Lo hice con el papá de mí amiga

Era el último año de colegio y me la pasaba estudiando con una de mis amigas, estaba fuerte el estudio así que decidimos citarnos en las tardes para estudiar. Un día fui a su casa y recién conocí a su papá, era un tipo muy bien parecido alto y con algunas canas, calculo que tenía unos cuarenta y tantos años, me trató muy bien y era muy respetuoso.
A medida que iba a la casa de mí amiga, adquiriamos mas confianza, hacíamos chistes y podríamos decir que se iba forjando una atracción. Un punto de quiebre fue cuando mí amiga salió por una momento de su casa y nos quedamos solos los dos, empezamos a bromear y en un punto se acercó a mí y me tomó de la cintura, yo me sonrojé muchísimo y el pudo notarlo, pero lo deje hacerlo mientras jugábamos un poco más. Llegó su esposa y rompió toda la magia.
En seguidas oportunidades nos seguimos viendo y ya se podía notar la atracción sexual que nos teníamos con bromas cada vez más subidas de tono. Debo admitir que después de las sesiones de estudio con mí amiga, llegaba a casa directo a masturbarme pensando en tener a ese maduro encima de mí.
En una oportunidad se nos hizo muy tarde a mí amiga y a mí, por lo que su papá decidió llevarme a casa en su auto. Yo estaba muy emocionada por pasar un rato junto solos y sin que nadie nos interrumpa. Subí al coche y me llevó rumbo a casa, charlamos bromeamos y cuando llegamos a casa me pidió mí teléfono. A partir de ahí ya teníamos más contacto podíamos hablar más seguido.
En otra sesión de estudio, fui a casa de mí amiga con un vestido suelto y cortito que me había dicho que le gustaba mucho. Ese día no perdí ninguna ocasión para exhibir mis piernas y mí cola que miraba con tantas ansias. Ese día no terminamos tan tarde, pero igual ofreció llevarme a casa. Me subí al coche y volvimos a bromear, pero está vez paró en un semáforo y mientras esperábamos llevó su mano hacia mí muslo y lo empezó a tocar, yo me sonrojé bastante y traté de hacerme la desentendida pero el solo se rió porque ya sabía que me atraía. En el siguiente semáforo hizo lo mismo solo que está vez fue bajando hasta mí vagina y la empezó a estimular. Al ver qué yo no ofrecía resistencia, también decidió tocarme los senos. Terminado el semáforo, se desvío del camino y se puso en marcha hacia un motel, llegamos y negoció con el encargado ya que yo no traía identificación. Nos dieron una pieza y entramos.
Ni bien cerró la puerta empezó a besarme y a manosearme, se notaba que me traía muchas ganas. Yo solo le seguía la corriente.
Me puso en mis rodillas y se sacó la verga. Era algo que nunca había, la verga de un maduro dura y cerca de mí cara lista para entrar en mí boca. Me la hizo abrir y la introdujo sin dudar. Tomo mí cabeza y con mucha seguridad me empezó a marcar el ritmo. Yo se la chupaba haciendo mí mejor esfuerzo esperando estar a la altura de las mujeres mayores. Pasado un momento paró y me levanto para sacarme la ropa. Quedé completamente desnuda frente a el mientras me observaba con completa lujuria. El también se desnudo y me llevó a la cama. Se puso encima de mí, se colocó un preservativo y cumplió mí sueño de ser penetrada por él. Pude notar su completa experiencia, haciendo movimientos que me llevaron completamente al éxtasis. Era fuerte y viril y cada embestida tenía mucha seguridad y firmeza hasta el momento de eyacular.
Después de eso nos recostamos en la cama mientras nos acariciabamos. Una vez repuesto, se puso más salvaje y me besaba con cierta violencia. Me puso de perrito y se volvió a colocar un preservativo para volverme a coger. Lo hizo con la misma fuerza y tal vez un poco más que la primera vez.
De pronto si teléfono sonó; era mí papá, que le pregunto que había pasado. El le respondió que seguíamos estudiando con mí amiga y que enseguida me llevaba a casa. ( Si mí papá sabría que mientras le decía eso el me estaba penetrando, lo mataba)
Acabó y me hizo ponerme la ropa, yo le propuse que tomáramos una ducha juntos, pero el la desestimó diciendo que no podía llevarme a casa con el pelo mojado, que se darían cuenta de algo. Me vestí y salimos del motel. En el transcurso ya no me habló mucho. Pero al momento de dejarme me dió un beso francés y se despidió.
Después tuvimos otros encuentros. Que contaré en otros relatos.