Capítulo 6: El final
La verdad es que todo iba bastante bien. Resultó que Brenda era una auténtica loca, cuando menos lo imaginaba se ponía de rodillas, sacaba mi polla y se ponía a masajear el contorno de mi polla con sus labios, mientras se frotaba los pezones y gemía. Pero lo que hacíamos era arriesgado y pronto nos cobraría factura, cierto día después de no haber tenido encuentros juntos por dos días, Brenda halló una brecha donde estábamos juntos, en cuanto escuché que Susana se había metido a bañar y con Erica en su habitación, Brenda se lanzó hacia mí, me comenzó a besar mientras simultáneamente se desnudaba y sacaba mi polla, para juguetear con su mano lentamente con mi punta, trabajándome con maestría con sus manos y con su humeda lengua clavándose en mi garganta
-Mmmmm, no debería hacer esto aquí, soy una niña muy traviesa- ronroneó, inmediatamente se puso de rodillas y comenzó a besar mi verga con sus labios haciendo cosquillas en la sensible parte inferior de la punta de mi verga
-Apuesto a que no- gemí. - ¿Eso te excita, cariño? ¿Ser traviesa? - le pregunté. Me interrumpí con un profundo gemido de placer cuando Brenda metió la punta de mi verga en su boca y giró su lengua salvajemente.
Sus labios se separaron de mi polla -Shh papi, debemos estar en silencio. No queremos llamar la atención- tenía razón por lo que ahogué mis gemidos, puse una mano sobre la cabeza de Brenda y la miré mientras ella gruñía suavemente y hundía mi polla profundamente en su garganta. Una de sus manos se había deslizado hasta su entrepierna y ella deslizó algunos dedos dentro de sí misma, acariciándose al ritmo de su cabeza que se mecía
- ¿Deberíamos llevar esto al dormitorio?- jadeé después de unos minutos saboreando su lenta y amorosa mamada
Los labios de Luisa se deslizaron de mi polla y rápidamente susurró -No, no al dormitorio, ahí está Erica, ven sígueme- Se levantó rápidamente, me dio un tirón en la polla y me besó en los labios antes de girarse ligeramente, con su cabello oscuro y ondulado ondeando tras ella, y conducirme a la cocina
Brenda se sentó en la mesa, reclinada sobre las manos y con los muslos separados, revelando su deliciosa vagina

- ¿Me probaría, señor? - preguntó coqueta pasándose un dedo por sus labios húmedos. Le di una sonrisa hambrienta y me arrodillé ante ella, respirando su excitación
- Desde hace dos días que me moría de ganas de probarte- gruñí mientras sumergía mi lengua entre sus piernas bronceadas
Gemimos en éxtasis compartido mientras lamía con avidez su coño, provocándolo con largas caricias de mi lengua plana, presionando suave y luego firmemente contra su temblorosa vagina. Ella jadeaba de satisfacción y sentí sus dedos recorrer mi cabello mientras lamía, besaba y chupaba su coño, sintiendo su creciente excitación en el calor de mi cara y sus dedos apretándose en mi cabello. Al poco tiempo, pude sentir una urgencia en ella
-Mi clítoris- jadeó con un gemido ahogado de placer -Chúpalo papi Chúpame el clítoris, por favor- Su voz temblaba al hablar, esforzándose por callar mientras oleadas de placer recorrían su cuerpo
Rápidamente deslicé mis labios alrededor de su clítoris y lo chupé entre ellos, moviéndolo hacia adelante y hacia atrás mientras mi lengua lo azotaba y yo chupaba al ritmo de sus crecientes jadeos.
-Sí, papi, sí, haz que esta traviesa se corra. ¡Oh sí, sí! - gemía
Me frotó su vagina con furia por la cara, mis labios se deslizaron desde su clítoris y recorrieron cada centímetro de su coño, encontrando los puntos justos para hacerla temblar, para que se corriera. Sentí el intenso aroma de sus fluidos corriendo desde lo más profundo y mi cerebro explotó. Me volví tan loco explorando su coño con avidez ,buscando cada gota de esa deliciosa esencia.
Cuando el orgasmo de Brenda disminuyó, su agarre mortal se relajó y se desparramó sobre el escritorio, acariciando suavemente sus rígidos pezones marrones mientras yo besaba su coño y la parte interna del muslo suavemente, con reverencia.
-Dios mío, no me han lamido así desde...- jadeó levemente, pensando. -Digamos que demasiado tiempo- Después de unos momentos más de besar suavemente sus muslos mojados y su vagina, Brenda se incorporó lentamente y me miró, fijándose en mis ojos con esos ojos marrones mientras sus delgados dedos se deslizaban en su entrepierna.
-Me has empapado, papi- sus dedos recorrieron el contorno de los labios de su vagina
- ¿Quieres sentir lo mojada que está esa polla?- le pregunté
Le sonreí, le di un beso apasionado y profundo en sus labios húmedos y luego me levanté; mi enorme erección surgió de debajo de la mesa y se extendió sobre el cálido y húmedo coño de Luisa.
La froté un poco de un lado a otro, disfrutando de la sensación de su cálida humedad en la parte inferior de mi pene. Jadeó levemente mientras rozaba su clítoris una y otra vez.
-Ay, Papi, no te burles- gimió, me reí y agarré mi polla, golpeándola en sus labios una y otra vez.
- ¿No puedes esperar? - dije, deslizando mi punta desde su clítoris hasta su ansioso agujero.
-no, papi, dámelo ahora- me empujó hacia mí y mi punta se deslizó hacia dentro de su vagina, ambos jadeamos de placer al mismo tiempo y lentamente introduje mi polla en su anhelante agujero. Seguí su ejemplo, llenándola lentamente, ambos esforzándonos por permanecer en silencio. Supuse que no queríamos llamar la atención de Erica mucho menos de Susana, pero fue en vano
-ajam- Erica aclaro su garganta llamando la atención -Vaya… qué escena tan familiar- dijo sarcásticamente de pie desnuda en la puerta de la cocina.

