El Martes a las 5 de la tarde el hijo de puta, dormía despatarrado y en bolas, en nuestra cama matrimonial...
Donde yo le había chupado la pija hasta aburrir[de mi boda un me...
Donde le mamé toda la leche que me dio...
Nuestra cama matrimonial, manchada con la sangre que me salio del culo, cuando me lo dejé desvirgar por el negro vergudo.
Nuestra cama matrimonial...
Donde por primera vez - Me había garchado...
¡¡¡UN MACHO!!!...
El negro dormía, yo, sentía cómo me ardía el orto totalmente desjaretado.

Le miraba la garcha y recordaba lo que el negro le había dicho a sus amigos...
-“van a ver, después que yo le parta el culo a vergazos, lo putita que se va a poner…
-Cuando me pregunté si el negro me estaba emputeciendo.
De inmediato contestó mi cuerpo, él y yo queríamos descubrir ese mundo nuevo, lleno de nuevos placeres y nuevas maneras de gozar.
Me gustaba ser dominada por un buen macho, deseaba ser su Puta, quería salir a putear para el negro...

Totalmente abierta de piernas, me estaba haciendo una
paja... Dominada por una tremenda calentura, me sentía totalmente entregada, dispuesta y deseosa de ser usada.
Cada vez, sentía más placer siendo dominada por ese negro pijudo.
Deseaba ser su putita...
Y me repetía... -Sí estoy decidida...
-Seré su Puta. -Voy a putear para él.
Quiero que me siga cogiendo como hoy.
Quiero ser su Puta, que me haga salir a putear por guita para él.
Me gusta que me haya emputecido.
Que me tenga dominada.
Quiero que me haga garchar por todos sus amigos.
Ni me acordaba de mi marido.
Seguía pajeandome con los dedos y con el bocho.
Me desfilaban las imágenes por la cabeza.
Me veía garchando con viejos.
Mamando viejos panzones.
Encamada con minas.
En orgías con cantidad de machos. Pidiendo que me hicieran todo lo que quisieran.
Pero enseguida volvía a pensar en la guasca del negro... eso sí era una pija.
El culo me hacía morisquetas, quería más verga. Y por el culo.

No veía la hora de que me hiciera salir a putear para él.
Ya me veía de puta por la calle.
Quería que me pusiera de puta en un burdel,
Y, mirando la tremenda guasca del negro, terminé la paja que me estaba haciendo largando un polvo brutal.
Recaliente con mis fantasías...
Pero muy lejos de imaginar que era muchísimo más lo que me esperaba.
A las 6 de la tarde, resolví despertar al negro, que seria Mi Macho...
El negro abrió los ojos, se desperezó, me miró, se agarró la guasca y me preguntó...

-¿Ya desayunaste Putita?...
-¿Que?...
-¿Si merendaste Putita?
Hijo de puta...
Qué importaba eso, si yo rabiaba por chupársela de nuevo...
Le agarré la garcha, pero el grosor de aquel tripón, hacía que no pudiera envolvérsela toda con una mano, así que lo empuñé con las dos y arranqué a mamar como ternera guacha...

Casi enseguida sentí como empezaba a hincharse y palpitar aquel morcillón negro...
El hijo de puta comenzó a preguntarme...
-Y Putita... ¿Dónde te echo la lechita?
-Recordé sus enseñanzas. Sabía la respuesta que una Putita debía dar, así que me acosté boca arriba y mirándolo a los ojos abrí mi boca aún más... Y le dije…
-¡¡¡Aquí Papito... Echáme toda tu leche aquí!!!...
Esa noche, había conocido por primera vez, el sabor de la leche de pija... (Mi marido ni siquiera me hacía chupársela... Menos aún tragarme su leche)...
El negro, apuntando a mi boca aquel socotroco de verga, se la fue ordeñando, hasta que sentí una increíble cascada de leche bajando por mi garganta...
Él no paraba de decirme...
-¡¡¡Tragá!!!… ¡¡¡Tragáte toda mi leche puta!!!

