Le había confesado a mí novio mí fascinación por ser sometida. En él confiaba y tenía la plena seguridad al darle toda mí voluntad y poder de decisión para usarlo como le guste.
Fuimos explorando juegos sexuales hermosos a raíz de este nuevo paradigma en nuestra relación.
Muchas veces me hacía ir con pollera y sin tanga por la vida, con un plug en la cola a comprar o me terminaba cogiendo en cualquier lugar sólo por diversión y demostrar que podía hacerlo si quería.
También nuestro juego fué elevándose a un sin fin de fantasías que decíamos en la cama, en plena calentura. Incluso, debo confesar que muchas veces tocamos el tema de la noche que pasamos los 3 con Bianca. Ése tema nos calentaba muchísimo a ambos.
Un día de semana que me quedé en su casa, ya casi cerca de fin de año, estaba de rodillas chupandosela mientras esperábamos el delivery. Había que matar el tiempo.
Él estaba con su cabeza tirada para atrás sobre el sillón y yo en tanga y una remera básica masajeando sus huevos mientras mí lengua recorría esos interminables centímetros de pija.
Creo que "la excusa" que usé para no quedar tan puta, fué que lo ví cansado del trabajo y por eso le daba un momento de relax.
En ese momento mientras veía como disfrutaba entre gemidos de mí pete, me tentó empezar a relatarle una de mis noches con Bianca mientras aprovechaba su pija ensalivada para pajearlo suavemente.
"Mí amor, creo que nunca te conté de la vez que volvimos borrachas con Bian del bar cuando se mudó"
Él sabía que nada me iría a detener y se limitó a disfrutar.
"Volvimos en el taxi a los besos, el pobre flaco no podía ni manejar, nosotras del pedo que teníamos ni nos importaba y nos metíamos mano como si estuviéramos en casa"
Entre mis manos, podía sentir los latidos de su pija caliente que no dejaba de bombear. Recorría suavemente con mis dedos toda esa verga y masajeaba la cabeza mientras dejaba caer unos hilitos de saliva nueva para lubricar.
"Ni bien llegamos a casa tiramos la ropa al piso y desnuditas nos fuimos al sillón a seguir los besos. A los dos minutos ya estábamos recorriendo con la lengüita el cuerpo de la otra"
Finalicé mí frase con una lamida a su pija y un chupón en la punta. Lo hice saltar del sillón.
"Me acuerdo que Bian estaba empapada, muchísimo, encima no sé si te acuerdes pero es riquísima su conchita"
Apreté su pija con más fuerza mientras apelaba a su memoria. No dejaba de bebotearlo en esta parte de la historia.
"Le pasé toda la lengua por su conchita y ella gemía como loca, encima es súper linda cuando se pone así, no?"
Gon gemía y sin emitir sonido, con sus ojos cerrados, asintió con la cabeza confirmando mí frase.
"Obvio me tenté teniéndola tan cerca, me fui a comerle la cola, el culazo que tiene es irresistible, me encanta. Le chupé todo el culito mientras le colaba los dedos en la conchita"
Sentí la presión de su pija y unos blancos chorros calientes cruzaron a través de mis dedos y fueron recorriendo todo su pijón mientras algunos lograban escapar de mis manos para caer en mí remera.
No dejé de pajearlo ni tampoco corté mí historia. Sonriente viendo lo que había logrado, le conté lo mojadita que estaba y acto seguido con su pija chorreante como estaba, me subió sobre él, corrió mí tanga y me ensartó.
En mí cabeza seguía recordando escenas con mí amiga pero me resultaba imposible hablar mientras me cogía mí macho. Intenté hablar pero de mí boca solo salían gritos de placer.
Sus manos me agarraban fuertemente de la cintura y acompañaban mí sube y baja sobre ese hermoso palo de carne.
Totalmente inoportuno sonó el timbre.
Gon me agarró de los pelos y me llevó hasta el portero eléctrico. Contra la pared me siguió cogiendo mientras yo atendía el telefonito preguntando...
