Después de haber recibido el mensaje, de que si quería que se ponga algo en particular, lo estuve pensando, y al día siguiente le respondí.
Yo: Un disfraz de colegiala, quiero que te pongas.
L: Está bien, en estos días voy a comprarme uno.
Yo: No tenés ningún otro ?
L: Nunca use, y la lencería más jugada que tengo, la viste el otro día. No me llamaba la atención, ni pensaba que me quedaría bien, aparte C (el marido) tampoco me pedía.
Yo: Bueno eso cambió, conmigo vas a usar varias cosas. Después arreglamos y te llevo a comprar.
L: Bueno, me da un poco de vergüenza igual, no sé si me quedará bien, no quiero verme ridícula. Capaz el tiempo de esas cosas ya pasó para mí, estaba un poco caliente el otro día y me salió proponerte eso, pero tengo mis dudas.
Yo: Ya me diste la idea, y estuve toda la noche imaginandote con eso puesto, tenía la verga que me explotaba. Ahora no te tires para atrás.
L: Está bien, lo vamos a intentar.
Pasaron 2 días, y fui por la mañana temprano al negocio. Me atendió bien, pero no estaba como siempre, la veía decaída y triste.
Yo: Que te pasa?
L: Nada, está todo bien (intento disimular una sonrisa)
Yo: Que te pasa, contame dale.
L: Discuti con C, siempre me hace lo mismo.
Yo: Que ?
L: Le dije que teníamos que ir al jardín que nos citó la maestra por cómo se porta el nene, y no quiere ir. Aparte después del trabajo se va a jugar a la pelota, no le importa nada.
Yo: No te preocupes, yo te acompaño y de ahí, vamos de compras. Te vas a terminar despejando, vas a ver.
L: No creo que sea algo que te corresponda.
Yo: Puedo esperar afuera, o entro con vos diciendo que soy su tío, cómo quieras.
L: Bueno, lo pienso y te aviso.
Yo: Dale, nos vemos en un rato.
Llegué, le pase el comprobante, lo vió y esperé. No quería presionarla.
L: Me gustaría que me acompañes, pero tiene que parecer casualidad, sino el nene le va a contar a C. Y no tenes que entrar.
Yo: Bueno, avísame cuando salgan. Yo voy sacando el auto y te pregunto para donde van, y los alcanzo.
L: Ok.
Después de un rato me avisó, asique salí les pregunté a dónde iban y le dije al nene que yo tenía que pasar cerca de su jardín, que lo llevaba si quería. Acepto contento, no me gusta viajar en colectivo, hasta lo deje que elija la música que quiera ir escuchando, llegamos “Me despedí” y simule irme. Espere unos minutos y le dije, que estaba a la vuelta.
La vi venir caminando, de frente ya se notaban sus caderas que tenía una hermosa cola.
L: Te enojas si vamos la próxima a comprar ? No estoy de muy buen humor para ir a algún lugar que halla gente, quiero tranquilidad.
Yo: No hay problema, despreocupate. Volvemos? (No estaba enojado, pero tenía unas ganas de coger terribles, y pensé que ya no iba a pasar nada)
L: Puedo pagarte la molestia de traernos (apoyo su mano izquierda sobre mí pierna derecha, deslizandola a mí pene) Capaz nos ayuda a liberar un poco el estrés.
Yo: Si la necesitas, es toda tuya.
Y ahí estábamos, con el auto estacionado debajo de un árbol, a la hora de la siesta y en el costado del jardín de su hijo. Mirándome a los ojos, saco mí verga del pantalón y media dormida como estaba, se la metió completa en la boca. Chupaba con unas ganas descomunales, estaba enceguecida con mí verga. Me dispuse a disfrutar, ni siquiera tocaba ninguna parte de su cuerpo.
L: Esto es una fantasía que tengo, cuando “C” me traía de Santiago o cuando íbamos, siempre quise chuparle la pija en la ruta, mientras manejaba, y nunca me dejó, tenía miedo hasta que algún camionero me mire el culo mientras le chupaba la pija.
Yo: Yo no tengo ese miedo, le dije.
Con ambas manos le baje la calza, mientras su culo apuntaba a la vereda. Tenía una tanga bien clavada, desde mí lado era una vista hermosa, y no me quería imaginar si alguien pasaba y miraba ese culo en 4 desde afuera, eso me prendió más todavía. Le acariciaba las nalgas, el ano y la concha, todo por encima de la tanga, prendí un cigarro y me deje llevar por el placer.
L: Lo estás disfrutando no ?
Yo: No te das una idea.
L: Me haces sentir una puta, chupándote la pija en el auto, con la cola en tanga para que cualquiera mire y encima mientras te prendes un pucho.
