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El problema de los seis cuerpos (11)

Capítulo 1Capítulo 2Capítulo 3Capítulo 4Capítulo 5Capítulo 6Capítulo 7Capítulo 8Capítulo 9Capítulo 10

El domingo me desperté temprano. El sábado al final nos habíamos ido a dormir pronto, después de toda la tarde follando. Cenita ligera y a descansar. Valentin y Daniela se habían acurrucado sobre mi para dormir. Les empecé a besar en la boca por turnos para despertarles. Daniela fue la primera en abrir los ojos, y correspondió a mi beso. Luego intentamos despertar a Valentín

“Mmm”, gruñó cuando le besé. “Mmm”, volvió a gruñir, esta vez le besaba Daniela. “Mmmmmm”, intentamos besarle los dos a la vez

“¿Qué te pasa?”

“Estoy enfadado”, respondió

“Oh… ¿qué hemos hecho?”, pregunté, preocupado

“¡Nada!”, dijo Valentín, y se señaló la erección matutina. “¡La culpa es de esto! ¿Cómo podéis dormir con esto cargado? ¡Es incomodísimo!”, protestó. “¡Fui a hacerme una paja a las cinco de la mañana para que se me bajase y ahora otra vez está así de dura!”

“Aaaaah, no todo iban a ser ventajas”, bromeé. “Así que te molesta mucho para dormir…”

“Sí… y estaba cansado, ayer me hicisteis follar mucho”, protestó, pero más en broma

“Ah, claro, la culpa es nuestra”, bromeó Daniela

“¡Sí!”, respondió Valentín, y nos sacó la lengua. “Con esos cuerpos nadie se resiste”

“Ya veo… en fin, tendré que compensarte. Y a JP también, que mira que dura se le pone también por las mañana”, dijo Daniela. Se puso en medio de los dos y nos la empezó a chupar por turnos

“Oh… sí… gracias, preciosa”, suspiró Valentín. “Eres la mejor…”

“Shi… shoy la mehó” respondió ella, con la boca invadida por mi polla. “Diosh, gomo me buedeb gustar tanto…”

Disfrutamos de la mamada doble que nos hizo Dani. Frotó nuestras pollas entre sí mientras se las metía a la boca, y nos hacía una paja cuando uaa a su boca en la polla del otro. De ese modo gozamos de una deliciosa chupada matutina, que terminó con los dos corriéndonos en la boquita de Daniela. Ella nos miró, sonriente.

“¿Vamos a desayunar?”, propuso

“Ya lo creo que sí”, respondí.

Y la hicimos tumbar bocarriba. Valentín y yo metimos la cabeza entre sus piernas, y empezamos a comerle el coño entre los dos. Tuve que sujetarla, pues se movía con fuerza por el placer que recibía. Nuestras lenguas penetraban en su coñito, disfrutando de su sabor, y también frotándose entre ellas.

Me besé con Valentín con ganas, pero la protesta de Dani nos hizo regresar a su chochito. Su salado sabor me llenó la boca cuando empezó a chorrear sobre nosotros.

“Estáis tan bonitos así”, dijo

“¿Cubiertos de tus chorros?”, bromeó Valentín

“Claro. ¿Yo no estoy preciosa cuando me hacéis un facial?”

“Tú siempre estás preciosa”, le dije, y le comí la boca. “Pero deberíamos lavarnos antes de desayunar”

Fui yo el primero y mientras mis amigos se aseaban, fui preparando el desayuno. Algo más consistente que la cena del día anterior, que me había levantado con hambre. Cuando ya estaba todo listo, Valentín salía del baño con… Daniel.

“Cuánto tiempo sin verte así”, bromeé, y me dio un beso.

“Ya me apetecía volver. Llevo unos días locos como chica”, rio, y nos sentamos a desayunar. “Oye, si siempre estamos en tu casa, y encima nos cocinas, ¿qué aportamos nosotros?”

“Nuestros follables cuerpos”, respondió Valentín. “No, en serio. Hoy la comida la hacemos nosotros. O la pagamos si estamos muy ocupados en la cama”

“Ah, y la lavadora. Yo te hago la colada”, añadió Dani

“Qué serviciales. Así da gusto”, bromeé, pensando que era una coña

Pero no. Valentín me fregó los cacharros mientras Dani cambiaba mis sábanas y luego bajaba a la lavandería del edificio. Cuando intenté moverme del sofá, Val me sujetó por los hombros desde detrás y empezó a hacerme un agradable masaje. Me trabajó los hombros con mucho cuidado, así como el cuello.