"Qui... En... Essssss?" Buscando disimular que mí conchita estaba siendo taladrada.
"Delivery!" Dijo el chico y acto seguido abrí para que suba.
Una de sus manos aún seguía tirando de mí pelo y la otra masajeaba mis tetas con euforia.
Nunca me dejó de coger, recién paró cuando sonó un tímido "noc noc" del otro lado de la puerta a escasos pasos de nuestra ubicación..
Sacó su verga y se fué dejándome ahí sola.
Acomodé mí tanga y como pude intenté peinarme. Abrí un poco la puerta asomando mí torso y escondiendo el resto de mí cuerpo.
La mirada del chico fué sin disimulo. Era notorio lo que pasó, hasta me atrevo a creer que nos escuchó al llegar.
Agarré la bolsa que me daba y sentí llegar por detrás a Gon que me dió plata para la propina. Cerré lo más rápido que pude y recordé las manchas de leche en mí remera. Estaba súper mojada por lo que había pasado.
La comida seguramente vino caliente pero para cuando dejamos de coger, lo único calentito que tenía dentro mío era la leche de él.
Esa experiencia acrecentó aún más nuestros jueguitos.
Faltaban dos semanas para Navidad y Bian y yo volvimos al pueblo. La idea era pasar las fiestas con la familia lógicamente y Gon la pasaría en Buenos Aires con la suya.
Nunca habíamos estado tanto tiempo sin coger desde que arrancó mí noviazgo y el sexting era casi moneda de todos los días.
En la noche del 24, entre sidras y botellas varias que desfilaban, yo no le pedía por nada a Papá Noel, no obstante sí a mí novio, una foto de su pija aparecía en mí pantalla a minutos del brindis.
Llevaba un vestido rojo sueltito por el calor y el pelo atado con una colita alta.
Nada me salvaba de sentir mí tanga mojarse por esa foto, sabía que se había levantado de la mesa familiar para mandarme esa imagen que me tentaba más que toda la mesa dulce.
Entre la calentura, la falta de sexo, el alcohol en sangre y la imposibilidad de cruzar a través de mí pantalla para chupar esa verga, mí respuesta fue un "si me dejas caliente me desquito con Bian, cuidado"
"Hoy es navidad, te lo puedo regalar" fué su respuesta.
Mí tanguita se empapó de imaginar la situación. Faltaban apenas 3 minutos para las 12 y el ansiado brindis y yo había ido al baño a sacar una foto de mí culo para él. "Hoy se lo come mí amiga"
Gon: "qué envidia por ambas"
"Por qué por ambas?"
Gon: "Porque eso significa que vos te la vas a comer a ella"
Pensé mí respuesta durante los abrazos familiares. Sonaba la música de fondo, los fuegos artificiales y otra sidra se descorchaba. Mí cabeza lejos estaba de poder concentrarme en los deseos y regalos que iban pasando.
Casi media hora después volví al chat en dónde tenía un "feliz navidad hermosa".
"Vos también bombón. Más tarde te mando el regalito"
Y seguí disfrutando en familia, sin embargo mí cabeza nunca abandonó el morbo que tenía.
Cerca de la 1, mí hermano y yo nos fuimos a una fiesta en un descampado. La única persona que quería ver en ese momento no tardé nada en encontrarla.
Bian tenía un vestido blanco ajustado, bien cortito y sus labios pintados de un rojo muy intenso. Por como caminaba, se notaba lo mucho que había tomado.
Nos saludamos y sentí una electricidad que me recorría la entrepierna por el simple hecho de tener su cuerpo pegado al mío, mis tetas apretadas contra las suyas y sus manos en mí cintura.
La aparté de ahí a una zona más oscura y le comí la boca.
Ella ni se asombró, en cuestión de segundos me estaba mordiendo los labios como los viejos tiempos.
"Perdón te juro que estás divina" fué mí defensa a tal arrebato.
"Vos también, como extrañaba esto" atinó a responder mirándome con cara de gata y volvió a su tarea de antes.
Después de un rato de besarnos a escondidas en el descampado. Le dije la verdad.
