Aun así, creí en esa promesa, “pronto lo voy a dejar”, si bien, no fue tan rápido como le creí, si ocurrió, a los tres meses le dijo que ya no podía seguir, que buscara otro camino, tampoco lo entendió, pero lo acepto. Comenzamos de nuevo donde lo dejamos, intentando recuperar el tiempo perdido, fue difícil por nosotros, ante nuestras familias también el tener que presentarles de nuevo a la misma persona, aun así, lo soportamos. Si bien llego la calma, o al menos eso parecía, el sexo fue algo que siempre estuvo presente, aunque lo disfrutábamos, notaba que no era con la misma intensidad, habíamos dejado las fantasías a un lado, pero aun cuidábamos los detalles.
Éramos de las parejas que siempre ponían música durante el sexo, era una forma de apagar nuestras voces, ya que éramos algo escandalosos, pero también servía para intensificar los sentidos, una ocasión, sonaba un tema que hablaba sobre el amor de un hombre hacia una mujer menor, sin buscarlo, a ella se le escapo durante su orgasmo un ¡siii. Javier!, esto me causo extrañes, pero a su vez me encendió, lo seguimos haciendo con gran intensidad y de nuevo, la fantasía volvía a la cama.
Tras terminar, la cuestione sobre lo ocurrido con total tranquilidad, ella acepto que recordó que esa canción se la había dedicado, no le reprimí por ello, pero si aproveche para quitarme una duda que me atormentaba hace tiempo, ¿cómo había sido su vida sexual con Javier?, ella no podía contarme con sobriedad sobre ese tema, así que recurrí a solo tocarlo cuando estábamos en la cama, eso hizo que ella estuviera más abierta a platicármelo.
Me conto que comenzó a salir con él como amigos, Javier aun salía con otras personas de su edad, nada serio, siempre le demostró a Cami que no tenía otro interés, no quería dar un paso que se fuera a mal interpretar, algunas veces salían a comer durante el trabajo, otras ya después de su horario laboral, la llevaba a restaurantes, no era a lo que como joven estaba acostumbrada, la fiesta de noche en el antro con sus contemporáneos paso a ser cena elegante con un hombre mayor. Javier la trataba con caballerosidad, los empleados de los lugares se dirigían a él con gran respeto debido a su presencia y a ella se le trataba igual, como una persona mayor o más bien, como su pareja, se sentía halagada por las atenciones y veía a Javier con otros ojos, sentía que estaba al lado de todo un hombre y eso, la hacia sentir toda una mujer.
Entre las actividades que él realizaba estaba el gimnasio, a lo que ella motivada por la curiosidad y el querer un cambio físico, le pidió ir con él, a lo cual acepto sin reparos, como tenía una membresía en pareja que ya no ocupaba como tal, le dijo que podía registrarla y así lo hicieron. Las primeras veces, Cami le pidió fueran juntos, le daba nervio ir sola, no conocía el lugar y no sabía nada sobre el gimnasio, Javier le enseño algunas cosas, el uso de los aparatos y las rutinas básicas, en unos pocos meses de constancia vio un gran cambio.
Las salidas en fin de semana después del gimnasio se hicieron obligadas, casi siempre a lugares de alto cache, por lo que ella adecuo su guardarropa a las nuevas necesidades, conmigo siempre fue ella misma, vestía de negro o colores llamativos, se pintaba el cabello, se realizaba cortes extravagantes, una chica muy alternativa y yo un poco menos. Una ocasión, después de terminar la rutina del gimnasio saldrían a cenar a unas espadas brasileñas, por lo que se ducharon, Javier se quedo impresionado cuando vio a aquella señorita salir, vestido negro, tacones, labios pintados de rojo, cabello corto bien peinado y sus anteojos grandes.
Le abrió la puerta de su auto y se subió, la llevo a ese lugar y pasaron una cena linda, el mismo trato de siempre, los mismos halagos y la mirada de ella hacia él, como si de niña enamorada se tratara, Javier no podía evitar sentirse intimidado por ella, su coquetería, sus halagos y juegos de miradas, una complicidad se estaba dando entre ellos, pese a que otros se acercaban para buscarla, Javier terminaba imponiéndose con su presencia dominante. Salieron del lugar, los dos muy animados y con algunas copas encima, la subió a su auto y se observaron, sus miradas fijas se decían todo lo que tenían que saber en ese momento, ella se acerco un poco y el se abalanzo, la tomo de la cintura y la beso en la boca, ella puso sus manos en su espalda, intentando rodearlo, pero no le alcanzaban los brazos, ella era de baja estatura y él muy corpulento.
