
Por fuera soy el típico vato serio, el oficinista con barba que nadie sospecharía. Pero cuando la calentura me gana, me transformo en la puta más cachonda que puedas imaginar. Me pongo las tangas sudadas de mi mamá, todavía impregnadas de su olor a concha, y me excita saber que ese hilo fino ha estado rozando su chocha antes de hundirse entre mis nalgas. Aunque soy flaco y desnalgado, me encanta empinarme frente al espejo, clavarme esos tacones de zorra que usa ella y rebotar como una perra en celo.
Pero lo que más me prende es cuando me abro el culo con mis dildos, gruesos y babosos, imaginando que soy una de mis conocidas. Mis amigas, esas que creen que soy un cabrón normal, pero que no saben que fantaseo con ser ellas, con sentir una verga dura reventándome como a las putas que son. Mis primas, que se visten de santas pero en mi mente las tengo dobladas como perras. Mis tías, esas maduras que se creen dueñas de todo, pero en mis fantasías soy yo la que gime como ellas cuando les dan duro. Hasta mi exnovia, que me dejó por otro, pero que no sabe que ahora me ensarto los juguetes más grandes que la verga de su nuevo wey.
Y la más perversa de todas… mi mamá. Porque cuando me pongo sus tangas y me clavo esos dildos, cierro los ojos y me convierto en ella, en esa caballona que se viste de señora decente pero que en el fondo debe ser una yegua necesitada. Me encorvo, gimo y me empujo hasta el fondo, imaginando que soy ella, abierta, sudada y llena de verga como la zorra que siempre quise ser.
¿Qué dirían si supieran que el buen muchacho que conocen en realidad es una perra que sueña con ser todas ellas?








2 comentarios - De día Godin, de noche putita.
Colocar a tu madre y a ti juntas con las patas levantadas y entregándome sus culotes como el par de putas madre e hija que en realidad son, hacerlas mis perra al mismo tiempo, destrozarlas, hacerlas gritar, gemir y llorar de dolor y placer; que tu mamá se de cuenta que además de ser un putito maricón (si no es que ya sabe lo mucho que te gusta la verga como ella) su hijito disfruta ser una puta barata ante cualquier desconocido que le meta la pistola por la cola y tú compruebes que esa señora decente que dice ser tu mamá en realidad es una vieja cachonda que disfruta terminar con el culo destrozado y para tener una verga taladrando su ano es capaz, no solo de dejar sino de ayudar y disfrutar que sodomicen a su hijito o a cualquier otra puta de su familia junto a ella al mismo tiempo.