Antes de que pudiera decir nada, Brenda se giró hacia ella con una sonrisa amplia, como si nada estuviera fuera de lugar.
- ¡Erica! Justo a tiempo. Ven, siéntate con nosotros. Podemos disfrutar de esto los tres- dijo mordiéndose un labio
- ¿En serio? - dijo, sin mirarla a ella, sino directamente a mí - ¿Me invitas…ahora? ¿Después de que ya están tan cómodos aquí, cogiendo y compartiendo fluidos como si fuera esta cocina fuera su motel? - preguntó
Brenda, todavía sonriendo, pero con un matiz de incomodidad, insistió
-Vamos, no es nada raro. Solo pensé que sería lindo…-
- ¿Lindo? - la interrumpió Erica, dejando escapar una risa amarga -Lo lindo habría sido que me invitaran desde el principio, no cuando ya tienen media mañana juntos. -
- Erica, no es lo que piensas…- dije
-Vamos Erica, no seas aguafiestas- insistió Brenda, Erica dudó un momento, pero finalmente entró. Se paro a mi lado. Sin decir una palabra más, se acercó a mí y me dio un beso profundo y muy sensual. Le devolví el beso. Sus manos se posaron en mis pechos y al instante las mías en los suyos. Aunque sus pechos eran tan firmes que los de ella eran un poco más pequeños y sus pezones estaban mas duros.
-Más te vale hacer algo, chica. Tiene una polla increíble y lo sabe. Si no empiezas a hacerle más cosas de las que te pide, esta polla enorme acabará en mi coño más que en el tuyo- le dijo Brenda a Erica
Me quedé parado, escuchando la verdad en las palabras de Brenda, su coño aún latía alrededor de mi polla
- ¿Qué quieres, papi? - me preguntó Erica, poniéndome la mano en la cara - ¿Quieres que te chupe la verga y que te corras en mi cara? - preguntó
-Sí, me gustaría- respondí asintiendo.
Erica sonrió satisfecha para después mirar a Brenda a los ojos, después de un buen rato, ambas rieron y empezaron a moverse. Erica se movió primero y se quedó en medio de la cocina, Brenda se levantó lentamente de mí. Mi polla estaba fría ahora sin su coño caliente alrededor, y la humedad que dejó no ayudaba. Cuando se levantó, me ofreció una mano.
-Vamos- dijo Brenda
Nos unimos a Erica en medio de la cocina. Erica se giró para mirarla, puso las manos en sus caderas y se inclinó para besarla. Me quedé allí, observando cómo las manos de Erica acariciaban el cuerpo de Brenda, deteniéndose en sus pechos y ahuecándolos suavemente. Erica pellizcó sus pezones, haciéndola jadear, y el beso terminó.
-Bien, ahora acuéstate- le dijo a Brenda a lo que ella obedeció. Erica se agachó, manteniéndose en cuclillas. Me agarró la polla con una mano y miró a Brenda
Erica usó la mano libre para separar los labios de su coño antes de finalmente sentar su coño en la boca de Brenda. Después de contonearse un poco y gemir suavemente, volvió su atención a mi polla, moviendo la mano hacia la base y poniendo sus labios alrededor de la punta. Erica realmente parecía una estrella porno por cómo estaba en cuclillas, estaba increíblemente sexy.
Mirar a Erica con mi polla en su boca y su coño en la cara de Brenda era casi demasiado para soportarlo. Mi polla palpitaba en la mano y la boca de Erica. Ella me estaba masturbando mientras me chupaba la polla y me hacía una garganta profunda. Mi polla estaba cubierta con una gruesa capa de su saliva resbaladiza. Erica movió las caderas, frotando su coño húmedo contra la boca de Brenda mientras empezaba a gemir sobre mi polla. Eso fue todo. Agarré a Erica por su larga melena rubia y le eché la cabeza hacia atrás.
-Me voy a correr- dije, poniendo mi mano libre sobre mi polla para terminar en su cara
Erica cerró la boca justo a tiempo y dejó los ojos abiertos. Sonrió con picardía mientras le disparaba un buen tiro de siete chorros por toda la cara. Estaba prácticamente cubierta, con ambas mejillas cubiertas, mantuvo los ojos abiertos y sonrió durante todo el encuentro. Me sorprendió que siguió frotando su coño contra la cara de Brenda, sin perder el ritmo.
- ¿Terminaste? - logró preguntar Erica, intentando no abrir la boca lo suficiente para que mi semen se deslizara dentro, lo que provocó que burbujeara en sus labios
-Sí, estoy bien- respondí
Erica se levantó lentamente. Toda la cara de Brenda estaba mojada con los jugos vaginales de Erica, ella mantuvo la cabeza lo suficientemente inclinada hacia atrás para evitar que mi semen le corriera por su cara.
-Papi, ¿te importa si beso a tu hija?- preguntó Erica
-No me importa. Si te besa, adelante-respondí
Erica la miró sin decir palabra. No hacía falta, sabía lo que quería. Se inclinó y rozaron sus labios, bañados en semen. Casi en cuanto sus labios se rozaron Erica metió la lengua en su boca besándola con pasión
Cuando el beso y el semen se terminaron ambas se pusieron en pie, pero Brenda me agarró la polla y luego se apartó.
- ¿Todavía tienes una erección? -preguntó con incredulidad.
-Sí, eso parece- dije sonriéndole
- ¿No te quedaste flácido después de correrte tanto? - preguntó, sorprendida Erica
-La mayoría de las veces, tiene que correrse dos veces antes de dejar de funcionar. Una vez, incluso tuve que hacerlo correrse tres veces antes de que dejara de estar duro- intervino Brenda.