Le mostré el chat mientras sonriente le marqué en dónde mencionaba "el regalo" por el permitido a mí noche con ella.
Mí amiga lo primero que hizo fué con su dedo, subir un poco al ver la foto previa.
"Uf, boluda no puede ser tan linda esa pija" la borrachera la soltó y ese comentario me fascinó. La quería coger ahí nomás pero me contuve y seguí mostrando el chat, dejé que vea mí foto entangada y amaba ver cómo subía su calentura. No sabía si de iba a soltar estando de novia también ella.
"Así que me usan para calentarse??" me dijo ella y se lanzó sobre mí. Bajó mí vestido y liberó mis tetas, empezó a recorrerlas con su lengua como si fuera la primera vez.
Extrañaba esa sensación, la suavidad de su piel. Cómo sus manos levantaban mí vestido para acariciar mí conchita. En mí mano aún tenía el chat con Gon que desencadenó esto.
"Che Bian y si nos vamos de acá?"
Dejó de morder mí pezón solo para decir "Si por favor".
No necesitamos más, por suerte ella estaba en auto y pudimos ir a su casa que estaba sola (manejé yo, ella iba bastante borracha).
Entramos, agarramos una sidra que estaba dando vueltas y la llevamos a su habitación. Ya dentro no pude contenerme más. Me agaché y apenas levantando su vestido, bajé su tanga y recorrí su conchita con mis lamidas.
Estaba enamorada de su sabor, no sabía cuánto la extrañaba hasta ese momento en el que sus flujos recorrían mi boca.
Un flash en mí cara me sacó del transe. No entendía que pasaba, pero viniendo de Bian, no me preocupé. Seguí con mí tarea a pesar de la luz que me encandilaba.
Ella con su mano enterraba mí cara en su entrepierna y yo feliz de estar ahí.
Se apagó lo que asumí era una cámara y fuimos a la cama.
Ella se acomodó en 4 dándome una espectacular imagen de su cola, seguí con mí tarea y chupé tanto su culito como su conchita. Alterné con mis dedos y logré que se acabe en mí boquita como en los viejos tiempos.
Llegó mí turno, me giró y volvió a chuparme las tetas. Dos dedos se clavaron dentro mío mientras ella seguía enterrando su carita en mis pechos.
Llegó un tercero y lo acompañó con su lengua, estaba delirando de placer y contorsionaba mí cuerpo sin poder controlar mis movimientos.
No pude contenerme y acabé en esos labios que ya no tenían nada de rojizo más que su color natural. Todo el labial se había ido a parar a mis tetas. Ahora lo único de lo que estaban pintados eran de mis flujos. Lo sé porque lo siguiente que hizo fué venir a comerme la boca en un beso que tenía el sabor de nuestra amistad.
Bian me mostró su teléfono. Y tenía un chat con Gon. Seguramente ustedes lo habrían visto venir pero no fué mí caso.
Lo primero que vi, sin ningún saludo ni nada, un video mío filmado desde arriba mientras yo le comía la conchita a mí amiga. Esa luz que me encandiló era efectivamente el flash de su cámara. No se perdía ningún detalle.
Gon respondió "las amiguitas se reunieron, qué caliente me dejan ahora..."
Ahora en exclusiva, la que había recibido una foto de ese pijón fue Bianca. Eso estuvo lejos de molestarla. La respuesta fué directamente una foto selfie de cuando ella estaba en 4, sacando su lengua y haciendo foco a mí cara enterrada en su cola "faltas vos" decía al pié de la imagen.
Mí amiga estaba regalada a mí novio mientras me cogía. Juzguenme pero eso me encantaba.
Gon mandó un vídeo haciéndose la paja que Bian aún no había visto y lo miramos juntas mientras nos colabamos los dedos. Ninguna decía nada por no romper ese morbo que se había generado. Ninguna de las dos quería recordar que ella tenía novio y se estaba pajeando mientras le mandaba mensajes al mío.
Mandamos un vídeo a los besos en donde ella bajaba a comerme las tetas feliz navidad mí amor" fue la frase con la que cerré aquella noche.
