La policía estaba en mipuerta, debido a los ruidos y gritos, la vecina chuzma llamo a la policía a quepensó en un caso de violencia doméstica.
Al verla aparecer, mi vecinaconfundió a Mara con mi mujer, laspersonas que estaban en la puerta se quedaron de piedra al ver a Mara aparecerdesnuda y después de decirle:
Mara: Que pasa uno no puedetener sexo con su hombre sin que molesten, estoy bien, más que bien, yoficiales, sino les molesta, todavía no hemos terminados- acto seguido cerro lapuerta en su narices, tomo mi mano y fuimos a mi habitación.
De un empujón me tira sobrela cama y yo me dejo caer
Yo: tú hombre?
Mara: no puedo permitir queel padre de mi hijo valla preso por violación.
Yo: violación?
Mara: claro, y menos si nohemos terminado.
Mara me miraba, sobre todo ami pene que estaba más que listo con todo lo anteriormente vivido , se acercabaa mi como una pantera a su presa, parecía quererme comer con la mirada. Llegohasta mí y se arrodillo entre mis piernas, miraba mi pene y me miraba a losojos, mientras se lamia los labios, como si fuera a comerse la golosina massabrosa para ella. En un segundo se trago todo mi pene, hasta que su nariztoco, y su pera se poso en mis huevos, en ese mismo instante levantó la vista ynuestras miradas se cruzaron, vi la mirada de una hembra en celo, sus ojotransmitían fuego. Y yo supe que esa mujer no iba a parar sin dejarme seco loshuevos. Me sostuvo la mirada unos segundos, los suficiente para lanzarme un desafió, que estaba acostumbrada a tener a los hombres bajo ella, y no como hastaahora que yo había tenido el control.
Empezó una furiosa mamada,casi se la sacaba y la volvía a meter completa, la velocidad con qué lo haciaera muy rápida, después de unos minutosyo ya estaba en mis limites, se la sacó y dejo solamente el capullo en la bocay empezó a jugar con su lengua, mientrasque sus manos masajeaban mis huevos, mientras me miraba fijamente a los ojos, se la saco de la boca, y empleotoda su lengua para recorrer todo mi pene, cuando se canso se metió un huevo enla boca y lo chupaba, y alteraba entre uno o otro, mientras me masturbaba, yoestaba al borde del orgasmo, no quería acabar tan rápido qué era lo que ellaquería. Cuándo pensaba que iba aaguantar, ella se enderezo y puso mipene entre sus tetas, fue una sensación inigualable, esas masas de carne duras y suaves apretabanmi pene, subía y bajaba y cada tanto ella lo escupía, y lengüeteaba el capullo,treinta segundos aguante, hice una erupción como un volcán entre sus tetas ycuello. Ella se monto sobre mi, me pego un tortazo qué me dolió y se sentó enmi cara.
Mara: Es hora de devolvermeel favor
A penas si podía respirar,ella apretaba su vulva contra mi cara, me quería humillar y tratar como unjuguete sexual, empecé a comer todo lo que tenia delate de mí, sus flujos eranabundantes, era tanta su calentura que acabo en muy pocos minutos, realmente laexcitaba dominarme, pero eso no era lo que yo pretendía, la podía dejar jugarun rato, pero debía someterla, sino no seria más que un juguete siempre paraella.
Aproveche ese momento dondeella estaba ida, sentada sobre mi cara y con sus manos apoyadas sobre elcabecero de la cama, para salirme de esa posición, ella quedo de costado, le abrílas piernas como una tijera y me situé sobre ella, como ya me había repuesto,era anormal esto, estaba mejor que en mi adolescencia, esta mujer hacia que estuvieraduro en minutos nada más. De una la penetre por su vagina, era una laguna, lahumedad de esa mujer era impresionante, la penetre hasta el fondo.
Mara: Déjame descansar unpoco, maricón.
