerco y un hombre se la estaba chamuyando, ella de calza y top, a él no podía verlo porque no me daba el ángulo para hacerlo. Ella se reía y él hablaba. En eso se escucha a ella decir “si, me gusta. Vamos”.
Salieron del chino, los seguí y pude salir antes que ellos. Lo veo de frente y era Osvaldo el mecánico de la otra cuadra, hombre de unos 60 años, canoso, alto y obviamente todo engrasado. Salieron caminando hasta el taller, entran a una oficina y veo como Osvaldo le apoya una mano en el culo a mi novia. La oficina es vidriada por lo que pude ver como se besaban al acercarme lo más que pude. Después de unos minutos, Osvaldo abre una puerta de atrás y no pude ver mas pero la puerta quedó abierta entonces entré a la oficina y desde vi toda la situación.
Se estaban besando, Osvaldo tocaba todo el cuerpo de ella y pasaba la lengua por su cara, se escuchaba que ella se lo pedía. Luego, ella se agacha y empieza a chuparle la verga mientras el viejo gozaba de su boca y labios. Después la levantó, la puso contra la pared, yo agachado en la oficina viendo a ella contra la pared y a él sacándole la calza, nalgueándola y sacando su tanga. Con su verga acariciaba la cola de mi novia y le mete un dedo, después otro y un tercero. Mi novia gritaba y gozaba mientras él comenzaba a acelerar, entraba y sacaba. Ella se retorció mientras seguía gimiendo, evidentemente había acabado. Entonces Osvaldo con la verga bien dura comenzó a metérsela cuando alguien tocó la puerta y llamó al mecánico. Yo me escondí atrás de un escritorio y Osvaldo salió de la habitación, abrió la puerta de la oficina y atendió al cliente. Mi novia salió corriendo y se fue. Yo esperé un poco y también salí
Cuando llego a casa, la veo en el sillón, sentada, sonriendo y con marcas de grasa en piel. Pregunté pero se rehúso a contestar y se fue a bañar.
Todavía no entendía que sucedía pero esto se ponía cada vez peor y yo no sabía cómo actuar.
Uno de esos días de espiarla, salió del gym, fue al chino. Yo entré y el chino me miraba raro, yo haciendo señas que no hable, buena onda el chino. Mi novia se fue para atrás y en la última góndola escucho voces, me acerco y un hombre se la estaba chamuyando, ella de calza y top, a él no podía verlo porque no me daba el ángulo para hacerlo. Ella se reía y él hablaba. En eso se escucha a ella decir “si, me gusta. Vamos”.
Salieron del chino, los seguí y pude salir antes que ellos. Lo veo de frente y era Osvaldo el mecánico de la otra cuadra, hombre de unos 60 años, canoso, alto y obviamente todo engrasado. Salieron caminando hasta el taller, entran a una oficina y veo como Osvaldo le apoya una mano en el culo a mi novia. La oficina es vidriada por lo que pude ver como se besaban al acercarme lo más que pude. Después de unos minutos, Osvaldo abre una puerta de atrás y no pude ver mas pero la puerta quedó abierta entonces entré a la oficina y desde vi toda la situación.
Se estaban besando, Osvaldo tocaba todo el cuerpo de ella y pasaba la lengua por su cara, se escuchaba que ella se lo pedía. Luego, ella se agacha y empieza a chuparle la verga mientras el viejo gozaba de su boca y labios. Después la levantó, la puso contra la pared, yo agachado en la oficina viendo a ella contra la pared y a él sacándole la calza, nalgueándola y sacando su tanga. Con su verga acariciaba la cola de mi novia y le mete un dedo, después otro y un tercero. Mi novia gritaba y gozaba mientras él comenzaba a acelerar, entraba y sacaba. Ella se retorció mientras seguía gimiendo, evidentemente había acabado. Entonces Osvaldo con la verga bien dura comenzó a metérsela cuando alguien tocó la puerta y llamó al mecánico. Yo me escondí atrás de un escritorio y Osvaldo salió de la habitación, abrió la puerta de la oficina y atendió al cliente. Mi novia salió corriendo y se fue. Yo esperé un poco y también salí
Cuando llego a casa, la veo en el sillón, sentada, sonriendo y con marcas de grasa en piel. Pregunté pero se rehúso a contestar y se fue a bañar.
Todavía no entendía que sucedía pero esto se ponía cada vez peor y yo no sabía cómo actuar.
3 comentarios - La princesa del barrio 2