“Oye, yo también quiero”, protestó Daniel cuando subió con la colada

“¿Te apetece un masaje?”

“No me refería a eso”

Me colocó la ropa en el armario y me hizo la cama. Al terminar, mis amigos insistieron en que me tumbase en el colchón, y desde ahí empezaron a hacerme un masaje a cuatro manos. Dani me trabajaba los hombros y Val las piernas. Cerré los ojos mientras disfrutaba de la situación. De vez en cuando, sus manos se juntaban en mi espalda, y les podía escuchar besándose.

Volvieron a trabajarme las piernas y los hombros. Estuve a punto de dormirme, de no ser porque Valentín probó a masajearme el culo. Le noté que me lo tocaba con ganas. Me separaba ligeramente los cachetes. Seguramente le tentaba la idea de follarme. Pero se resistió y se dedicó a cuidarme. Noté algo húmedo. Dani me empezaba a dar besos por los hombros, y Val hizo lo mismo con mis nalgas. No solo eso, sino que me empezó a acariciar el perineo. Y los huevos.

“Chicos… me siento muy bien, pero ahora estoy cachondo”, les dije.

“Eso me encanta… porque yo llevo así desde que me he levantado”, dijo Val. “¿Y tú, Dani?”

“La tengo durísima”

“Genial. Porque me apetece mucho que me hagáis vuestro”

Yo me di la vuelta y sonreí. Así que estaba con ganas. Pues se lo daríamos, por supuesto. Me senté en la cama y le di un a suave palmada en el culo. Val corrió a mi mesilla, donde estaba el lubricante, y me lo aplicó con ganas sobre la picha. Se sentó a horcadas encima de mi, de espaldas, para así poder chupar la polla de Dani.

Empecé a moverme bajo él, metiéndosela con ganas. Val se había apoyado en sus rodillas, de modo que era más fácil follarle, y él aprovechaba para meterse la polla de Dani en la boca mientras rebotaba sobre mi polla. Valentín no había perdido su técnica, pero se notaba el plus de placer que sentía cuando le presionaba el punto G. Le escuchaba gemir y babear, gozando con su posición sumisa.

Por un impulso, empecé a hacerle una paja. Gimió aún más. Le acaricié una tetilla, y puso su mano sobre la mía para incitarme a seguir. Le estimulé más. Le besé el cuello. Me lo estaba pasando tan bien…

“Esto es un poco gay, ¿no?”, bromeé. “Tres chicos follando en una cama…”

“No, JP. Es muy gay”, respondió Daniel. “¿No te incomoda?”

“No… con vosotros no”, asumí, mientras Val seguía rebotando sobre mi y yo continuaba pajeándole.

Y en ese momento, Dani sacó su picha de la boca de Valentín y la acercó a mis labios. Los recorrió con el glande, y sentí el sabor de su precum. Saqué la lengua y la lamí antes de chuparla. Dani me sonrió, pero Val empezó a reclamar de nuevo tenerla en la boca, y se la cedí. Empecé a correrme en el culo de Valentín, mientras notaba su lefa manchándome toda la mano. Le masturbé más, y puse mi cara al lado de la suya, de modo que Dani pudo frotar su glande contra nuestras lenguas al mismo tiempo, y correrse en ambas, con una sonrisa, muy contento

“No es justo… yo esforzándome en chupártela y ahora JP tiene que compartir mi premio”, protestó Valentín

“Estás muy quejica hoy, ¿eh? A ver si vamos a tener que castigarte”, bromeé

“Si eso implica que me vais a seguir follando, voy a quejarme mucho más”, respondió. “Dani, ¿te importa dejarme espacio?”

Daniel se echó hacia atrás, y Val me descabalgó. Se dio la vuelta y me hizo incorporarme. Me quedé de rodillas mientras él se ponía en cuatro, y me la empezó a chupar, dejando su culo ofrecido a Dani. Este se la metió de un suave movimiento.