Ni caso que le hice, lapenetraba profundamente, con fuerza, como golpeándola con un ariete, a lospocos minutos empezó a reaccionar, y clavaba sus uña en la almohada y lamordía. Sus gemidos se oían apagados por la misma. Cuando me cercioré queestaba en el máximo de placer, llegando a su clímax, cambie de objetivo y lapenetre por su ano. La almohada amortiguo un poco el grito, se puso tensa y suano se contrajo apretándome muy fuerte el pene. La deje que se acostumbrara unpoco, y empecé lentamente un mete y saca de sus entrañas, a cada penetración ella se iba relajando másy yo me iba moviendo cada vez más violentamente, hasta que el ritmo se volvióendiablado.
Mara: Puto de mierda, seguroque te gusta romperle el culo a los hombres así, que eres un maricón.
Que mal que me caía, o no.Pero en ese momento quería destrozarle el culo. La saque y tironeé de ellahasta que se puso en cuatro, se dejo hacer. Puse mi pene en la entrada de suano, y le penetre lentamente hasta el fondo, quería sentir todo, la tome delpelo y hice que se arqueara su espalda, me acerque a su oreja, la mordí y ledije:
Carlos: No, solamente asísometo a las zorras callejeras que se tiran a sus cuñados.
Mara: Ex cuñado, me tiro a miex cuñado, jajajaja
Y empecé una rotura de culomonumental, que ella gritaba, por supuesto, pero no le pensaba dar tregua. Laiba a usar para mi placer, la convertiría en mi yegua. Nuestro ritmo volvió aser intenso. Me dolía todo, mis piernas, mis glúteos, mi mano tanto nalguearla,mis huevos de tanto chocar contra sus labios. Pero no pensaba detenerme, seguíacon mis estocadas, hasta que ella empezó a acabar, sus brazos se vencieron yapoyo su cara en la almohada, y empezó la acabada de su vida, parecía que seestaba meando, y su ano se contraía constantemente llevándome a mi propioorgasmo. Quedamos tirados en la cama, como estábamos, ni nos movimos, ya era denoche y estábamos acabados, lo habíamos hecho de forma violenta, yo habíaacabado cuatro veces y ella seguro queperdió la cuenta. Ni cuenta me di cuando me dormí, lo que si se es que loultimo que pensé es que ella había admitido que quería estar conmigo, o algoparecido, yo no hablaba de violación o abuso.
Sentía una tenue brisa, y unruido lejano, y empecé a despertarme y acordarme de todo, hacia tiempo que nodormía tan bien, de hecho mucho tiempo. Mire la habitación y era un desastre,olía a sexo, tal vez por eso Mara abrió la ventana, se oía la ducha del baño,por lo que deduje lo obvio ella se estaba bañando. Entre al baño, y ella seestaba enjabonando, empecé a orinar mientras admiraba el cuerpo de mi cuñada oex cuñada.
Mara: Eres un salido, no tehas podido esperar a que termine, cerdo.
Ella se dio cuenta de cómo lamiraba, y creo que hasta miedo le dio, ya no era la pantera de la nocheanterior, yo seguía orinando y tocándome el pene.
Mara: Oye no pienses que loque paso ayer entre nosotros cambia algo, que yo tengo las hormonasalborotadas, y tú solo eres el padre de mí bebe.
Entre a la ducha con ella, yseguía tocándome el pene, y la miraba con cara de loco, con hambre, pero demujer.
Mara: No pienses que entre tuy yo va a ver algo, solamente hazte cargo del bebe, que me falto decirte quemañana tengo el primer turno con el obstetra.