Fuimos explorando juegos sexuales hermosos a raíz de este nuevo paradigma en nuestra relación.
Muchas veces me hacía ir con pollera y sin tanga por la vida, con un plug en la cola a comprar o me terminaba cogiendo en cualquier lugar sólo por diversión y demostrar que podía hacerlo si quería.
También nuestro juego fué elevándose a un sin fin de fantasías que decíamos en la cama, en plena calentura. Incluso, debo confesar que muchas veces tocamos el tema de la noche que pasamos los 3 con Bianca. Ése tema nos calentaba muchísimo a ambos.
Un día de semana que me quedé en su casa, ya casi cerca de fin de año, estaba de rodillas chupandosela mientras esperábamos el delivery. Había que matar el tiempo.
Él estaba con su cabeza tirada para atrás sobre el sillón y yo en tanga y una remera básica masajeando sus huevos mientras mí lengua recorría esos interminables centímetros de pija.
Creo que "la excusa" que usé para no quedar tan puta, fué que lo ví cansado del trabajo y por eso le daba un momento de relax.
En ese momento mientras veía como disfrutaba entre gemidos de mí pete, me tentó empezar a relatarle una de mis noches con Bianca mientras aprovechaba su pija ensalivada para pajearlo suavemente.
"Mí amor, creo que nunca te conté de la vez que volvimos borrachas con Bian del bar cuando se mudó"
Él sabía que nada me iría a detener y se limitó a disfrutar.
"Volvimos en el taxi a los besos, el pobre flaco no podía ni manejar, nosotras del pedo que teníamos ni nos importaba y nos metíamos mano como si estuviéramos en casa"
Entre mis manos, podía sentir los latidos de su pija caliente que no dejaba de bombear. Recorría suavemente con mis dedos toda esa verga y masajeaba la cabeza mientras dejaba caer unos hilitos de saliva nueva para lubricar.
"Ni bien llegamos a casa tiramos la ropa al piso y desnuditas nos fuimos al sillón a seguir los besos. A los dos minutos ya estábamos recorriendo con la lengüita el cuerpo de la otra"
Finalicé mí frase con una lamida a su pija y un chupón en la punta. Lo hice saltar del sillón.
"Me acuerdo que Bian estaba empapada, muchísimo, encima no sé si te acuerdes pero es riquísima su conchita"
Apreté su pija con más fuerza mientras apelaba a su memoria. No dejaba de bebotearlo en esta parte de la historia.
"Le pasé toda la lengua por su conchita y ella gemía como loca, encima es súper linda cuando se pone así, no?"
Gon gemía y sin emitir sonido, con sus ojos cerrados, asintió con la cabeza confirmando mí frase.
"Obvio me tenté teniéndola tan cerca, me fui a comerle la cola, el culazo que tiene es irresistible, me encanta. Le chupé todo el culito mientras le colaba los dedos en la conchita"
Sentí la presión de su pija y unos blancos chorros calientes cruzaron a través de mis dedos y fueron recorriendo todo su pijón mientras algunos lograban escapar de mis manos para caer en mí remera.
No dejé de pajearlo ni tampoco corté mí historia. Sonriente viendo lo que había logrado, le conté lo mojadita que estaba y acto seguido con su pija chorreante como estaba, me subió sobre él, corrió mí tanga y me ensartó.
En mí cabeza seguía recordando escenas con mí amiga pero me resultaba imposible hablar mientras me cogía mí macho. Intenté hablar pero de mí boca solo salían gritos de placer.
Sus manos me agarraban fuertemente de la cintura y acompañaban mí sube y baja sobre ese hermoso palo de carne.
Totalmente inoportuno sonó el timbre.
Gon me agarró de los pelos y me llevó hasta el portero eléctrico. Contra la pared me siguió cogiendo mientras yo atendía el telefonito preguntando...
"Qui... En... Essssss?" Buscando disimular que mí conchita estaba siendo taladrada.
"Delivery!" Dijo el chico y acto seguido abrí para que suba.