“Me encanta tu culo”, suspiró mientras empezaba a follarle. “JP te lo ha abierto mucho, ¿verdad? Es facilísimo follarte así”

“Mmmm… slurp… aaaaaah… mmmm”, fue toda la respuesta de Valentín, quien solo se sacó mi polla de la boca para chuparme los huevos antes de recorrer toda mi erección con la boca y se la volvió a meter. Se sujetó a mi cintura mientras me la comía. Era buenísimo. Qué más me daba si lo hacía con su cuerpo femenino o como chico si me estaba encantando.

Quizá me gustaba demasiado, pues empecé a follarle yo la boca. Y Valentín lo aceptó de inmediato, se mantuvo en cuatro en el colchón mientras yo se la metía en la boca y Daniel le seguía dando por el culo. Su cuerpo se movía con el vaivén de nuestras embestidas. Le acaricié la carita. Qué bien lo aceptaba todo. Vi que Dani le estaba pajeando mientras le daba más rápido por el culo. Yo me corrí, directamente en su garganta con el primer chorro, y luego en su lengua, su boca, sus labios y su carita, mientras Daniel eyaculaba dentro de su culo, y Valentín descargaba sobre mis sábanas.

“Lo has aguantado de maravilla”, comenté mientras descansábamos. Val jadeaba, con mi semen aún sobre la cara y el de Dani resbalando por su culo

“Os adoro…”, suspiró él. “¿No hay algo más que me queráis hacer?”, preguntó.

“¿Qué quieres que hagamos?”, dijo Dani.

“Los dos… en mi culo”, propuso, mientras separaba bien las piernas al aire, y nos mostraba su culo dilatado y eyaculado. “Los dos a la vez dentro de mi”

“Tío… ¿estás seguro?”, pregunté mientras le empezaba a acariciar el ano. Eso me preocupaba. “Dani y yo la tenemos casi igual… tendrías que tener el culo más abierto para intentarlo…”

“Vamos, JP… seguro que podéis conseguirlo”, me animó

Dani se puso a mi lado y me tendió el lubricante. Nos echamos bien del producto en los dedos y le fuimos dilatando con cuidado. Era tan raro tener tanto rato el dedo en su culo, caliente y suave. Pero escucharle gemir mientras nos dejaba hacer me ponía cachondo… la tenía durísima y quería follarle. Dani también parecía preparado para hacerlo.

“Creo que ya…”, dijo, y Valentín se incorporó. Él también lo estaba deseando.

Daniel y yo nos sentamos asegurándonos de que nuestras pichas estaban bien unidas. Eché otro chorro de lubricante por encima, mejor excedernos para resbalar mejor. Val se puso sobre nosotros, de espaldas a Dani. Me sonrió mientras se ponía de rodillas. Su polla estaba durísima también. Le di un lametón mientras tenía su cintura a la altura de mi cabeza y me sonrió.

“Estoy listo… creo”, suspiró. Dani sujetaba nuestras pollas, y las dirigió al culo de Val. Tembló. Tal vez era demasiado. Yo le sujeté las nalgas, y él presionó un poco hacia debajo. “Aaaaaahhhh… son muy grandes…”

“Tranquilo, cariño”, le dije, sin darme cuenta. “¿Estás bien?”

“Sí… uf…” probé a tocar nuestras pichas. Increíble… le habían entrado hasta la mitad. “Probad… a moveros… por favor…”, gimió.

Mientras me aferraba a su culo para no dejarle caer, Dani y yo nos movimos. Notaba a Val gimiendo contra mi hombro mientras mi picha y la de Dani se restregaban dentro de su culo, cada vez más profundo. Lo estábamos logrando. Le estábamos follando a la vez. Y entonces sentí algo viscoso en mi vientre. Valentín se había corrido del anal.