Ella miraba como memasturbaba y me acercaba lentamente, mirando sus pechos y su baca, sus pezonesestaban erectos y la traicionaban, su miraba era de duda, su carácter no era elcombativo de siempre. Llegue junto a ella, la tome del cuello y bese, alprincipio no colaboro, pero después de unos segundos lo hizo. La apreté contrala pared, y metí mi lengua dentro de su boca, parecían dos serpientes danzando,lleve mi mano a su vagina y estaba lubricada, no tanto como en la noche, la divuelta que me diera la espalda, y baje mi mano introduciendo dos dedos en suvagina desde atrás, me esmere mucho, cuando pensé que estaba preparada retiremis dedos y los sustituí por mi pene, cosa que agrado a Mara, y lo hizo notarcon un gemido que parecía más un aullido, fue más tranquilo pero igual deplacenteros, tuvo un pequeño orgasmo ella, momento que aproveche para darlavuela, ella levanto una pierna y me rodeo, la volví a penetrar de frente, todoera mucho más tranquilo, lo que me permitía besarla, acariciar sus pecho oamasar sus nalgas, al final los dos terminamos en un orgasmo mucho mástranquilo, nos miramos a los ojos mientras sucedía, en su mirada vi dulzura, nome resistí y le di un tierno beso.
Carlos: Yo voy a cuidar de tiy de nuestro bebe. Y te tomare como mi mujer. Voy ha hacer el desayuno, te vasa quedar.
En su mirada vi temor, duda ymuchas sensaciones más que no sabía describir, no era la zorra que yo conocía.
Mara: He quedado en almorzarcon mamá, le escribí ni bien me levante.
Mientras ella se fue acambiar yo prepare el desayuno, ya eran las once, nos sentamos en la cocina yconversamos, de cosas simples, el clima, la consulta médica y su madre. Mepareció una mujer agradable que conocí y juzgue mal.
Mara: Debes pensar que soy laHija de puta más grande, o no.- yo sonreí un poco.- Yo no planee esto, llevo unpar de meses de mierda. Una relación mala, con una persona patética, y sabiaque era así. Lo que paso entre nosotros, esa noche, yo.- sus ojos se llenaron delagrimas.- le hice daño a muchas personas, aunque no fue mi intención, lo hice.
Vi mucha tristeza en sumirada, se levanto llorando en dirección a la puerta, la agarre, la traje haciami y la abrace, ella lloro en mi hombro, la dejé.
Carlos: Lo hecho, hecho esta,ahora tenemos que ver como lo afrontamos, y ver por nuestro bebe, no podemoshacer nada por el pasado, pero si por el futuro.
Se separo de mi, me miro y mevolvió a abrazar.
Mara: Me voy o mamá sepreocupara.
Antes de irse le di unpiquito que ella no rechazo, pero me miro fijamente unos segundos, comopensando algo.
Esa tarde empecé a limpiarcomo loco, algo en mi había cambiado, no es que me había enamorado de micuñada, no podía negar la atracción que sentíamos mutuamente, pero no era amor.Decidí que debía hacer algo con mi vida, tenia que dejar de lamentarme yllorar, y hacerme cargo.
Al día siguiente asistí alturno con mi cuñada embarazada, la obstetra fue muy amable y buena explicando,y la cuenta que saco de embarazo daba justo para el día del amigo, fecha que meacosté con Mara. Nos hizo escuchar el corazón del bebe, cosa que me puso lospelos de punta y casi me largo a llorar, Mara si lo hizo, yo le sostenía lamano todo el tiempo, cosa que paso naturalmente. Parecíamos una pareja, yo lequería preguntar cuando podía hacer un ADN, cosa que no hice y no me pareciónecesaria. Salimos muy contentos y fuimos a almorzar a un lugar cercano,conversamos de todo. Mara estaba muy contenta y tenia un brillo especial en sumirada, después de almorzar fuimos a una heladería cercana, porque teniaantojos de helado, donde se nos paso el tiempo conversando, acto seguidocruzamos al parque que estaba del otro lado de la calle y caminamos, en unmomento dado y sin darnos cuenta estábamos caminando tomados de la mano, comouna pareja, cuando sonó su teléfono nos dimos cuenta que habíamos pasado más deseis horas juntos, era su madre. Después la lleve a su casa, ella no queríairse, pero giro hacia mi, me beso muy suavemente, un beso tierno. Y me dijo queseguíamos hablando por teléfono, señalando su celular.
