Hola amigos de Poringa, buenas noches.
Hoy les traigo algo distinto, personal, algo que no se trata de una aventura fugaz ni de una desconocida… sino de ella, Dani, la mujer que siempre me espera en casa.
Hay algo en volver cada día y encontrarla. A veces está descalza, con el pelo larguísimo cayendo como un río oscuro sobre la espalda, otras veces con una remera ajustada que parece hecha para dejarme sin aire.
Ella no necesita demasiadas palabras: su mirada me recibe antes que su voz. Una mezcla de ternura y fuego, como si pudiera leerme el cansancio en los hombros y al mismo tiempo encenderme con un solo gesto.
La rutina con ella nunca es rutina. El sonido del termo, el aroma del mate, el detalle cotidiano que se transforma en ritual cuando es ella quien lo sostiene.
Dani convierte lo simple en hipnótico: la forma en que se acomoda el cabello detrás de la oreja, cómo se inclina apenas para servirse y deja que su silueta quede marcada en mi retina.
Lo magnético de Dani es que es cercana y real, pero también tiene ese costado oscuro que nadie sospecha. Con una sonrisa apenas torcida puede pasar de anfitriona dulce a mujer dominante que marca su propio ritmo.
Su cuerpo curvilíneo, sus labios provocadores y esa seguridad en cada movimiento hacen que el hogar deje de ser casa y se transforme en escenario.
Y lo más intenso es que no hay cámaras ni espectadores, solo ella y yo… aunque sé que, al contarles esto, de alguna manera los estoy invitando a entrar. Porque Dani no es solo mía: es ese tipo de mujer que podría quebrar la voluntad de cualquiera con solo pedirlo.
La noche cae, amigos. Yo escribo esto mientras escucho sus pasos acercarse. Sé que en segundos va a apoyarse en el marco de la puerta con esa mirada que no me deja opción.
Y ahí entenderán lo que significa tener a alguien como Dani esperándote cada día: una mezcla de calma y tormenta, la certeza de que siempre hay un lugar al que volver, pero nunca sabrás de qué manera te va a incendiar.
Nos vemos en el próximo post, y gracias por leer.
Buenas noches.
Hoy les traigo algo distinto, personal, algo que no se trata de una aventura fugaz ni de una desconocida… sino de ella, Dani, la mujer que siempre me espera en casa.
Hay algo en volver cada día y encontrarla. A veces está descalza, con el pelo larguísimo cayendo como un río oscuro sobre la espalda, otras veces con una remera ajustada que parece hecha para dejarme sin aire.
Ella no necesita demasiadas palabras: su mirada me recibe antes que su voz. Una mezcla de ternura y fuego, como si pudiera leerme el cansancio en los hombros y al mismo tiempo encenderme con un solo gesto.
La rutina con ella nunca es rutina. El sonido del termo, el aroma del mate, el detalle cotidiano que se transforma en ritual cuando es ella quien lo sostiene.
Dani convierte lo simple en hipnótico: la forma en que se acomoda el cabello detrás de la oreja, cómo se inclina apenas para servirse y deja que su silueta quede marcada en mi retina.
Lo magnético de Dani es que es cercana y real, pero también tiene ese costado oscuro que nadie sospecha. Con una sonrisa apenas torcida puede pasar de anfitriona dulce a mujer dominante que marca su propio ritmo.
Su cuerpo curvilíneo, sus labios provocadores y esa seguridad en cada movimiento hacen que el hogar deje de ser casa y se transforme en escenario.
Y lo más intenso es que no hay cámaras ni espectadores, solo ella y yo… aunque sé que, al contarles esto, de alguna manera los estoy invitando a entrar. Porque Dani no es solo mía: es ese tipo de mujer que podría quebrar la voluntad de cualquiera con solo pedirlo.
La noche cae, amigos. Yo escribo esto mientras escucho sus pasos acercarse. Sé que en segundos va a apoyarse en el marco de la puerta con esa mirada que no me deja opción.
Y ahí entenderán lo que significa tener a alguien como Dani esperándote cada día: una mezcla de calma y tormenta, la certeza de que siempre hay un lugar al que volver, pero nunca sabrás de qué manera te va a incendiar.
Nos vemos en el próximo post, y gracias por leer.
Buenas noches.
2 comentarios - La mujer que siempre me espera
4 ) Los posts de categoría RELATOS deben constituir auténticamente un "relato" y no ser una mera descripción de una situación de un par de párrafos o algún pedido, consulta; Para ello están las COMUNIDADES.