“Os… adoro…”, gimió. “Por Dios, no paréis ahora… con lo abierto que lo tengo para vosotros”, pidió

Y así Dani y yo empezamos a follarle de verdad. Era increíble. Su culo se notaba apretado pero aún así se adaptaba bien a la doble penetración que le dábamos Daniela y yo. Nuestras pollas se frotaban dentro de su culo, siendo más fácil que uno la metiera y el otro la sacara, pero también se la metíamos al mismo tiempo, mientras él descansaba sobre mí, derrotado por el placer

Solo movió la cabeza para ponerse frente la mía y nos empezamos a besar. ¿Cómo me podía dar un beso tan tierno con una follada tan sucia? Nuestras pichas sonaban viscosas follándole, y mientras él me besaba con completa calma, dejando que mi lengua invadiera su boca. Sentí que me abrazaba con fuerza y cerraba sus piernas en mi cintura. Dani y yo empezamos a corrernos dentro de él, a montones, y sentí que se volvía a correr, con su picha atrapada entre nuestras tripas.

“Gracias… gracias por darme esto…”, suspiró, sonriendo de placer

“Ahora tienes que descansar ese culo”, le dije, mientras le ayudaba a tenderse en la cama

“Vale, mi amor…”

“¿Mi… mi amor?”, pregunté, sonrojado

“Antes le llamaste cariño, que yo te oí”, dijo Dani, sentado con las piernas alzadas, y… masturbándose el culo.

“Sé que siempre he evitado que nos vinculemos, pero… con todo lo que estáis haciendo conmigo, es imposible no ceder”, suspiró Valentín. “No sé si os asusta la idea. Pero bueno, técnicamente los tres somos follamigos”

“Y lo seguiremos siendo”, aseguró Dani. “De hecho… me ha encantado verte tan entregado pero ahora me gustaría que me folléis a mí. Aunque yo no me atrevo a la penetración doble…”

“Lo haremos como te guste”, dijo Valentín. “JP… ¿me ayudas? Creo que dos pollas le darán más placer que una”, bromeó

“Por supuesto”

“Y… Sé que te resulta incómodo decirlo, así que si en algún momento tienes un arrebato como ayer… solo hazlo, ¿vale?”

Le di las gracias y un beso en la mejilla antes de ir a por Dani, quien se extendió en la cama antes de ir a chupársela a Val. Este le aceptó, con las piernas separadas, y le acarició la cabeza mientras disfrutaba de su boca. Yo me acerqué a él, y le besé. Nuestros labios jugaron alrededor de la picha de Val, quien probó a metérmela en la boca, pero Dani tenía muchas ganas de disfrutarle, de modo que le dejé chupándosela y me dirigí a su culo.

Lo dilaté con mucho cuidado antes de metérsela. Despacio. Llevábamos una mañana intensa, y quería disfrutar bien de la sensación de su culo caliente. Se la metí tan profundo como pude, y acaricié sus testículos mientras él seguía saboreando la picha de Valentín. Luego volví a embestirle, sin prisas, mientras le hacía una paja. Podía escucharle gemir, y vi cómo se acariciaba las tetillas mientras su cuerpo se movía por el placer de verse en esa posición tan entregada.

Cuando sentí que estaba a punto de correrse, dejé de pajearse, y solo le fui acariciando los huevos y el pene mientras se la seguía metiendo, y logré que empezara a eyacular solo por aquello. Yo me vine dentro de él, dejando su culito bien marcado con mi semen, mientras él se aseguraba de tragar cada gota de lefa que eyaculaba Valentín.

“¿No te doy asco?”, preguntó Dani mientras estaba sentado sobre mis piernas extendidas. Val tenía en ese momento la cabeza en su entrepierna, chupando su pene.

“¿Cómo vas a darme asco?”

“Desde que follamos suelo estar más como Daniela. ¿No te molesta que hoy esté así todo el día?”

“Tú me encantas, y punto”, respondí, y nos dimos un beso que Valentín interrumpió.

“Iros a un hotel a hacer el romántico, aquí nos gusta el sexo sucio”, bromeó

De modo que Dani y yo nos echamos en la cama. Se tumbó para mi, y empecé a hacer con él un 69. Mi polla entraba perfectamente en su boca, y yo me puse a chupetear la suya mientras le separaba dilataba el culo para Val. Este me miró, sorprendido, y puso su picha con la de Dani, de modo que me empecé a turnar para chupárselas a las dos.

El pobre Daniel casi se atragantó con mi polla cuando gimió al sentir a Valentín follándole el culo, pero aguantó de maravilla y continuó chupando mi picha con verdadera pasión. Yo me dejaba llevar para chupar la suya, mientras veía el falo de Valentín hundirse en su culo a buen ritmo, aunque de vez en cuando le daba un pequeño respiro, pidiéndome a mí que se la chupase mientras tanto. Yo no podía negarme a lo que me pidieran mis amigos, con quien tanto había disfrutado. Solo podía continuar con el placer.