-Dios mío, ¿dónde has estado toda mi vida? - preguntó Erica, levantando la pierna y rodeándome la cintura con ella.
Erica metió mi polla entre los labios de su vagina, y la punta apenas entró. Me rodeó el cuello con los brazos y acercó sus caderas a mí, haciendo que la mitad de mi polla entrara en su caliente vagina.
-Fóllame otra vez. Por favor-dijo, mirándome.
La tomé fuertemente la pierna con una mano y le puse la otra mano en la otra nalga antes de levantarla. Como si le hubiera dado una señal, Erica supo exactamente qué hacer. Se incorporó de un salto y me rodeó la cintura con ambas piernas. Entre su agarre y yo sujetándole el culo, sería fácil follarla de pie.
No debía de pesar más de 50 kilos, y la mayoría eran culo y tetas, no tardamos mucho en entrar en ritmo. Tras un par de embestidas torpes al principio, estaba embistiendo su coñito apretado. Poco después, Erica empezó a gemir como la puta que era.
- ¿Querías un trío o solo querías ponerme los cuernos mientras te miraba y me follaba con mis dedos- preguntó molesta
Erica y yo la miramos. Estaba sentada sobre una alacena con las piernas abiertas y sus dedos hundidos en el coño. Bajamos el ritmo hasta detenernos, y después de unos segundos, la tenía sujeta por las nalgas mientras estaba completamente empalada en mi polla.
- ¿Y bien? - preguntó Brenda. - ¿Porqué no vienen? Yo también quiero atención -
Erica se adelantó, aflojando sus piernas alrededor de mi cintura. La levanté de mi polla mientras ella se desabrochaba las piernas y se ponía de pie. Erica me miró; aún tenía mucho semen en la cara, pero ya casi le había corrido por las tetas y el cuerpo
-Ve a correrte en el coño de tu hija para que pueda chupárselo- dijo Erica tirándome ligeramente de la polla.
- Mmm... nunca has tenido un creampie en mí- me dijo Brenda mientras nos acercábamos a ella.
Erica se arrodilló junto a Brenda en el sofá, tomó la mano de Brenda y la saco de su coño muy despacio. Cuando salieron por completo, los labios vaginales de Brenda estaban abiertos de par en par. Su coño, normalmente estrecho, ya tenía un aspecto desgastado. Puse mi pene en el clítoris de Brenda y lo froté un poco mientras Erica el tronco de mi verga lentamente.
Así estuvimos un par de minutos hasta que Erica decidió que Brenda también necesitaba mas placer y con su lengua comenzó a lamer el clítoris de Brenda, entre la lengua de Erica y mi polla, Brenda no tardó en gemir y jadear con fuerza y desenfreno, sus duros pezones eran manipulados por mis dedos mientras Erica jugueteaba con su clítoris y mi pene llenaban su coño.
-Aaaaaaah mierda- gimió Brenda, mi preciosa hija no tardó mucho en llegar al orgasmo, retorciéndose contra mí mientras su coño se apretaba alrededor de mi miembro y un gemido agudo y jadeante emanaba de su boca.
Erica se puso en medio de Brenda y yo, ahora yo solo veía la espalda desnuda de Erica mientras ellas, con sus cuerpos hermosos se miraban a los ojos, casi tan cerca que sus pezones se rozaban, pero Brenda tomo la iniciativa y se lanzó a besar a Erica, se besaban tan apasionadamente que sus bocas emitían ruidos por la mezcla de su saliva, mientras Erica se besaba con Brenda al mismo tiempo comenzaba a rodear lentamente mi polla con sus caderas. Mientras mi hija gemía entre besos yo ponía mis manos en la cintura de Erica quien cabalgó mi erección así durante unos buenos minutos, con mi polla profundamente dentro de ella mientras llegaba al orgasmo encima de mí.
-Aaaaaaah- Erica interrumpió su beso con Brenda y un fuerte gemido ahogado anunció su clímax; su boca y su cuerpo se apretaron con fuerza contra los de Brenda al correrse.
Una sonrisa se extendió por el rostro de Brenda mientras su cuerpo se relajaba contra el de Erica, sus orgasmos finalmente disminuyeron, y ella se inclinó para acariciar brevemente la mejilla de Erica
Tras unos segundos de beso, Erica se hizo a un lado y se puso detrás de mi espalda, dándome nuevamente una vista perfecta del coño de Brenda
-Vamos, solo faltas tu por correrte- Erica me susurró en el oído
Lentamente se acerque a Brenda y la cabeza de mi verga volvió a separar sus labios empapados mientras la movía de arriba abajo por su coño.
Después de unos segundos, entré en el coño de Brenda, mi verga se deslizó fácilmente entre sus paredes resbaladizas mientras enterraba cada centímetro profundamente dentro de ella.
Lentamente al principio, disfrutando del calor húmedo del agujero apretado, comencé a empujar dentro de Brenda, mis manos estaban en su cintura mientras la llenaba de polla y luego salía de nuevo, las paredes de su coño se envolvieron apretadas a mi alrededor mientras tiraba hacia atrás y los gemidos y jadeos de ambas mujeres mejoraron mi vista mientras mi polla se deslizaba dentro y fuera de la mujer en que se había convertido mi hija
Pronto empecé a sentir mi propio orgasmo. Me entregué a mis deseos, acelerando mis embestidas para follar a Brenda con fuerza y rapidez, mi polla la penetraba con fuerza por lo que no tardé mucho en llegar al punto de no retorno
-Mierda, me voy a correr- les dije en voz alta
- ¡Dios, sí, llena mi coño! - fue la respuesta de Brenda, mientras Erica se arrodillaba y abría los ojos para verme llenar de semen a mi hija.