a, de puta para tí...
Ya lo tenía decidido iba a ser la puta del negro.
El se levantó diciendo...
-Putita me doy una ducha...
-Mientras vos me preparás algo para comer...
-¿Sííí?
-Yo aún de rodillas y boquita abierta esperando más leche. -Respondí... Sí... Enseguida…
Se dio vuelta, se acercó a mí y cacheteándome la cara con la guasca, dijo...
-Yo, te digo Putita... -Y vos me vas a decir... Mi Macho… ¿Estamos?...
-Sí... Respondí...
-¿Sí, qué?...
-Sí, Mi Macho... Respondí...
Y, sabiendo que jugaba con fuego, con la pepa empapada y el orto haciéndome morisquetas... le pregunté...
-¿Y en público?... ¿Cómo te digo?...
Recibí la respuesta que merecía, y que en definitiva buscaba...
Me corrió un chucho por todo el cuerpo, cuando lo escuché decir...
-Con más razón Putita, en público me vas a decir... Mi Macho y en voz alta… ¿Está claro?...
Mientras me acababa parada frente a él...Respondí... -Sí, Mi Macho... -¡¡¡Muy Claro!!!.
El negro ya me tenía domado y emputecido el orto, el que mi marido ni siquiera me lo había pedido.
Me había hecho chupar esa verga negra y tufienta un montón de veces... Y cada vez que me la sacaba del culo, se la hacía limpiar y terminaba tragándome todo... leche y demás...
A mi pobre marido... Imposible dedicarle otros pensamientos...
Arnoldo, siempre en bolas, fue a la sala de estar en busca de una botella de vodka, sin importarle que, por el ventanal que da al jardín, pudiera verlo algún vecino.
Cuando le dije...
-¡¡¡Cuidado, que te pueden ver!!!...
Respondió...
-Y qué te preocupás, si no va a pasar ni una semana, antes de que todo el barrio sepa que sos mi puta...
-¡¡¡Me corrió otro chucho por todo el cuerpo!!!...
Entonces se paró y me dijo
-Dale putita hacéme otra mamada de esas que te mandaste anoche,
que si me la ponés bien dura, vuelvo a garcharte el orto…
Yo miré aquel socotroco negro, me arrodillé y chupé toda aquella carne haciendo arcadas por angurrienta.
Me la tragaba hasta que sus peludos huevos chocaban con mi cara, el negro me decía todo tipo de groserías y ordinarieces…
-Guacha brisca... Putita chupa pija... Zorra mamona…
-Guacha regalada…
Yo, cada vez más caliente, chupaba aquel socotroco como una experta tragasables.
Con mi mamada, el pijón quedó de nuevo duro como fierro…
Con él en mi boca lo miré bien regalada, y le dije... que pedazo de guasca tenés hijo de puta…
El hijo de puta, tenía muy claro lo que yo buscaba, burlándose de mí calentura, con una sobradora sonrisa me preguntó…
-¿Qué pasa nenita, que precisás?...
-Yo apretando bien fuerte el tronco de su guasca, mirando cómo se le hinchaba la cabeza y el ojo de mear se le abría, le respondí...
-“Que si te quedan fuerzas cumplas tu promesa"...
--¿Qué promesa?...
-Que si te la ponía bien dura, me volvías a garchar el culo…
-¿Querés más pija putita?
–Sí, Papi, me gustó tu verga...
-¿Te gustó más que la de tu marido?
–Sííí vergudo de mierda, me gusta mucho más...
-La de mi marido ahora me va a bailar en la pepa...
-¿Y en el ojete?
-Si se lo doy también...
-¿Y que no se lo vas a dar?
-El ojete es tuyo...
-Qué putón que sos... Guachita...
-Viste, negro pijudo... lo puta que estoy…
-Tu vergón me tiene emputecida...
– ¡Pedíme más verga Guacha puta! –decía el negro
Y yo le pedía más… – Quiero más guasca
-¿Y por dónde la querés?
-La quiero toda por el orto
–¿Te gustó hacerte partir el ojete?...
- Sííí... Rompéme el culo de nuevo hijo de puta... le decía recaliente…
-Hacéme sentir quien es mi macho... De quien soy la putita…
-Pero lo tenés totalmente desjaretado, te va a doler…
-Sí, me va a doler al principio, pero cuando arranques a garchármelo, me olvido del dolor y te la gozo bien gozada.
El hijo de puta me encajó una escupida y empezó a puntearme el ojete con su tripón, cuando me entró la cabeza, yo, de corajuda, paré bien el culo y entregada le dije…
–Dále, dáme verga…
El hijo de puta haciéndome caso, me encajó un guascazo que pensé que me desfondaba el orto…
-Uuuuuhhhggggg- se me escapó un bufido al sentir al pijón en mis intestinos...

