Era una noche como cualquier otra. Estaba en mi cuarto masturbandome cuando escuche palmadas y gemidos del cuarto de mi hermana. Sabía claramente lo que era ese ruido, pero no vi a ningún novio de mi hermana hoy en la casa y, a pesar de su rebelde naturaleza, no se atrevería a meter a un hombre sin permiso a la casa.
Mi mente empezó a hacer preguntas sin respuesta. ¿Quién podría estar allí con ella? ¿Cómo había entrado en nuestra casa sin que yo lo hubiera visto? Yo siempre había sabido que mi hermana era un poco rebelde, pero nunca habría pensado que esto era lo que estaba pasando.
Mi curiosidad se impuso y decidí seguir el ruido que provenía del cuarto de mi hermana. Me acerqué sigilosamente al cuarto, tratando no hacer ruido con mis pasos en el suelo. Me detuve ante la puerta y escuché durante unos segundos antes de abrir la puerta con cuidado.
La luz que se filtraba por la ventana ayudó a ver bien lo que estaba pasando. Mi hermana estaba sobre la cama, rodeada por mi padre. Él estaba fallándose a ella vaginalmente. Ella recibía el sexo con su cuerpo arqueado hacia atrás, sus piernas abiertas y sus pies apoyados en el lado de la cama. Mi padre se movía lentamente, profundizando cada vez más en su interior.
Después de unos minutos, mi hermana empezó a cambiar de posición. Se sentó sobre la cara de mi padre, que se había acostado en la cama, y empezó a hacerle una mamada. La forma en que chupaba su polla me parecía alucinante. Ella se movía arriba y abajo con un ritmo constante, succionando fuerte y suavemente.
Luego, mi hermana se levantó y se montó sobre la polla de mi padre, rodeándolo con sus brazos y apoyando su cuerpo en su hombro. Se movía de arriba abajo en su polla. Su cara estaba llena de placer y su cuerpo se retorcía hacia atrás cada vez que él penetraba más profundamente en ella.
No podía creer lo que estaba pasando. Me excitaba ver la escena. Les saqué algunas fotos a la escena para usarlas más tarde como chantaje.
Después de unos minutos más, mi hermana se bajó de la cama se arrodillo frente a el quitándole el condón y recibiendo toda la semilla de mi padre en la cara. luego de que mi padre tomara un aire se levantó y se puso los pantalones, no sin antes besar en la mejilla a su querida hija.
Yo me moví sigilosamente a mi cuarto, sin dejar de pensar en la escena que acababa de ver. No podía creer lo que había visto. Me fui a mi cuarto y me dormí con una sonrisa en el rostro, sabiendo que tenía un secreto que podría usar para comerme ese culo igualmente.
si veo apoyo sigo con la parte 2 :3 y recuerden que pueden enviar sus relatos al DM de poringa.
Mi mente empezó a hacer preguntas sin respuesta. ¿Quién podría estar allí con ella? ¿Cómo había entrado en nuestra casa sin que yo lo hubiera visto? Yo siempre había sabido que mi hermana era un poco rebelde, pero nunca habría pensado que esto era lo que estaba pasando.
Mi curiosidad se impuso y decidí seguir el ruido que provenía del cuarto de mi hermana. Me acerqué sigilosamente al cuarto, tratando no hacer ruido con mis pasos en el suelo. Me detuve ante la puerta y escuché durante unos segundos antes de abrir la puerta con cuidado.
La luz que se filtraba por la ventana ayudó a ver bien lo que estaba pasando. Mi hermana estaba sobre la cama, rodeada por mi padre. Él estaba fallándose a ella vaginalmente. Ella recibía el sexo con su cuerpo arqueado hacia atrás, sus piernas abiertas y sus pies apoyados en el lado de la cama. Mi padre se movía lentamente, profundizando cada vez más en su interior.
Después de unos minutos, mi hermana empezó a cambiar de posición. Se sentó sobre la cara de mi padre, que se había acostado en la cama, y empezó a hacerle una mamada. La forma en que chupaba su polla me parecía alucinante. Ella se movía arriba y abajo con un ritmo constante, succionando fuerte y suavemente.
Luego, mi hermana se levantó y se montó sobre la polla de mi padre, rodeándolo con sus brazos y apoyando su cuerpo en su hombro. Se movía de arriba abajo en su polla. Su cara estaba llena de placer y su cuerpo se retorcía hacia atrás cada vez que él penetraba más profundamente en ella.
No podía creer lo que estaba pasando. Me excitaba ver la escena. Les saqué algunas fotos a la escena para usarlas más tarde como chantaje.
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Yo me moví sigilosamente a mi cuarto, sin dejar de pensar en la escena que acababa de ver. No podía creer lo que había visto. Me fui a mi cuarto y me dormí con una sonrisa en el rostro, sabiendo que tenía un secreto que podría usar para comerme ese culo igualmente.
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2 comentarios - mi padre y mi hermana (relato cedido)