Al verla aparecer, mi vecinaconfundió a Mara con mi mujer, laspersonas que estaban en la puerta se quedaron de piedra al ver a Mara aparecerdesnuda y después de decirle:
Mara: Que pasa uno no puedetener sexo con su hombre sin que molesten, estoy bien, más que bien, yoficiales, sino les molesta, todavía no hemos terminados- acto seguido cerro lapuerta en su narices, tomo mi mano y fuimos a mi habitación.
De un empujón me tira sobrela cama y yo me dejo caer
Yo: tú hombre?
Mara: no puedo permitir queel padre de mi hijo valla preso por violación.
Yo: violación?
Mara: claro, y menos si nohemos terminado.
Mara me miraba, sobre todo ami pene que estaba más que listo con todo lo anteriormente vivido , se acercabaa mi como una pantera a su presa, parecía quererme comer con la mirada. Llegohasta mí y se arrodillo entre mis piernas, miraba mi pene y me miraba a losojos, mientras se lamia los labios, como si fuera a comerse la golosina massabrosa para ella. En un segundo se trago todo mi pene, hasta que su nariztoco, y su pera se poso en mis huevos, en ese mismo instante levantó la vista ynuestras miradas se cruzaron, vi la mirada de una hembra en celo, sus ojotransmitían fuego. Y yo supe que esa mujer no iba a parar sin dejarme seco loshuevos. Me sostuvo la mirada unos segundos, los suficiente para lanzarme un desafió, que estaba acostumbrada a tener a los hombres bajo ella, y no como hastaahora que yo había tenido el control.
Empezó una furiosa mamada,casi se la sacaba y la volvía a meter completa, la velocidad con qué lo haciaera muy rápida, después de unos minutosyo ya estaba en mis limites, se la sacó y dejo solamente el capullo en la bocay empezó a jugar con su lengua, mientrasque sus manos masajeaban mis huevos, mientras me miraba fijamente a los ojos, se la saco de la boca, y empleotoda su lengua para recorrer todo mi pene, cuando se canso se metió un huevo enla boca y lo chupaba, y alteraba entre uno o otro, mientras me masturbaba, yoestaba al borde del orgasmo, no quería acabar tan rápido qué era lo que ellaquería. Cuándo pensaba que iba aaguantar, ella se enderezo y puso mipene entre sus tetas, fue una sensación inigualable, esas masas de carne duras y suaves apretabanmi pene, subía y bajaba y cada tanto ella lo escupía, y lengüeteaba el capullo,treinta segundos aguante, hice una erupción como un volcán entre sus tetas ycuello. Ella se monto sobre mi, me pego un tortazo qué me dolió y se sentó enmi cara.
Mara: Es hora de devolvermeel favor
A penas si podía respirar,ella apretaba su vulva contra mi cara, me quería humillar y tratar como unjuguete sexual, empecé a comer todo lo que tenia delate de mí, sus flujos eranabundantes, era tanta su calentura que acabo en muy pocos minutos, realmente laexcitaba dominarme, pero eso no era lo que yo pretendía, la podía dejar jugarun rato, pero debía someterla, sino no seria más que un juguete siempre paraella.
Aproveche ese momento dondeella estaba ida, sentada sobre mi cara y con sus manos apoyadas sobre elcabecero de la cama, para salirme de esa posición, ella quedo de costado, le abrílas piernas como una tijera y me situé sobre ella, como ya me había repuesto,era anormal esto, estaba mejor que en mi adolescencia, esta mujer hacia que estuvieraduro en minutos nada más. De una la penetre por su vagina, era una laguna, lahumedad de esa mujer era impresionante, la penetre hasta el fondo.
Mara: Déjame descansar unpoco, maricón.