Obedecí la orden de Brenda, gimiendo ruidosamente mientras descargaba mi semen profundamente dentro de su coño, mis piernas casi cedieron cuando me corrí con fuerza, varios chorros cálidos de semen dispararon al interior de la vagina de mi hija
Después de unos segundos saqué mi verga lentamente de Brenda, con mi semen escurriendo por sus labios hinchados y bien follados, me senté en una silla de la cocina cuando Erica se puso encima de mí y Brenda veía salir mi semen de su vagina. Los tres nos quedamos allí unos minutos, recuperando el aliento poco a poco. Erica giró la cabeza para besarme con cariño mientras mi mano descansaba sobre su vientre. Todo era paz y tranquilidad hasta que…
El golpe de la puerta al abrirse fue tan fuerte que por un instante pensé que se había roto. Giré la cabeza y ahí estaba Susana de pie, mirando la escena, paralizada, sus manos apretaban el marco como si fuera lo único que la sostenía de no caer en pedazos.
Sus ojos me buscaron, y lo que vi en ellos me atravesó como una cuchilla: no era solo ira, era traición, desconsuelo… y un brillo apagado que supe, en el fondo, que era el amor que alguna vez me tuvo, muriendo frente a mí.
- ¿Qué… es… esto? - su voz se quebró en cada palabra.
Yo reaccioné tarde. Me levanté dela silla como si todo estuviera bajo control, pero el nudo en la garganta me traicionaba.
-Susana… por favor…
Ella soltó una carcajada tan falsa que me dolió más que si me hubiera abofeteado.
—¿Por favor? ¿Por favor qué? Estas semidesnudo con tu hija y….la mia—sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no las dejó caer—. Sabes que llevaba semanas sintiéndolo, ¿no? Miraba como Erica te quería mas, notaba cómo tu sonrisa se apagaba cuando estabas conmigo… y volvía cuando estabas con ellas. Yo… lo sospechaba… pero esto… esto me supera-
Ambas, tanto como Brenda y Erica, se encogían y se tapaban intentando hacerse invisibles
Pero Susana la miró de reojo, y esa mirada era puro veneno.
- ¿Así que las dos? - les dijo con una voz baja, peligrosa -¿Te parece divertido? ¿Sentarte en mi mesa, sonreírme… mientras esperabas el momento para acostarte con él? - le preguntó a Erica a lo que solo bajó la mirada
-No la culpes a ella…- intervine poniéndome frente a ella
Susana me giró la cara con cachetada que me ardió más en el alma que en la piel.
- ¡Claro que la culpo! Pero sobre todo a ti.- Me señaló con un dedo que temblaba—. A ti, que juraste que yo era lo único que querías.
Di un paso hacia ella, intentando tocar su brazo, pero retrocedió como si yo fuera veneno.
-No… no te atrevas. No después de lo que vi.
Se agachó para tomar sus llaves, pero se le cayeron de las manos. Las recogió a la segunda, resoplando, como si hasta ese gesto le costara seguir en pie.
- ¿Sabes lo peor? - dijo, mirándome directo a los ojos -Que estaba dispuesta a perdonarte cualquier cosa… menos esto. Porque esto… esto lo pensaste, lo planeaste, y lo volviste a hacer… Y yo… yo no soy tu segunda opción. ¿No, tu tercera opción? - soltó todas sus lagrimas
El llanto ya le nublaba la voz, pero no perdió firmeza.
- No me sigas. No me llames. No intentes buscarme para “explicarlo”- su voz tembló en esa última palabra -Porque no hay explicación que me devuelva lo que mataste hoy-
Y sin darme tiempo a responder, abrió la puerta. La cerró tan fuerte que la vibración recorrió toda la casa. El silencio después fue tan absoluto que podía escuchar el latido en mis sienes.
Las chicas murmuraban entre ellas,pero yo ya no las escuchaba
Solo podía ver, una y otra vez, el momento exacto en el que los ojos de Susana dejaron de amar.
--------------------------------------------------------------------------------------------------
Han pasado meses desde aquella mañana en la que todo se rompió. Susana se fue sin mirar atrás. Renunció al trabajo, empacó lo que quedaba de ella en esta casa y se llevó consigo ese silencio denso que dejó flotando durante días. No hubo cartas, no hubo despedidas… solo una ausencia que se fue acomodando como un mueble más.
Y así, sin buscarlo, la vida tomó otro rumbo. Me quedé aquí, en esta misma casa, con Brenda… y con Erica.
Al principio fue raro, como si todos estuviéramos cuidando cada palabra para no tocar las heridas. Pero poco a poco, entre desayunos compartidos, cenas improvisadas y charlas hasta tarde, encontramos un ritmo propio.
Hoy, cuando abro los ojos por la mañana y escucho las risas de Brenda y Erica en la cocina, sé que, de algún modo, hemos tejido algo nuevo. No perfecto, no sin cicatrices… pero real
No volvieron a la universidad. Había pagado el semestre completo de ambas y no pude obtener un reembolso, pero consideré que era un precio pequeño para pagar por tenerlas cerca
También empezaron a actuar con más madurez. Consiguieron un trabajo a tiempo parcial en la biblioteca local, tomaban clases en línea, ayudaban más con las tareas del hogar y, por supuesto, se acostaban con su papá en cada momento libre que tenían….