Cuando el me ensartaba el pijón, yo, empujando hacia arriba le decía... -Así... más, más…
El negro me preguntó… -¿Así putita?
-Sí, así... así... partíme el ojete... ahhh como me gusta
- Sí, negro pijudo... Dame toda esa garcha... bien a fondo
Se me cimbró la espalda, mi cuerpo temblaba y le largué otro polvo…
Aumentó la velocidad, cada vez entraba y salía más rápido…
-¡Ayyy…! Sííí... Que Divino…
-Eso es lo que quiero... así, así... qué divino, qué pedazo de guasca, hijo de puta...
La metía y sacaba, yo sentía como toda esa carne me rellenaba el orto llegando a mis intestinos…
Me la enterraba hasta el tronco parecía que me iba a salir por la boca y yo gritaba como loca…
--Aaaaahhhhgggg, me partís el ojete… me encanta tu verga…
-Aaaahhhh, síííííííííííííííííííííííí que bien que me cogés, sos bruto macho…
-Y yo soy tu puta... Dame guasca como se te antoje…
-Hacéme garchar por todos los machos que quieras
Me chorreaba la baba de la calentura…
Estaba casi sin fuerzas, el orto me ardía bastante...
Y el negro me lo garchaba sin clemencia…
Yo, ya no pensaba, estaba totalmente emputecida, solo quería joda, quería machos, quería verga…
Hasta que, una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo y le largué un polvo bestial… mientras mi ojete le ordeñó a la verga toda su leche caliente...
Me había cogido el ojete sin parar, durante unos 15 minutos, sacándome 2 polvos de novela.
- Sos una yegua garchando, hija de puta… dijo
El negro mugriento estaba asombrado, se la había comido toda, hasta los huevos.
Después de comer, Arnoldo se volvió a dormir, y yo, por primera vez desarmada a pija, también...
Después la sigo y les cuento...
Chauuu
Un Beso
Tatiana... Tati “La Regalada”
(Protagonista de esta historia )
Agradezco sus comentarios y les recuerdo que si es su deseo
contactarme mi email es
emputecidaporelorto@gmail.com
Pero Por Favor no me traten con respeto, Soy una Puta.
Donde yo le había chupado la pija hasta aburrir[de mi boda un me...
Donde le mamé toda la leche que me dio...
Nuestra cama matrimonial, manchada con la sangre que me salio del culo, cuando me lo dejé desvirgar por el negro vergudo.
Nuestra cama matrimonial...
Donde por primera vez - Me había garchado...
¡¡¡UN MACHO!!!...
El negro dormía, yo, sentía cómo me ardía el orto totalmente desjaretado.

Le miraba la garcha y recordaba lo que el negro le había dicho a sus amigos...
-“van a ver, después que yo le parta el culo a vergazos, lo putita que se va a poner…
-Cuando me pregunté si el negro me estaba emputeciendo.
De inmediato contestó mi cuerpo, él y yo queríamos descubrir ese mundo nuevo, lleno de nuevos placeres y nuevas maneras de gozar.
Me gustaba ser dominada por un buen macho, deseaba ser su Puta, quería salir a putear para el negro...

Totalmente abierta de piernas, me estaba haciendo una
paja... Dominada por una tremenda calentura, me sentía totalmente entregada, dispuesta y deseosa de ser usada.
Cada vez, sentía más placer siendo dominada por ese negro pijudo.
Deseaba ser su putita...
Y me repetía... -Sí estoy decidida...
-Seré su Puta. -Voy a putear para él.
Quiero que me siga cogiendo como hoy.
Quiero ser su Puta, que me haga salir a putear por guita para él.
Me gusta que me haya emputecido.
Que me tenga dominada.
Quiero que me haga garchar por todos sus amigos.
Ni me acordaba de mi marido.
Seguía pajeandome con los dedos y con el bocho.
Me desfilaban las imágenes por la cabeza.
Me veía garchando con viejos.
Mamando viejos panzones.
Encamada con minas.
En orgías con cantidad de machos. Pidiendo que me hicieran todo lo que quisieran.
Pero enseguida volvía a pensar en la guasca del negro... eso sí era una pija.
El culo me hacía morisquetas, quería más verga. Y por el culo.