Se detuvieron y sin decirse nada, Javier se dirigió a su departamento, entraron apresurados y llegaron a su habitación, entre besos intensos se comenzaron a recorrer con las manos, ella disfrutaba esas manos gruesas recorriéndola, él podía disfrutar de ese cuerpo joven y firme, fruto del ejercicio que realizaban, la recostó en la cama, la despojo de su vestido, ella ya iba preparada con un conjunto de lencería blanco, esto lo enloqueció, la termino de desnudar y se abalanzo sobre ella, le abrió las piernas y le dio un sexo oral que no duro, ya que el orgasmo de ella llego pronto por todo el preámbulo vivido, no era necesario prepararla más, su humedad era totalmente percibida, Javier se colocó un condón, duro como una piedra tomo su miembro y lo introduje en Cami, ella se quejaba, intentando soportarlo, en efecto, era más grande de lo que nunca había tenido dentro de ella.
Fue una sesión de sexo larga, pero muy intensa, ellos se deseaban desde hace mucho, pero no se habían dado la oportunidad de vivirlo por el que dirán, pero en ese momento ya nada era importante, solo ellos dos llegando juntos al orgasmo. Pronto volvieron en sí, pero no hubo remordimiento, continuaron saliendo de forma habitual, y cada fin de semana terminaban en su departamento teniendo sexo por horas.
En alguna ocasión, me comenta que tuvieron una reunión familiar con los padres de Javier, se las presento como amiga, pero tras la velada ellos observaron que había algo más, fue más evidente después de que se desaparecieron por un rato, habían entrado a la que era la habitación de Javier cuando era joven, si que supieran su hermano menor estaba en la habitación de al lado, tuvieron sexo ahí y su hermano los había escuchado, por lo que sus padres se enteraron y hablaron con ellos, pidiéndoles que hablaran con la verdad y confirmaran si eran pareja o no, y que no se preocuparan, ellos no veían mal la diferencia de edad siempre y cuando hubiera seriedad de las dos partes (si, casi era una calca de lo que yo había vivido con Lau en ese tiempo).
Aun así, Javier lo negó, esto la hizo sentirse mal y fue motivo de una discusión son él, esta fue la primera vez que pidió que nos viéramos de nuevo para platicar. Hubo reconciliación, pero comenzó a verlo con otros ojos, se dio cuenta que si bien, la pasaban genial juntos, solo hacían cosas que a él le gustaban, le llego la memoria de las cosas que a ella le gustaban, le pidió ir a un concierto de rock, que era lo que ella le gustaba y él no quiso, le parecía inadecuado para él, pero no le impedía ir. Sin querer, se había dado cuenta que la diferencia de edad, a veces si es importante, sobre todo por la visión del mundo que tiene cada generación, muchas veces le parecía hablar con sus padres cuando estaba con Javier.
La suma de todas las cosas la hizo tomar una decisión, terminar con él, así fue como llego la ocasión en que me pidió volver, esto ya lo había escrito anteriormente, pero ahora sabia el por que fue así su accionar. Ella estaba decidida a terminar con él y volver conmigo, así lo era al menos hasta que lo vio para decírselo, pues ahí, se dio cuenta de algo, si bien no podía verlo como pareja a futuro, había algo de él que no le era fácil dejar, el sexo.
La noche que la vi, esa que me dijo que no podía dejarlo tan fácil, solo unas horas antes había tenido sexo con él, eso le hizo difícil poder terminarlo y así fue durante los tres meses, su mente quería dejarlo, pero su cuerpo deseaba estar con él, aun en ese tiempo continuaron experimentando, entre cosas que de poco en poco me conto, supe que había tenido un retraso en su periodo y tuvo la duda, según ella le parecía imposible pues en ese tiempo lo practicaban por atrás. Sus confesiones me causaban excitación y a la vez me revolvían el estómago, conmigo en tantos años de relación siempre habíamos usado protección y nunca habíamos intentado el sexo anal, y en ese poco tiempo de su relación, Javier había estrenado el culo de Cami, la había penetrado sin condón y habría vaciado su semen en su interior hasta casi embarazarla.