FIN
Este es el gran final de esta historia espero que les haya gustado desde el principio hasta el fin, claramente hay cosas en las que se pueden mejorar sin embargo con su apoyo, ideas y con su ayuda lograremos mas y mejores relatosPasarán algunos días hasta que suba el inicio de otra historia, cualquier idea, sugerencia es completamente bienvenida. Gracias por leer hasta aquí y agradezco sus puntos
La verdad es que todo iba bastante bien. Resultó que Brenda era una auténtica loca, cuando menos lo imaginaba se ponía de rodillas, sacaba mi polla y se ponía a masajear el contorno de mi polla con sus labios, mientras se frotaba los pezones y gemía. Pero lo que hacíamos era arriesgado y pronto nos cobraría factura, cierto día después de no haber tenido encuentros juntos por dos días, Brenda halló una brecha donde estábamos juntos, en cuanto escuché que Susana se había metido a bañar y con Erica en su habitación, Brenda se lanzó hacia mí, me comenzó a besar mientras simultáneamente se desnudaba y sacaba mi polla, para juguetear con su mano lentamente con mi punta, trabajándome con maestría con sus manos y con su humeda lengua clavándose en mi garganta
-Mmmmm, no debería hacer esto aquí, soy una niña muy traviesa- ronroneó, inmediatamente se puso de rodillas y comenzó a besar mi verga con sus labios haciendo cosquillas en la sensible parte inferior de la punta de mi verga
-Apuesto a que no- gemí. - ¿Eso te excita, cariño? ¿Ser traviesa? - le pregunté. Me interrumpí con un profundo gemido de placer cuando Brenda metió la punta de mi verga en su boca y giró su lengua salvajemente.
Sus labios se separaron de mi polla -Shh papi, debemos estar en silencio. No queremos llamar la atención- tenía razón por lo que ahogué mis gemidos, puse una mano sobre la cabeza de Brenda y la miré mientras ella gruñía suavemente y hundía mi polla profundamente en su garganta. Una de sus manos se había deslizado hasta su entrepierna y ella deslizó algunos dedos dentro de sí misma, acariciándose al ritmo de su cabeza que se mecía
- ¿Deberíamos llevar esto al dormitorio?- jadeé después de unos minutos saboreando su lenta y amorosa mamada
Los labios de Luisa se deslizaron de mi polla y rápidamente susurró -No, no al dormitorio, ahí está Erica, ven sígueme- Se levantó rápidamente, me dio un tirón en la polla y me besó en los labios antes de girarse ligeramente, con su cabello oscuro y ondulado ondeando tras ella, y conducirme a la cocina
Brenda se sentó en la mesa, reclinada sobre las manos y con los muslos separados, revelando su deliciosa vagina

- ¿Me probaría, señor? - preguntó coqueta pasándose un dedo por sus labios húmedos. Le di una sonrisa hambrienta y me arrodillé ante ella, respirando su excitación
- Desde hace dos días que me moría de ganas de probarte- gruñí mientras sumergía mi lengua entre sus piernas bronceadas
Gemimos en éxtasis compartido mientras lamía con avidez su coño, provocándolo con largas caricias de mi lengua plana, presionando suave y luego firmemente contra su temblorosa vagina. Ella jadeaba de satisfacción y sentí sus dedos recorrer mi cabello mientras lamía, besaba y chupaba su coño, sintiendo su creciente excitación en el calor de mi cara y sus dedos apretándose en mi cabello. Al poco tiempo, pude sentir una urgencia en ella
-Mi clítoris- jadeó con un gemido ahogado de placer -Chúpalo papi Chúpame el clítoris, por favor- Su voz temblaba al hablar, esforzándose por callar mientras oleadas de placer recorrían su cuerpo
Rápidamente deslicé mis labios alrededor de su clítoris y lo chupé entre ellos, moviéndolo hacia adelante y hacia atrás mientras mi lengua lo azotaba y yo chupaba al ritmo de sus crecientes jadeos.
-Sí, papi, sí, haz que esta traviesa se corra. ¡Oh sí, sí! - gemía
Me frotó su vagina con furia por la cara, mis labios se deslizaron desde su clítoris y recorrieron cada centímetro de su coño, encontrando los puntos justos para hacerla temblar, para que se corriera. Sentí el intenso aroma de sus fluidos corriendo desde lo más profundo y mi cerebro explotó. Me volví tan loco explorando su coño con avidez ,buscando cada gota de esa deliciosa esencia.
Cuando el orgasmo de Brenda disminuyó, su agarre mortal se relajó y se desparramó sobre el escritorio, acariciando suavemente sus rígidos pezones marrones mientras yo besaba su coño y la parte interna del muslo suavemente, con reverencia.
-Dios mío, no me han lamido así desde...- jadeó levemente, pensando. -Digamos que demasiado tiempo- Después de unos momentos más de besar suavemente sus muslos mojados y su vagina, Brenda se incorporó lentamente y me miró, fijándose en mis ojos con esos ojos marrones mientras sus delgados dedos se deslizaban en su entrepierna.
-Me has empapado, papi- sus dedos recorrieron el contorno de los labios de su vagina
- ¿Quieres sentir lo mojada que está esa polla?- le pregunté
Le sonreí, le di un beso apasionado y profundo en sus labios húmedos y luego me levanté; mi enorme erección surgió de debajo de la mesa y se extendió sobre el cálido y húmedo coño de Luisa.
La froté un poco de un lado a otro, disfrutando de la sensación de su cálida humedad en la parte inferior de mi pene. Jadeó levemente mientras rozaba su clítoris una y otra vez.
-Ay, Papi, no te burles- gimió, me reí y agarré mi polla, golpeándola en sus labios una y otra vez.
- ¿No puedes esperar? - dije, deslizando mi punta desde su clítoris hasta su ansioso agujero.
-no, papi, dámelo ahora- me empujó hacia mí y mi punta se deslizó hacia dentro de su vagina, ambos jadeamos de placer al mismo tiempo y lentamente introduje mi polla en su anhelante agujero. Seguí su ejemplo, llenándola lentamente, ambos esforzándonos por permanecer en silencio. Supuse que no queríamos llamar la atención de Erica mucho menos de Susana, pero fue en vano
-ajam- Erica aclaro su garganta llamando la atención -Vaya… qué escena tan familiar- dijo sarcásticamente de pie desnuda en la puerta de la cocina.