No veía la hora de que me hiciera salir a putear para él.
Ya me veía de puta por la calle.
Quería que me pusiera de puta en un burdel,
Y, mirando la tremenda guasca del negro, terminé la paja que me estaba haciendo largando un polvo brutal.
Recaliente con mis fantasías...
Pero muy lejos de imaginar que era muchísimo más lo que me esperaba.
A las 6 de la tarde, resolví despertar al negro, que seria Mi Macho...
El negro abrió los ojos, se desperezó, me miró, se agarró la guasca y me preguntó...

-¿Ya desayunaste Putita?...
-¿Que?...
-¿Si merendaste Putita?
Hijo de puta...
Qué importaba eso, si yo rabiaba por chupársela de nuevo...
Le agarré la garcha, pero el grosor de aquel tripón, hacía que no pudiera envolvérsela toda con una mano, así que lo empuñé con las dos y arranqué a mamar como ternera guacha...

Casi enseguida sentí como empezaba a hincharse y palpitar aquel morcillón negro...
El hijo de puta comenzó a preguntarme...
-Y Putita... ¿Dónde te echo la lechita?
-Recordé sus enseñanzas. Sabía la respuesta que una Putita debía dar, así que me acosté boca arriba y mirándolo a los ojos abrí mi boca aún más... Y le dije…
-¡¡¡Aquí Papito... Echáme toda tu leche aquí!!!...
Esa noche, había conocido por primera vez, el sabor de la leche de pija... (Mi marido ni siquiera me hacía chupársela... Menos aún tragarme su leche)...
El negro, apuntando a mi boca aquel socotroco de verga, se la fue ordeñando, hasta que sentí una increíble cascada de leche bajando por mi garganta...
Él no paraba de decirme...
-¡¡¡Tragá!!!… ¡¡¡Tragáte toda mi leche puta!!!

a, de puta para tí...
Ya lo tenía decidido iba a ser la puta del negro.
El se levantó diciendo...
-Putita me doy una ducha...
-Mientras vos me preparás algo para comer...
-¿Sííí?
-Yo aún de rodillas y boquita abierta esperando más leche. -Respondí... Sí... Enseguida…
Se dio vuelta, se acercó a mí y cacheteándome la cara con la guasca, dijo...
-Yo, te digo Putita... -Y vos me vas a decir... Mi Macho… ¿Estamos?...
-Sí... Respondí...
-¿Sí, qué?...
-Sí, Mi Macho... Respondí...
Y, sabiendo que jugaba con fuego, con la pepa empapada y el orto haciéndome morisquetas... le pregunté...
-¿Y en público?... ¿Cómo te digo?...
Recibí la respuesta que merecía, y que en definitiva buscaba...
Me corrió un chucho por todo el cuerpo, cuando lo escuché decir...
-Con más razón Putita, en público me vas a decir... Mi Macho y en voz alta… ¿Está claro?...
Mientras me acababa parada frente a él...Respondí... -Sí, Mi Macho... -¡¡¡Muy Claro!!!.
El negro ya me tenía domado y emputecido el orto, el que mi marido ni siquiera me lo había pedido.
Me había hecho chupar esa verga negra y tufienta un montón de veces... Y cada vez que me la sacaba del culo, se la hacía limpiar y terminaba tragándome todo... leche y demás...
A mi pobre marido... Imposible dedicarle otros pensamientos...
Arnoldo, siempre en bolas, fue a la sala de estar en busca de una botella de vodka, sin importarle que, por el ventanal que da al jardín, pudiera verlo algún vecino.
Cuando le dije...
-¡¡¡Cuidado, que te pueden ver!!!...
Respondió...
-Y qué te preocupás, si no va a pasar ni una semana, antes de que todo el barrio sepa que sos mi puta...
-¡¡¡Me corrió otro chucho por todo el cuerpo!!!...
Entonces se paró y me dijo
-Dale putita hacéme otra mamada de esas que te mandaste anoche,
que si me la ponés bien dura, vuelvo a garcharte el orto…
Yo miré aquel socotroco negro, me arrodillé y chupé toda aquella carne haciendo arcadas por angurrienta.
Me la tragaba hasta que sus peludos huevos chocaban con mi cara, el negro me decía todo tipo de groserías y ordinarieces…
-Guacha brisca... Putita chupa pija... Zorra mamona…
-Guacha regalada…
Yo, cada vez más caliente, chupaba aquel socotroco como una experta tragasables.
Con mi mamada, el pijón quedó de nuevo duro como fierro…
Con él en mi boca lo miré bien regalada, y le dije... que pedazo de guasca tenés hijo de puta…
El hijo de puta, tenía muy claro lo que yo buscaba, burlándose de mí calentura, con una sobradora sonrisa me preguntó…
-¿Qué pasa nenita, que precisás?...
-Yo apretando bien fuerte el tronco de su guasca, mirando cómo se le hinchaba la cabeza y el ojo de mear se le abría, le respondí...
-“Que si te quedan fuerzas cumplas tu promesa"...
--¿Qué promesa?...
-Que si te la ponía bien dura, me volvías a garchar el culo…
-¿Querés más pija putita?
–Sí, Papi, me gustó tu verga...
-¿Te gustó más que la de tu marido?
–Sííí vergudo de mierda, me gusta mucho más...
-La de mi marido ahora me va a bailar en la pepa...
-¿Y en el ojete?
-Si se lo doy también...
-¿Y que no se lo vas a dar?
-El ojete es tuyo...
-Qué putón que sos... Guachita...
-Viste, negro pijudo... lo puta que estoy…
-Tu vergón me tiene emputecida...
– ¡Pedíme más verga Guacha puta! –decía el negro
Y yo le pedía más… – Quiero más guasca
-¿Y por dónde la querés?
-La quiero toda por el orto
–¿Te gustó hacerte partir el ojete?...
- Sííí... Rompéme el culo de nuevo hijo de puta... le decía recaliente…
-Hacéme sentir quien es mi macho... De quien soy la putita…
-Pero lo tenés totalmente desjaretado, te va a doler…
-Sí, me va a doler al principio, pero cuando arranques a garchármelo, me olvido del dolor y te la gozo bien gozada.
El hijo de puta me encajó una escupida y empezó a puntearme el ojete con su tripón, cuando me entró la cabeza, yo, de corajuda, paré bien el culo y entregada le dije…
–Dále, dáme verga…
El hijo de puta haciéndome caso, me encajó un guascazo que pensé que me desfondaba el orto…
-Uuuuuhhhggggg- se me escapó un bufido al sentir al pijón en mis intestinos...