Con lo fuerte de sus relatos, ella se sentía avergonzada, no quería que sus palabras me lastimaran, así que decía que solo eran invenciones suyas, una historia inventada para excitarnos y nada más, pero yo sabía que no era así. Pero a pesar de lo humillado que a veces me hacían sentir sus historias, le pedí que no dejara de contármelas, veía en su mirada la lascivia con la que recordaba esos momentos con él, me enamore de sus orgasmos siempre tan intensos, de sus ojos en blanco y su cara en éxtasis, así que como antes lo había hecho, una vez más, se lo volví a pedir
K: ¡quiero verte teniendo sexo con Javier!

Éramos de las parejas que siempre ponían música durante el sexo, era una forma de apagar nuestras voces, ya que éramos algo escandalosos, pero también servía para intensificar los sentidos, una ocasión, sonaba un tema que hablaba sobre el amor de un hombre hacia una mujer menor, sin buscarlo, a ella se le escapo durante su orgasmo un ¡siii. Javier!, esto me causo extrañes, pero a su vez me encendió, lo seguimos haciendo con gran intensidad y de nuevo, la fantasía volvía a la cama.
Tras terminar, la cuestione sobre lo ocurrido con total tranquilidad, ella acepto que recordó que esa canción se la había dedicado, no le reprimí por ello, pero si aproveche para quitarme una duda que me atormentaba hace tiempo, ¿cómo había sido su vida sexual con Javier?, ella no podía contarme con sobriedad sobre ese tema, así que recurrí a solo tocarlo cuando estábamos en la cama, eso hizo que ella estuviera más abierta a platicármelo.
Me conto que comenzó a salir con él como amigos, Javier aun salía con otras personas de su edad, nada serio, siempre le demostró a Cami que no tenía otro interés, no quería dar un paso que se fuera a mal interpretar, algunas veces salían a comer durante el trabajo, otras ya después de su horario laboral, la llevaba a restaurantes, no era a lo que como joven estaba acostumbrada, la fiesta de noche en el antro con sus contemporáneos paso a ser cena elegante con un hombre mayor. Javier la trataba con caballerosidad, los empleados de los lugares se dirigían a él con gran respeto debido a su presencia y a ella se le trataba igual, como una persona mayor o más bien, como su pareja, se sentía halagada por las atenciones y veía a Javier con otros ojos, sentía que estaba al lado de todo un hombre y eso, la hacia sentir toda una mujer.
Entre las actividades que él realizaba estaba el gimnasio, a lo que ella motivada por la curiosidad y el querer un cambio físico, le pidió ir con él, a lo cual acepto sin reparos, como tenía una membresía en pareja que ya no ocupaba como tal, le dijo que podía registrarla y así lo hicieron. Las primeras veces, Cami le pidió fueran juntos, le daba nervio ir sola, no conocía el lugar y no sabía nada sobre el gimnasio, Javier le enseño algunas cosas, el uso de los aparatos y las rutinas básicas, en unos pocos meses de constancia vio un gran cambio.
Las salidas en fin de semana después del gimnasio se hicieron obligadas, casi siempre a lugares de alto cache, por lo que ella adecuo su guardarropa a las nuevas necesidades, conmigo siempre fue ella misma, vestía de negro o colores llamativos, se pintaba el cabello, se realizaba cortes extravagantes, una chica muy alternativa y yo un poco menos. Una ocasión, después de terminar la rutina del gimnasio saldrían a cenar a unas espadas brasileñas, por lo que se ducharon, Javier se quedo impresionado cuando vio a aquella señorita salir, vestido negro, tacones, labios pintados de rojo, cabello corto bien peinado y sus anteojos grandes.
Le abrió la puerta de su auto y se subió, la llevo a ese lugar y pasaron una cena linda, el mismo trato de siempre, los mismos halagos y la mirada de ella hacia él, como si de niña enamorada se tratara, Javier no podía evitar sentirse intimidado por ella, su coquetería, sus halagos y juegos de miradas, una complicidad se estaba dando entre ellos, pese a que otros se acercaban para buscarla, Javier terminaba imponiéndose con su presencia dominante. Salieron del lugar, los dos muy animados y con algunas copas encima, la subió a su auto y se observaron, sus miradas fijas se decían todo lo que tenían que saber en ese momento, ella se acerco un poco y el se abalanzo, la tomo de la cintura y la beso en la boca, ella puso sus manos en su espalda, intentando rodearlo, pero no le alcanzaban los brazos, ella era de baja estatura y él muy corpulento.