Yo: Sos una puta, sos mí puta. Y ahora yo soy tu macho, hace disfrutar a tu hombre.
Siguió chupándola, hasta que en un momento pasaron 2 pendejos, adolescentes, caminaban despacio para no perderse de nada, yo solo los veía para que no hagan nada de más, solo que se lleven el recuerdo en sus retinas.
Yo: Hay 2 pendejos, que te miraron todo el orto. Sabes las pajas que se van a hacer pensando en vos.
L: Mmm que rico, me gustaría ver la lechita que sacan por mí.
Yo: Sacame la leche a mí, y pensar que es de ellos también.
Empezó a hacer garganta profunda y pajearme con muchas ganas, hasta que acabe. Le llene toda la boca de leche que sin pensarlo trago, algunas gotas cayeron en mi pelvis y volvió a buscarlas para tragarlas también.
L: Que rica leche tenés, podría tomarla todos los días.
Yo: Por suerte vivo al lado de tu casa, podes pedirla cuando quieras.
Emprendimos el regreso, llegamos y cada uno a su casa. Pasaron 5 minutos, y me mandó un mensaje, que se había olvidado de darme unas cosas, si podía ir, y que entre como siempre.
Entre por el garaje ahí no estaba, me asome al local y tampoco. Fui entrando a su casa despacio, diciendo “hola, hola”.
L: Entra, espérame en el sillón, ahí voy.
Espere, no entendía que pasaba, pero hice caso a lo que pidió. De pronto apareció, desnuda y con la tanga que tenía puesta hace un rato. No dijo ninguna palabra, se acercó dejo mí verga al aire y se sentó sobre ella. Me pidió que abriera la boca.
L: Está tanga es tuya (metiéndola en mí boca) es la del primer pete que hice un un auto. Quédatela o regalasela a los pendejos.
La miraba atónito mientras me la metía en la boca y empezaba a cabalgar.
L: Tenía que darte la tanga, y una buena cogida. Me pareció que el pete no fue suficiente.
Mí verga se puso durísima instantáneamente, eso provocó que con su dura cabalgata ella acabará pronto, pero todavía faltaba yo, y no se desligó del trabajo, por el contrario puso más empeño en sacarme la leche, hasta que lo logro y la llene de nuevo, pero está vez su vagina.
Se quedó tirada en el sillón, mientras yo me volvía a acomodar la ropa, le agradecí por la tanga y me fui a mí casa.
Yo: Un disfraz de colegiala, quiero que te pongas.
L: Está bien, en estos días voy a comprarme uno.
Yo: No tenés ningún otro ?
L: Nunca use, y la lencería más jugada que tengo, la viste el otro día. No me llamaba la atención, ni pensaba que me quedaría bien, aparte C (el marido) tampoco me pedía.
Yo: Bueno eso cambió, conmigo vas a usar varias cosas. Después arreglamos y te llevo a comprar.
L: Bueno, me da un poco de vergüenza igual, no sé si me quedará bien, no quiero verme ridícula. Capaz el tiempo de esas cosas ya pasó para mí, estaba un poco caliente el otro día y me salió proponerte eso, pero tengo mis dudas.
Yo: Ya me diste la idea, y estuve toda la noche imaginandote con eso puesto, tenía la verga que me explotaba. Ahora no te tires para atrás.
L: Está bien, lo vamos a intentar.
Pasaron 2 días, y fui por la mañana temprano al negocio. Me atendió bien, pero no estaba como siempre, la veía decaída y triste.
Yo: Que te pasa?
L: Nada, está todo bien (intento disimular una sonrisa)
Yo: Que te pasa, contame dale.
L: Discuti con C, siempre me hace lo mismo.
Yo: Que ?
L: Le dije que teníamos que ir al jardín que nos citó la maestra por cómo se porta el nene, y no quiere ir. Aparte después del trabajo se va a jugar a la pelota, no le importa nada.
Yo: No te preocupes, yo te acompaño y de ahí, vamos de compras. Te vas a terminar despejando, vas a ver.
L: No creo que sea algo que te corresponda.
Yo: Puedo esperar afuera, o entro con vos diciendo que soy su tío, cómo quieras.
L: Bueno, lo pienso y te aviso.
Yo: Dale, nos vemos en un rato.
Llegué, le pase el comprobante, lo vió y esperé. No quería presionarla.
L: Me gustaría que me acompañes, pero tiene que parecer casualidad, sino el nene le va a contar a C. Y no tenes que entrar.
Yo: Bueno, avísame cuando salgan. Yo voy sacando el auto y te pregunto para donde van, y los alcanzo.
L: Ok.