Antes de que pudiera decir nada, Brenda se giró hacia ella con una sonrisa amplia, como si nada estuviera fuera de lugar.
- ¡Erica! Justo a tiempo. Ven, siéntate con nosotros. Podemos disfrutar de esto los tres- dijo mordiéndose un labio
- ¿En serio? - dijo, sin mirarla a ella, sino directamente a mí - ¿Me invitas…ahora? ¿Después de que ya están tan cómodos aquí, cogiendo y compartiendo fluidos como si fuera esta cocina fuera su motel? - preguntó
Brenda, todavía sonriendo, pero con un matiz de incomodidad, insistió
-Vamos, no es nada raro. Solo pensé que sería lindo…-
- ¿Lindo? - la interrumpió Erica, dejando escapar una risa amarga -Lo lindo habría sido que me invitaran desde el principio, no cuando ya tienen media mañana juntos. -
- Erica, no es lo que piensas…- dije
-Vamos Erica, no seas aguafiestas- insistió Brenda, Erica dudó un momento, pero finalmente entró. Se paro a mi lado. Sin decir una palabra más, se acercó a mí y me dio un beso profundo y muy sensual. Le devolví el beso. Sus manos se posaron en mis pechos y al instante las mías en los suyos. Aunque sus pechos eran tan firmes que los de ella eran un poco más pequeños y sus pezones estaban mas duros.
-Más te vale hacer algo, chica. Tiene una polla increíble y lo sabe. Si no empiezas a hacerle más cosas de las que te pide, esta polla enorme acabará en mi coño más que en el tuyo- le dijo Brenda a Erica
Me quedé parado, escuchando la verdad en las palabras de Brenda, su coño aún latía alrededor de mi polla
- ¿Qué quieres, papi? - me preguntó Erica, poniéndome la mano en la cara - ¿Quieres que te chupe la verga y que te corras en mi cara? - preguntó
-Sí, me gustaría- respondí asintiendo.
Erica sonrió satisfecha para después mirar a Brenda a los ojos, después de un buen rato, ambas rieron y empezaron a moverse. Erica se movió primero y se quedó en medio de la cocina, Brenda se levantó lentamente de mí. Mi polla estaba fría ahora sin su coño caliente alrededor, y la humedad que dejó no ayudaba. Cuando se levantó, me ofreció una mano.
-Vamos- dijo Brenda
Nos unimos a Erica en medio de la cocina. Erica se giró para mirarla, puso las manos en sus caderas y se inclinó para besarla. Me quedé allí, observando cómo las manos de Erica acariciaban el cuerpo de Brenda, deteniéndose en sus pechos y ahuecándolos suavemente. Erica pellizcó sus pezones, haciéndola jadear, y el beso terminó.
-Bien, ahora acuéstate- le dijo a Brenda a lo que ella obedeció. Erica se agachó, manteniéndose en cuclillas. Me agarró la polla con una mano y miró a Brenda
Erica usó la mano libre para separar los labios de su coño antes de finalmente sentar su coño en la boca de Brenda. Después de contonearse un poco y gemir suavemente, volvió su atención a mi polla, moviendo la mano hacia la base y poniendo sus labios alrededor de la punta. Erica realmente parecía una estrella porno por cómo estaba en cuclillas, estaba increíblemente sexy.
Mirar a Erica con mi polla en su boca y su coño en la cara de Brenda era casi demasiado para soportarlo. Mi polla palpitaba en la mano y la boca de Erica. Ella me estaba masturbando mientras me chupaba la polla y me hacía una garganta profunda. Mi polla estaba cubierta con una gruesa capa de su saliva resbaladiza. Erica movió las caderas, frotando su coño húmedo contra la boca de Brenda mientras empezaba a gemir sobre mi polla. Eso fue todo. Agarré a Erica por su larga melena rubia y le eché la cabeza hacia atrás.
-Me voy a correr- dije, poniendo mi mano libre sobre mi polla para terminar en su cara
Erica cerró la boca justo a tiempo y dejó los ojos abiertos. Sonrió con picardía mientras le disparaba un buen tiro de siete chorros por toda la cara. Estaba prácticamente cubierta, con ambas mejillas cubiertas, mantuvo los ojos abiertos y sonrió durante todo el encuentro. Me sorprendió que siguió frotando su coño contra la cara de Brenda, sin perder el ritmo.
- ¿Terminaste? - logró preguntar Erica, intentando no abrir la boca lo suficiente para que mi semen se deslizara dentro, lo que provocó que burbujeara en sus labios
-Sí, estoy bien- respondí
Erica se levantó lentamente. Toda la cara de Brenda estaba mojada con los jugos vaginales de Erica, ella mantuvo la cabeza lo suficientemente inclinada hacia atrás para evitar que mi semen le corriera por su cara.
-Papi, ¿te importa si beso a tu hija?- preguntó Erica
-No me importa. Si te besa, adelante-respondí
Erica la miró sin decir palabra. No hacía falta, sabía lo que quería. Se inclinó y rozaron sus labios, bañados en semen. Casi en cuanto sus labios se rozaron Erica metió la lengua en su boca besándola con pasión
Cuando el beso y el semen se terminaron ambas se pusieron en pie, pero Brenda me agarró la polla y luego se apartó.
- ¿Todavía tienes una erección? -preguntó con incredulidad.
-Sí, eso parece- dije sonriéndole
- ¿No te quedaste flácido después de correrte tanto? - preguntó, sorprendida Erica
-La mayoría de las veces, tiene que correrse dos veces antes de dejar de funcionar. Una vez, incluso tuve que hacerlo correrse tres veces antes de que dejara de estar duro- intervino Brenda.