Se detuvieron y sin decirse nada, Javier se dirigió a su departamento, entraron apresurados y llegaron a su habitación, entre besos intensos se comenzaron a recorrer con las manos, ella disfrutaba esas manos gruesas recorriéndola, él podía disfrutar de ese cuerpo joven y firme, fruto del ejercicio que realizaban, la recostó en la cama, la despojo de su vestido, ella ya iba preparada con un conjunto de lencería blanco, esto lo enloqueció, la termino de desnudar y se abalanzo sobre ella, le abrió las piernas y le dio un sexo oral que no duro, ya que el orgasmo de ella llego pronto por todo el preámbulo vivido, no era necesario prepararla más, su humedad era totalmente percibida, Javier se colocó un condón, duro como una piedra tomo su miembro y lo introduje en Cami, ella se quejaba, intentando soportarlo, en efecto, era más grande de lo que nunca había tenido dentro de ella.
Fue una sesión de sexo larga, pero muy intensa, ellos se deseaban desde hace mucho, pero no se habían dado la oportunidad de vivirlo por el que dirán, pero en ese momento ya nada era importante, solo ellos dos llegando juntos al orgasmo. Pronto volvieron en sí, pero no hubo remordimiento, continuaron saliendo de forma habitual, y cada fin de semana terminaban en su departamento teniendo sexo por horas.
En alguna ocasión, me comenta que tuvieron una reunión familiar con los padres de Javier, se las presento como amiga, pero tras la velada ellos observaron que había algo más, fue más evidente después de que se desaparecieron por un rato, habían entrado a la que era la habitación de Javier cuando era joven, si que supieran su hermano menor estaba en la habitación de al lado, tuvieron sexo ahí y su hermano los había escuchado, por lo que sus padres se enteraron y hablaron con ellos, pidiéndoles que hablaran con la verdad y confirmaran si eran pareja o no, y que no se preocuparan, ellos no veían mal la diferencia de edad siempre y cuando hubiera seriedad de las dos partes (si, casi era una calca de lo que yo había vivido con Lau en ese tiempo).
Aun así, Javier lo negó, esto la hizo sentirse mal y fue motivo de una discusión son él, esta fue la primera vez que pidió que nos viéramos de nuevo para platicar. Hubo reconciliación, pero comenzó a verlo con otros ojos, se dio cuenta que si bien, la pasaban genial juntos, solo hacían cosas que a él le gustaban, le llego la memoria de las cosas que a ella le gustaban, le pidió ir a un concierto de rock, que era lo que ella le gustaba y él no quiso, le parecía inadecuado para él, pero no le impedía ir. Sin querer, se había dado cuenta que la diferencia de edad, a veces si es importante, sobre todo por la visión del mundo que tiene cada generación, muchas veces le parecía hablar con sus padres cuando estaba con Javier.
La suma de todas las cosas la hizo tomar una decisión, terminar con él, así fue como llego la ocasión en que me pidió volver, esto ya lo había escrito anteriormente, pero ahora sabia el por que fue así su accionar. Ella estaba decidida a terminar con él y volver conmigo, así lo era al menos hasta que lo vio para decírselo, pues ahí, se dio cuenta de algo, si bien no podía verlo como pareja a futuro, había algo de él que no le era fácil dejar, el sexo.
La noche que la vi, esa que me dijo que no podía dejarlo tan fácil, solo unas horas antes había tenido sexo con él, eso le hizo difícil poder terminarlo y así fue durante los tres meses, su mente quería dejarlo, pero su cuerpo deseaba estar con él, aun en ese tiempo continuaron experimentando, entre cosas que de poco en poco me conto, supe que había tenido un retraso en su periodo y tuvo la duda, según ella le parecía imposible pues en ese tiempo lo practicaban por atrás. Sus confesiones me causaban excitación y a la vez me revolvían el estómago, conmigo en tantos años de relación siempre habíamos usado protección y nunca habíamos intentado el sexo anal, y en ese poco tiempo de su relación, Javier había estrenado el culo de Cami, la había penetrado sin condón y habría vaciado su semen en su interior hasta casi embarazarla.
Con lo fuerte de sus relatos, ella se sentía avergonzada, no quería que sus palabras me lastimaran, así que decía que solo eran invenciones suyas, una historia inventada para excitarnos y nada más, pero yo sabía que no era así. Pero a pesar de lo humillado que a veces me hacían sentir sus historias, le pedí que no dejara de contármelas, veía en su mirada la lascivia con la que recordaba esos momentos con él, me enamore de sus orgasmos siempre tan intensos, de sus ojos en blanco y su cara en éxtasis, así que como antes lo había hecho, una vez más, se lo volví a pedir
K: ¡quiero verte teniendo sexo con Javier!

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