Una de sus manos aún seguía tirando de mí pelo y la otra masajeaba mis tetas con euforia.
Nunca me dejó de coger, recién paró cuando sonó un tímido "noc noc" del otro lado de la puerta a escasos pasos de nuestra ubicación..
Sacó su verga y se fué dejándome ahí sola.
Acomodé mí tanga y como pude intenté peinarme. Abrí un poco la puerta asomando mí torso y escondiendo el resto de mí cuerpo.
La mirada del chico fué sin disimulo. Era notorio lo que pasó, hasta me atrevo a creer que nos escuchó al llegar.
Agarré la bolsa que me daba y sentí llegar por detrás a Gon que me dió plata para la propina. Cerré lo más rápido que pude y recordé las manchas de leche en mí remera. Estaba súper mojada por lo que había pasado.
La comida seguramente vino caliente pero para cuando dejamos de coger, lo único calentito que tenía dentro mío era la leche de él.
Esa experiencia acrecentó aún más nuestros jueguitos.
Faltaban dos semanas para Navidad y Bian y yo volvimos al pueblo. La idea era pasar las fiestas con la familia lógicamente y Gon la pasaría en Buenos Aires con la suya.
Nunca habíamos estado tanto tiempo sin coger desde que arrancó mí noviazgo y el sexting era casi moneda de todos los días.
En la noche del 24, entre sidras y botellas varias que desfilaban, yo no le pedía por nada a Papá Noel, no obstante sí a mí novio, una foto de su pija aparecía en mí pantalla a minutos del brindis.
Llevaba un vestido rojo sueltito por el calor y el pelo atado con una colita alta.
Nada me salvaba de sentir mí tanga mojarse por esa foto, sabía que se había levantado de la mesa familiar para mandarme esa imagen que me tentaba más que toda la mesa dulce.
Entre la calentura, la falta de sexo, el alcohol en sangre y la imposibilidad de cruzar a través de mí pantalla para chupar esa verga, mí respuesta fue un "si me dejas caliente me desquito con Bian, cuidado"
"Hoy es navidad, te lo puedo regalar" fué su respuesta.
Mí tanguita se empapó de imaginar la situación. Faltaban apenas 3 minutos para las 12 y el ansiado brindis y yo había ido al baño a sacar una foto de mí culo para él. "Hoy se lo come mí amiga"
Gon: "qué envidia por ambas"
"Por qué por ambas?"
Gon: "Porque eso significa que vos te la vas a comer a ella"
Pensé mí respuesta durante los abrazos familiares. Sonaba la música de fondo, los fuegos artificiales y otra sidra se descorchaba. Mí cabeza lejos estaba de poder concentrarme en los deseos y regalos que iban pasando.
Casi media hora después volví al chat en dónde tenía un "feliz navidad hermosa".
"Vos también bombón. Más tarde te mando el regalito"
Y seguí disfrutando en familia, sin embargo mí cabeza nunca abandonó el morbo que tenía.
Cerca de la 1, mí hermano y yo nos fuimos a una fiesta en un descampado. La única persona que quería ver en ese momento no tardé nada en encontrarla.
Bian tenía un vestido blanco ajustado, bien cortito y sus labios pintados de un rojo muy intenso. Por como caminaba, se notaba lo mucho que había tomado.
Nos saludamos y sentí una electricidad que me recorría la entrepierna por el simple hecho de tener su cuerpo pegado al mío, mis tetas apretadas contra las suyas y sus manos en mí cintura.
La aparté de ahí a una zona más oscura y le comí la boca.
Ella ni se asombró, en cuestión de segundos me estaba mordiendo los labios como los viejos tiempos.
"Perdón te juro que estás divina" fué mí defensa a tal arrebato.
"Vos también, como extrañaba esto" atinó a responder mirándome con cara de gata y volvió a su tarea de antes.
Después de un rato de besarnos a escondidas en el descampado. Le dije la verdad.
Le mostré el chat mientras sonriente le marqué en dónde mencionaba "el regalo" por el permitido a mí noche con ella.