-Dios mío, ¿dónde has estado toda mi vida? - preguntó Erica, levantando la pierna y rodeándome la cintura con ella.
Erica metió mi polla entre los labios de su vagina, y la punta apenas entró. Me rodeó el cuello con los brazos y acercó sus caderas a mí, haciendo que la mitad de mi polla entrara en su caliente vagina.
-Fóllame otra vez. Por favor-dijo, mirándome.
La tomé fuertemente la pierna con una mano y le puse la otra mano en la otra nalga antes de levantarla. Como si le hubiera dado una señal, Erica supo exactamente qué hacer. Se incorporó de un salto y me rodeó la cintura con ambas piernas. Entre su agarre y yo sujetándole el culo, sería fácil follarla de pie.
No debía de pesar más de 50 kilos, y la mayoría eran culo y tetas, no tardamos mucho en entrar en ritmo. Tras un par de embestidas torpes al principio, estaba embistiendo su coñito apretado. Poco después, Erica empezó a gemir como la puta que era.
- ¿Querías un trío o solo querías ponerme los cuernos mientras te miraba y me follaba con mis dedos- preguntó molesta
Erica y yo la miramos. Estaba sentada sobre una alacena con las piernas abiertas y sus dedos hundidos en el coño. Bajamos el ritmo hasta detenernos, y después de unos segundos, la tenía sujeta por las nalgas mientras estaba completamente empalada en mi polla.
- ¿Y bien? - preguntó Brenda. - ¿Porqué no vienen? Yo también quiero atención -
Erica se adelantó, aflojando sus piernas alrededor de mi cintura. La levanté de mi polla mientras ella se desabrochaba las piernas y se ponía de pie. Erica me miró; aún tenía mucho semen en la cara, pero ya casi le había corrido por las tetas y el cuerpo
-Ve a correrte en el coño de tu hija para que pueda chupárselo- dijo Erica tirándome ligeramente de la polla.
- Mmm... nunca has tenido un creampie en mí- me dijo Brenda mientras nos acercábamos a ella.
Erica se arrodilló junto a Brenda en el sofá, tomó la mano de Brenda y la saco de su coño muy despacio. Cuando salieron por completo, los labios vaginales de Brenda estaban abiertos de par en par. Su coño, normalmente estrecho, ya tenía un aspecto desgastado. Puse mi pene en el clítoris de Brenda y lo froté un poco mientras Erica el tronco de mi verga lentamente.
Así estuvimos un par de minutos hasta que Erica decidió que Brenda también necesitaba mas placer y con su lengua comenzó a lamer el clítoris de Brenda, entre la lengua de Erica y mi polla, Brenda no tardó en gemir y jadear con fuerza y desenfreno, sus duros pezones eran manipulados por mis dedos mientras Erica jugueteaba con su clítoris y mi pene llenaban su coño.
-Aaaaaaah mierda- gimió Brenda, mi preciosa hija no tardó mucho en llegar al orgasmo, retorciéndose contra mí mientras su coño se apretaba alrededor de mi miembro y un gemido agudo y jadeante emanaba de su boca.
Erica se puso en medio de Brenda y yo, ahora yo solo veía la espalda desnuda de Erica mientras ellas, con sus cuerpos hermosos se miraban a los ojos, casi tan cerca que sus pezones se rozaban, pero Brenda tomo la iniciativa y se lanzó a besar a Erica, se besaban tan apasionadamente que sus bocas emitían ruidos por la mezcla de su saliva, mientras Erica se besaba con Brenda al mismo tiempo comenzaba a rodear lentamente mi polla con sus caderas. Mientras mi hija gemía entre besos yo ponía mis manos en la cintura de Erica quien cabalgó mi erección así durante unos buenos minutos, con mi polla profundamente dentro de ella mientras llegaba al orgasmo encima de mí.
-Aaaaaaah- Erica interrumpió su beso con Brenda y un fuerte gemido ahogado anunció su clímax; su boca y su cuerpo se apretaron con fuerza contra los de Brenda al correrse.
Una sonrisa se extendió por el rostro de Brenda mientras su cuerpo se relajaba contra el de Erica, sus orgasmos finalmente disminuyeron, y ella se inclinó para acariciar brevemente la mejilla de Erica
Tras unos segundos de beso, Erica se hizo a un lado y se puso detrás de mi espalda, dándome nuevamente una vista perfecta del coño de Brenda
-Vamos, solo faltas tu por correrte- Erica me susurró en el oído
Lentamente se acerque a Brenda y la cabeza de mi verga volvió a separar sus labios empapados mientras la movía de arriba abajo por su coño.
Después de unos segundos, entré en el coño de Brenda, mi verga se deslizó fácilmente entre sus paredes resbaladizas mientras enterraba cada centímetro profundamente dentro de ella.
Lentamente al principio, disfrutando del calor húmedo del agujero apretado, comencé a empujar dentro de Brenda, mis manos estaban en su cintura mientras la llenaba de polla y luego salía de nuevo, las paredes de su coño se envolvieron apretadas a mi alrededor mientras tiraba hacia atrás y los gemidos y jadeos de ambas mujeres mejoraron mi vista mientras mi polla se deslizaba dentro y fuera de la mujer en que se había convertido mi hija
Pronto empecé a sentir mi propio orgasmo. Me entregué a mis deseos, acelerando mis embestidas para follar a Brenda con fuerza y rapidez, mi polla la penetraba con fuerza por lo que no tardé mucho en llegar al punto de no retorno
-Mierda, me voy a correr- les dije en voz alta
- ¡Dios, sí, llena mi coño! - fue la respuesta de Brenda, mientras Erica se arrodillaba y abría los ojos para verme llenar de semen a mi hija.