Valentín empezó a meterla con más ganas en el culo de Dani, logrando que este se empezase a correr en mi boca. Dejé que su lefa resbalase libre mientras se la seguía chupando, y yo también me corrí en ese momento. Noté los labios de Dani bien cerrados alrededor de mi polla para tragar todo mi semen, mientras Valentín se corría dentro de él.

Mientras Valentín se recuperaba, reclinado hacia atrás, me acerqué a él. Le hice una paja, recuperando su erección, y a continuación, se la chupé. Con ganas, dejando que la saliva se derramase en cantidad, antes de subirme sobre él, dándole la espalda. Él guió mis caderas hacia abajo, dirigiendo su polla hacia mi ano, y suavemente me dejé caer, sentándome poco a poco en su erección.

Sentí cómo tiraba de mi suavemente, y empezaba a moverse bajo mi cuerpo, clavándome su polla con cada movimiento. Yo disfruté dejándome hacer. Aquella sensación de repiqueo constante en mi punto G me estaba gustando mucho. Dani se acercó a nosotros y empezó a chupar los huevos de Valentín, antes de subir a por los míos y por último, meterse mi polla en la boca, acariciando mis huevos y los de Valentín mientras este seguía follando mi culo.

Noté las manos de Val acariciándome todo el cuerpo mientras me follaba. Esa sensación sumada a lo que me hacía Daniel era demasiado. No tenía sentido contenerme las ganas. Empecé a correrme en cantidad en la boca de Dani por el orgasmo que me daba la polla de Val entrando una y otra vez en mi culo. Aguanté, por Val, hasta que por fin empezó a correrse dentro de mi. Giré mi cabeza hacia él y nos besamos mientras me llenaba con su viscoso semen.

“¿No te he hecho daño?”, preguntó. “No contaba con tardar tanto en correrme”

“Estoy bien, tranquilo”, aseguré y descabalgué de él con cuidado, apoyándome en cuatro.

“Tienes el culo precioso así”, bromeó Dani

“Tú no digas nada… y fóllame”, le pedí.

Dicho y hecho, se puso detrás de mi de rodillas y me la metió fácilmente. Sentí mi culo cómodo mientras mi amigo me follaba. No tardé en ver a Val ir a ponerse tras él. Se lo estaba follando, como noté cuando aumentó el ritmo de las embestidas. Yo me relajé todo lo que pude, disfrutando de la sensación.

Noté la mano de Dani acariciando mi pene mientras me la seguía metiendo, y luego pasó a hacerme una paja en serio cuando la velocidad aumentó. Era cuestión de segundos que me corriera… justo cuando noté que mi amigo eyaculaba dentro de mi. Pringué toda la mano de Daniel, que a su vez sentía el semen de Val en su culo mientras me dejaba el mío igual de pringoso.

“Me encanta cómo os portáis conmigo”, dijo Val. Se había tumbado sobre mi cuerpo y el de Dani, y se turnaba para darnos ligeros besos en la boca. “Gracias por aceptarme tan bien”

“Tú me aceptaste a mi primero”, le recordó Dani.

“¿Cómo no hacerlo, si eres un amor? Y además, JP te avaló”, comentó sonriendo, y me dio un beso. “De verdad, me lo paso genial con vosotros. Y pensar que habéis aceptado así de bien mi cuerpo de chico es…” se le escapó una lágrima. “Ay… perdón. Es que no todo el mundo lo haría”

“Lo sabemos. Pero lo hemos pasado genial contigo”, le dije. “Repetiremos, ¿verdad?”

“Cuando quieras, bebé. Pero ahora tengo hambre, y me gustaría volver a convertirme en Valentina y que salgamos a comer”

“Me apunto a hacerme de nuevo chica”, dijo Daniel. “Así dos nenas preciosas acompañarán a JP comiendo”, bromeó.

Y bajamos los tres a comer y disfrutar de nuestra compañía. La buena vida.

CONTINUARÁ

Más relatos míos en este post 😉

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