Ni caso que le hice, lapenetraba profundamente, con fuerza, como golpeándola con un ariete, a lospocos minutos empezó a reaccionar, y clavaba sus uña en la almohada y lamordía. Sus gemidos se oían apagados por la misma. Cuando me cercioré queestaba en el máximo de placer, llegando a su clímax, cambie de objetivo y lapenetre por su ano. La almohada amortiguo un poco el grito, se puso tensa y suano se contrajo apretándome muy fuerte el pene. La deje que se acostumbrara unpoco, y empecé lentamente un mete y saca de sus entrañas, a cada penetración ella se iba relajando másy yo me iba moviendo cada vez más violentamente, hasta que el ritmo se volvióendiablado.
Mara: Puto de mierda, seguroque te gusta romperle el culo a los hombres así, que eres un maricón.
Que mal que me caía, o no.Pero en ese momento quería destrozarle el culo. La saque y tironeé de ellahasta que se puso en cuatro, se dejo hacer. Puse mi pene en la entrada de suano, y le penetre lentamente hasta el fondo, quería sentir todo, la tome delpelo y hice que se arqueara su espalda, me acerque a su oreja, la mordí y ledije:
Carlos: No, solamente asísometo a las zorras callejeras que se tiran a sus cuñados.
Mara: Ex cuñado, me tiro a miex cuñado, jajajaja
Y empecé una rotura de culomonumental, que ella gritaba, por supuesto, pero no le pensaba dar tregua. Laiba a usar para mi placer, la convertiría en mi yegua. Nuestro ritmo volvió aser intenso. Me dolía todo, mis piernas, mis glúteos, mi mano tanto nalguearla,mis huevos de tanto chocar contra sus labios. Pero no pensaba detenerme, seguíacon mis estocadas, hasta que ella empezó a acabar, sus brazos se vencieron yapoyo su cara en la almohada, y empezó la acabada de su vida, parecía que seestaba meando, y su ano se contraía constantemente llevándome a mi propioorgasmo. Quedamos tirados en la cama, como estábamos, ni nos movimos, ya era denoche y estábamos acabados, lo habíamos hecho de forma violenta, yo habíaacabado cuatro veces y ella seguro queperdió la cuenta. Ni cuenta me di cuando me dormí, lo que si se es que loultimo que pensé es que ella había admitido que quería estar conmigo, o algoparecido, yo no hablaba de violación o abuso.
Sentía una tenue brisa, y unruido lejano, y empecé a despertarme y acordarme de todo, hacia tiempo que nodormía tan bien, de hecho mucho tiempo. Mire la habitación y era un desastre,olía a sexo, tal vez por eso Mara abrió la ventana, se oía la ducha del baño,por lo que deduje lo obvio ella se estaba bañando. Entre al baño, y ella seestaba enjabonando, empecé a orinar mientras admiraba el cuerpo de mi cuñada oex cuñada.
Mara: Eres un salido, no tehas podido esperar a que termine, cerdo.
Ella se dio cuenta de cómo lamiraba, y creo que hasta miedo le dio, ya no era la pantera de la nocheanterior, yo seguía orinando y tocándome el pene.
Mara: Oye no pienses que loque paso ayer entre nosotros cambia algo, que yo tengo las hormonasalborotadas, y tú solo eres el padre de mí bebe.
Entre a la ducha con ella, yseguía tocándome el pene, y la miraba con cara de loco, con hambre, pero demujer.
Mara: No pienses que entre tuy yo va a ver algo, solamente hazte cargo del bebe, que me falto decirte quemañana tengo el primer turno con el obstetra.