Obedecí la orden de Brenda, gimiendo ruidosamente mientras descargaba mi semen profundamente dentro de su coño, mis piernas casi cedieron cuando me corrí con fuerza, varios chorros cálidos de semen dispararon al interior de la vagina de mi hija
Después de unos segundos saqué mi verga lentamente de Brenda, con mi semen escurriendo por sus labios hinchados y bien follados, me senté en una silla de la cocina cuando Erica se puso encima de mí y Brenda veía salir mi semen de su vagina. Los tres nos quedamos allí unos minutos, recuperando el aliento poco a poco. Erica giró la cabeza para besarme con cariño mientras mi mano descansaba sobre su vientre. Todo era paz y tranquilidad hasta que…
El golpe de la puerta al abrirse fue tan fuerte que por un instante pensé que se había roto. Giré la cabeza y ahí estaba Susana de pie, mirando la escena, paralizada, sus manos apretaban el marco como si fuera lo único que la sostenía de no caer en pedazos.
Sus ojos me buscaron, y lo que vi en ellos me atravesó como una cuchilla: no era solo ira, era traición, desconsuelo… y un brillo apagado que supe, en el fondo, que era el amor que alguna vez me tuvo, muriendo frente a mí.
- ¿Qué… es… esto? - su voz se quebró en cada palabra.
Yo reaccioné tarde. Me levanté dela silla como si todo estuviera bajo control, pero el nudo en la garganta me traicionaba.
-Susana… por favor…
Ella soltó una carcajada tan falsa que me dolió más que si me hubiera abofeteado.
—¿Por favor? ¿Por favor qué? Estas semidesnudo con tu hija y….la mia—sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no las dejó caer—. Sabes que llevaba semanas sintiéndolo, ¿no? Miraba como Erica te quería mas, notaba cómo tu sonrisa se apagaba cuando estabas conmigo… y volvía cuando estabas con ellas. Yo… lo sospechaba… pero esto… esto me supera-
Ambas, tanto como Brenda y Erica, se encogían y se tapaban intentando hacerse invisibles
Pero Susana la miró de reojo, y esa mirada era puro veneno.
- ¿Así que las dos? - les dijo con una voz baja, peligrosa -¿Te parece divertido? ¿Sentarte en mi mesa, sonreírme… mientras esperabas el momento para acostarte con él? - le preguntó a Erica a lo que solo bajó la mirada
-No la culpes a ella…- intervine poniéndome frente a ella
Susana me giró la cara con cachetada que me ardió más en el alma que en la piel.
- ¡Claro que la culpo! Pero sobre todo a ti.- Me señaló con un dedo que temblaba—. A ti, que juraste que yo era lo único que querías.
Di un paso hacia ella, intentando tocar su brazo, pero retrocedió como si yo fuera veneno.
-No… no te atrevas. No después de lo que vi.
Se agachó para tomar sus llaves, pero se le cayeron de las manos. Las recogió a la segunda, resoplando, como si hasta ese gesto le costara seguir en pie.
- ¿Sabes lo peor? - dijo, mirándome directo a los ojos -Que estaba dispuesta a perdonarte cualquier cosa… menos esto. Porque esto… esto lo pensaste, lo planeaste, y lo volviste a hacer… Y yo… yo no soy tu segunda opción. ¿No, tu tercera opción? - soltó todas sus lagrimas
El llanto ya le nublaba la voz, pero no perdió firmeza.
- No me sigas. No me llames. No intentes buscarme para “explicarlo”- su voz tembló en esa última palabra -Porque no hay explicación que me devuelva lo que mataste hoy-
Y sin darme tiempo a responder, abrió la puerta. La cerró tan fuerte que la vibración recorrió toda la casa. El silencio después fue tan absoluto que podía escuchar el latido en mis sienes.
Las chicas murmuraban entre ellas,pero yo ya no las escuchaba
Solo podía ver, una y otra vez, el momento exacto en el que los ojos de Susana dejaron de amar.
--------------------------------------------------------------------------------------------------
Han pasado meses desde aquella mañana en la que todo se rompió. Susana se fue sin mirar atrás. Renunció al trabajo, empacó lo que quedaba de ella en esta casa y se llevó consigo ese silencio denso que dejó flotando durante días. No hubo cartas, no hubo despedidas… solo una ausencia que se fue acomodando como un mueble más.
Y así, sin buscarlo, la vida tomó otro rumbo. Me quedé aquí, en esta misma casa, con Brenda… y con Erica.
Al principio fue raro, como si todos estuviéramos cuidando cada palabra para no tocar las heridas. Pero poco a poco, entre desayunos compartidos, cenas improvisadas y charlas hasta tarde, encontramos un ritmo propio.
Hoy, cuando abro los ojos por la mañana y escucho las risas de Brenda y Erica en la cocina, sé que, de algún modo, hemos tejido algo nuevo. No perfecto, no sin cicatrices… pero real
No volvieron a la universidad. Había pagado el semestre completo de ambas y no pude obtener un reembolso, pero consideré que era un precio pequeño para pagar por tenerlas cerca
También empezaron a actuar con más madurez. Consiguieron un trabajo a tiempo parcial en la biblioteca local, tomaban clases en línea, ayudaban más con las tareas del hogar y, por supuesto, se acostaban con su papá en cada momento libre que tenían….
FIN
Este es el gran final de esta historia espero que les haya gustado desde el principio hasta el fin, claramente hay cosas en las que se pueden mejorar sin embargo con su apoyo, ideas y con su ayuda lograremos mas y mejores relatosPasarán algunos días hasta que suba el inicio de otra historia, cualquier idea, sugerencia es completamente bienvenida. Gracias por leer hasta aquí y agradezco sus puntos
0 comentarios - Verano en Familia 6