Cuando el me ensartaba el pijón, yo, empujando hacia arriba le decía... -Así... más, más…
El negro me preguntó… -¿Así putita?
-Sí, así... así... partíme el ojete... ahhh como me gusta
- Sí, negro pijudo... Dame toda esa garcha... bien a fondo
Se me cimbró la espalda, mi cuerpo temblaba y le largué otro polvo…
Aumentó la velocidad, cada vez entraba y salía más rápido…
-¡Ayyy…! Sííí... Que Divino…
-Eso es lo que quiero... así, así... qué divino, qué pedazo de guasca, hijo de puta...
La metía y sacaba, yo sentía como toda esa carne me rellenaba el orto llegando a mis intestinos…
Me la enterraba hasta el tronco parecía que me iba a salir por la boca y yo gritaba como loca…
--Aaaaahhhhgggg, me partís el ojete… me encanta tu verga…
-Aaaahhhh, síííííííííííííííííííííííí que bien que me cogés, sos bruto macho…
-Y yo soy tu puta... Dame guasca como se te antoje…
-Hacéme garchar por todos los machos que quieras
Me chorreaba la baba de la calentura…
Estaba casi sin fuerzas, el orto me ardía bastante...
Y el negro me lo garchaba sin clemencia…
Yo, ya no pensaba, estaba totalmente emputecida, solo quería joda, quería machos, quería verga…
Hasta que, una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo y le largué un polvo bestial… mientras mi ojete le ordeñó a la verga toda su leche caliente...
Me había cogido el ojete sin parar, durante unos 15 minutos, sacándome 2 polvos de novela.
- Sos una yegua garchando, hija de puta… dijo
El negro mugriento estaba asombrado, se la había comido toda, hasta los huevos.
Después de comer, Arnoldo se volvió a dormir, y yo, por primera vez desarmada a pija, también...
Después la sigo y les cuento...
Chauuu
Un Beso
Tatiana... Tati “La Regalada”
(Protagonista de esta historia )
Agradezco sus comentarios y les recuerdo que si es su deseo
contactarme mi email es
emputecidaporelorto@gmail.com
Pero Por Favor no me traten con respeto, Soy una Puta.
2 comentarios - Jur0 Que Me Emputecí Por Culpa De Mi Marido 2