Ella miraba como memasturbaba y me acercaba lentamente, mirando sus pechos y su baca, sus pezonesestaban erectos y la traicionaban, su miraba era de duda, su carácter no era elcombativo de siempre. Llegue junto a ella, la tome del cuello y bese, alprincipio no colaboro, pero después de unos segundos lo hizo. La apreté contrala pared, y metí mi lengua dentro de su boca, parecían dos serpientes danzando,lleve mi mano a su vagina y estaba lubricada, no tanto como en la noche, la divuelta que me diera la espalda, y baje mi mano introduciendo dos dedos en suvagina desde atrás, me esmere mucho, cuando pensé que estaba preparada retiremis dedos y los sustituí por mi pene, cosa que agrado a Mara, y lo hizo notarcon un gemido que parecía más un aullido, fue más tranquilo pero igual deplacenteros, tuvo un pequeño orgasmo ella, momento que aproveche para darlavuela, ella levanto una pierna y me rodeo, la volví a penetrar de frente, todoera mucho más tranquilo, lo que me permitía besarla, acariciar sus pecho oamasar sus nalgas, al final los dos terminamos en un orgasmo mucho mástranquilo, nos miramos a los ojos mientras sucedía, en su mirada vi dulzura, nome resistí y le di un tierno beso.
Carlos: Yo voy a cuidar de tiy de nuestro bebe. Y te tomare como mi mujer. Voy ha hacer el desayuno, te vasa quedar.
En su mirada vi temor, duda ymuchas sensaciones más que no sabía describir, no era la zorra que yo conocía.
Mara: He quedado en almorzarcon mamá, le escribí ni bien me levante.
Mientras ella se fue acambiar yo prepare el desayuno, ya eran las once, nos sentamos en la cocina yconversamos, de cosas simples, el clima, la consulta médica y su madre. Mepareció una mujer agradable que conocí y juzgue mal.
Mara: Debes pensar que soy laHija de puta más grande, o no.- yo sonreí un poco.- Yo no planee esto, llevo unpar de meses de mierda. Una relación mala, con una persona patética, y sabiaque era así. Lo que paso entre nosotros, esa noche, yo.- sus ojos se llenaron delagrimas.- le hice daño a muchas personas, aunque no fue mi intención, lo hice.
Vi mucha tristeza en sumirada, se levanto llorando en dirección a la puerta, la agarre, la traje haciami y la abrace, ella lloro en mi hombro, la dejé.
Carlos: Lo hecho, hecho esta,ahora tenemos que ver como lo afrontamos, y ver por nuestro bebe, no podemoshacer nada por el pasado, pero si por el futuro.
Se separo de mi, me miro y mevolvió a abrazar.
Mara: Me voy o mamá sepreocupara.
Antes de irse le di unpiquito que ella no rechazo, pero me miro fijamente unos segundos, comopensando algo.
Esa tarde empecé a limpiarcomo loco, algo en mi había cambiado, no es que me había enamorado de micuñada, no podía negar la atracción que sentíamos mutuamente, pero no era amor.Decidí que debía hacer algo con mi vida, tenia que dejar de lamentarme yllorar, y hacerme cargo.
Al día siguiente asistí alturno con mi cuñada embarazada, la obstetra fue muy amable y buena explicando,y la cuenta que saco de embarazo daba justo para el día del amigo, fecha que meacosté con Mara. Nos hizo escuchar el corazón del bebe, cosa que me puso lospelos de punta y casi me largo a llorar, Mara si lo hizo, yo le sostenía lamano todo el tiempo, cosa que paso naturalmente. Parecíamos una pareja, yo lequería preguntar cuando podía hacer un ADN, cosa que no hice y no me pareciónecesaria. Salimos muy contentos y fuimos a almorzar a un lugar cercano,conversamos de todo. Mara estaba muy contenta y tenia un brillo especial en sumirada, después de almorzar fuimos a una heladería cercana, porque teniaantojos de helado, donde se nos paso el tiempo conversando, acto seguidocruzamos al parque que estaba del otro lado de la calle y caminamos, en unmomento dado y sin darnos cuenta estábamos caminando tomados de la mano, comouna pareja, cuando sonó su teléfono nos dimos cuenta que habíamos pasado más deseis horas juntos, era su madre. Después la lleve a su casa, ella no queríairse, pero giro hacia mi, me beso muy suavemente, un beso tierno. Y me dijo queseguíamos hablando por teléfono, señalando su celular.
2 comentarios - Rompí el culo sin querer de mi cuñada 3, nueva mujer