Después de un rato me avisó, asique salí les pregunté a dónde iban y le dije al nene que yo tenía que pasar cerca de su jardín, que lo llevaba si quería. Acepto contento, no me gusta viajar en colectivo, hasta lo deje que elija la música que quiera ir escuchando, llegamos “Me despedí” y simule irme. Espere unos minutos y le dije, que estaba a la vuelta.
La vi venir caminando, de frente ya se notaban sus caderas que tenía una hermosa cola.
L: Te enojas si vamos la próxima a comprar ? No estoy de muy buen humor para ir a algún lugar que halla gente, quiero tranquilidad.
Yo: No hay problema, despreocupate. Volvemos? (No estaba enojado, pero tenía unas ganas de coger terribles, y pensé que ya no iba a pasar nada)
L: Puedo pagarte la molestia de traernos (apoyo su mano izquierda sobre mí pierna derecha, deslizandola a mí pene) Capaz nos ayuda a liberar un poco el estrés.
Yo: Si la necesitas, es toda tuya.
Y ahí estábamos, con el auto estacionado debajo de un árbol, a la hora de la siesta y en el costado del jardín de su hijo. Mirándome a los ojos, saco mí verga del pantalón y media dormida como estaba, se la metió completa en la boca. Chupaba con unas ganas descomunales, estaba enceguecida con mí verga. Me dispuse a disfrutar, ni siquiera tocaba ninguna parte de su cuerpo.
L: Esto es una fantasía que tengo, cuando “C” me traía de Santiago o cuando íbamos, siempre quise chuparle la pija en la ruta, mientras manejaba, y nunca me dejó, tenía miedo hasta que algún camionero me mire el culo mientras le chupaba la pija.
Yo: Yo no tengo ese miedo, le dije.
Con ambas manos le baje la calza, mientras su culo apuntaba a la vereda. Tenía una tanga bien clavada, desde mí lado era una vista hermosa, y no me quería imaginar si alguien pasaba y miraba ese culo en 4 desde afuera, eso me prendió más todavía. Le acariciaba las nalgas, el ano y la concha, todo por encima de la tanga, prendí un cigarro y me deje llevar por el placer.
L: Lo estás disfrutando no ?
Yo: No te das una idea.
L: Me haces sentir una puta, chupándote la pija en el auto, con la cola en tanga para que cualquiera mire y encima mientras te prendes un pucho.
Yo: Sos una puta, sos mí puta. Y ahora yo soy tu macho, hace disfrutar a tu hombre.
Siguió chupándola, hasta que en un momento pasaron 2 pendejos, adolescentes, caminaban despacio para no perderse de nada, yo solo los veía para que no hagan nada de más, solo que se lleven el recuerdo en sus retinas.
Yo: Hay 2 pendejos, que te miraron todo el orto. Sabes las pajas que se van a hacer pensando en vos.
L: Mmm que rico, me gustaría ver la lechita que sacan por mí.
Yo: Sacame la leche a mí, y pensar que es de ellos también.
Empezó a hacer garganta profunda y pajearme con muchas ganas, hasta que acabe. Le llene toda la boca de leche que sin pensarlo trago, algunas gotas cayeron en mi pelvis y volvió a buscarlas para tragarlas también.
L: Que rica leche tenés, podría tomarla todos los días.
Yo: Por suerte vivo al lado de tu casa, podes pedirla cuando quieras.
Emprendimos el regreso, llegamos y cada uno a su casa. Pasaron 5 minutos, y me mandó un mensaje, que se había olvidado de darme unas cosas, si podía ir, y que entre como siempre.
Entre por el garaje ahí no estaba, me asome al local y tampoco. Fui entrando a su casa despacio, diciendo “hola, hola”.
L: Entra, espérame en el sillón, ahí voy.
Espere, no entendía que pasaba, pero hice caso a lo que pidió. De pronto apareció, desnuda y con la tanga que tenía puesta hace un rato. No dijo ninguna palabra, se acercó dejo mí verga al aire y se sentó sobre ella. Me pidió que abriera la boca.
L: Está tanga es tuya (metiéndola en mí boca) es la del primer pete que hice un un auto. Quédatela o regalasela a los pendejos.
La miraba atónito mientras me la metía en la boca y empezaba a cabalgar.
L: Tenía que darte la tanga, y una buena cogida. Me pareció que el pete no fue suficiente.
Mí verga se puso durísima instantáneamente, eso provocó que con su dura cabalgata ella acabará pronto, pero todavía faltaba yo, y no se desligó del trabajo, por el contrario puso más empeño en sacarme la leche, hasta que lo logro y la llene de nuevo, pero está vez su vagina.
Se quedó tirada en el sillón, mientras yo me volvía a acomodar la ropa, le agradecí por la tanga y me fui a mí casa.
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