Mí amiga lo primero que hizo fué con su dedo, subir un poco al ver la foto previa.
"Uf, boluda no puede ser tan linda esa pija" la borrachera la soltó y ese comentario me fascinó. La quería coger ahí nomás pero me contuve y seguí mostrando el chat, dejé que vea mí foto entangada y amaba ver cómo subía su calentura. No sabía si de iba a soltar estando de novia también ella.
"Así que me usan para calentarse??" me dijo ella y se lanzó sobre mí. Bajó mí vestido y liberó mis tetas, empezó a recorrerlas con su lengua como si fuera la primera vez.
Extrañaba esa sensación, la suavidad de su piel. Cómo sus manos levantaban mí vestido para acariciar mí conchita. En mí mano aún tenía el chat con Gon que desencadenó esto.
"Che Bian y si nos vamos de acá?"
Dejó de morder mí pezón solo para decir "Si por favor".
No necesitamos más, por suerte ella estaba en auto y pudimos ir a su casa que estaba sola (manejé yo, ella iba bastante borracha).
Entramos, agarramos una sidra que estaba dando vueltas y la llevamos a su habitación. Ya dentro no pude contenerme más. Me agaché y apenas levantando su vestido, bajé su tanga y recorrí su conchita con mis lamidas.
Estaba enamorada de su sabor, no sabía cuánto la extrañaba hasta ese momento en el que sus flujos recorrían mi boca.
Un flash en mí cara me sacó del transe. No entendía que pasaba, pero viniendo de Bian, no me preocupé. Seguí con mí tarea a pesar de la luz que me encandilaba.
Ella con su mano enterraba mí cara en su entrepierna y yo feliz de estar ahí.
Se apagó lo que asumí era una cámara y fuimos a la cama.
Ella se acomodó en 4 dándome una espectacular imagen de su cola, seguí con mí tarea y chupé tanto su culito como su conchita. Alterné con mis dedos y logré que se acabe en mí boquita como en los viejos tiempos.
Llegó mí turno, me giró y volvió a chuparme las tetas. Dos dedos se clavaron dentro mío mientras ella seguía enterrando su carita en mis pechos.
Llegó un tercero y lo acompañó con su lengua, estaba delirando de placer y contorsionaba mí cuerpo sin poder controlar mis movimientos.
No pude contenerme y acabé en esos labios que ya no tenían nada de rojizo más que su color natural. Todo el labial se había ido a parar a mis tetas. Ahora lo único de lo que estaban pintados eran de mis flujos. Lo sé porque lo siguiente que hizo fué venir a comerme la boca en un beso que tenía el sabor de nuestra amistad.
Bian me mostró su teléfono. Y tenía un chat con Gon. Seguramente ustedes lo habrían visto venir pero no fué mí caso.
Lo primero que vi, sin ningún saludo ni nada, un video mío filmado desde arriba mientras yo le comía la conchita a mí amiga. Esa luz que me encandiló era efectivamente el flash de su cámara. No se perdía ningún detalle.
Gon respondió "las amiguitas se reunieron, qué caliente me dejan ahora..."
Ahora en exclusiva, la que había recibido una foto de ese pijón fue Bianca. Eso estuvo lejos de molestarla. La respuesta fué directamente una foto selfie de cuando ella estaba en 4, sacando su lengua y haciendo foco a mí cara enterrada en su cola "faltas vos" decía al pié de la imagen.
Mí amiga estaba regalada a mí novio mientras me cogía. Juzguenme pero eso me encantaba.
Gon mandó un vídeo haciéndose la paja que Bian aún no había visto y lo miramos juntas mientras nos colabamos los dedos. Ninguna decía nada por no romper ese morbo que se había generado. Ninguna de las dos quería recordar que ella tenía novio y se estaba pajeando mientras le mandaba mensajes al mío.
Mandamos un vídeo a los besos en donde ella bajaba a comerme las tetas feliz navidad mí amor" fue la frase con la que cerré aquella noche.
4 comentarios - Una chica sencilla (38)
Besos ricos!