-Que rico beso.- El mensaje me llego en cuanto llegue al siguiente cliente.
-Que bueno que te gusto,- atiné a decir sin meditar mucho mi respuesta - queria más, lástima que llegó el señor ese.
-La verdad si, aunque no deberíamos hacer eso aquí en mi trabajo.
-¿Por qué no?. -Pregunte
-Por que es mi lugar de trabajo. - Me respondió tajante.
-Ijoles, será difícil besarnos fuera de tu trabajo, para ser honesto es difícil para mí escaparme de casa.
-Que lástima. -Odiaba cómo me respondía como si no le importara que no pudiéramos avanzar más, ese desinterés realmente era sumamente molesto.
-La verdad es que si, yo que quisiera hacerte muchas más cosas.
-¿Más cosas?¿Cómo que?.
-Pues muchas más, ahorita que sentí tu cuerpo cerquita me moría de ganas de tocarte más, sentir tu cintura desnuda en mis manos fue rico, tu piel es suavecita.
-Gracias, si trato de que mi piel se mantenga suavecita.
-¿Y estás suavecita de todos lados? -La plática se habia tornado sexosa y no quería perder la oportunidad de despertar la curiosidad en Maggie.
-Emmm, no se. Supongo que si.
-Si quieres te acaricio por todos lados y ya te digo si estás suavecita.
-Jajajaja, nombre, si te digo que estás canijo.
-No me culpes por querer continuar donde me quedé, la verdad me atraes mucho y aunque disimulas bien, estoy casi seguro que yo también te atraigo mucho.
-Tu presencia me hace sentirme como rara, creo que es la atracción que se siente entre nosotros- Al fin logre que aceptará que se sentía atraída por mi, no directamente, pero al menos ya había dicho que la atracción no era solo de mi parte.
-¿Y no te gustaría continuar?.
-Si, estaría rico. Pero en mi trabajo no.
-¿Y si no hay otra opción?.
-Pues ni modo, ¿Que se le va a hacer?- Nuevamente me daba el batazo de home run.
-Pues no ser tan estricta con tu regla del trabajo.
-Jajajajaja, míralo. Si no pierdes oportunidad.
-Pues soy claro y trato de llegar a más contigo, lo poco que probé me dejó con ganas. Sentir tus bubis apretarse en mi pecho solo hace que me llamen más la atención.
-¿Solo mis bubis?
-Pues no solo eso, pero por lo pronto con eso me conformo.
-Aah míralo, que conformista.
-Bueno, es un avance ¿no?. No llevo prisa, es rico que crezcan las ganas.
-En eso coincidimos, entre más ganas haya es mejor.
-Exacto ¿Entonces serás menos estricta con tu regla?
-¿Y si luego pasa lo que pasó hoy? Luego yo soy muy ruidosa.
-Tampoco es que vayamos a hacerlo ahí en tu trabajo, pero puedo llevarte atrasito a la bodega y darte besitos y así.
-Ah mira ¿y que más?.
-No lo sé, ahí vamos viendo ¿no?.
-De verdad que si estás canijo.
-¿Y mi canijes está funcionando?.
-No lo sé, veremos.
El hecho de que me haya dicho "veremos" para mí fue un "si" pero disfrazado de pureza, de castidad, de mesura. Casi como si me hubiera dicho "si, pero no creas que soy fácil".
A pesar de que tenía programada solo una visita en mi trabajo para la tienda de Maggie, a partir de ahí comencé a ir al menos dos veces por semana, siempre que el trabajo me lo permitiera, siempre con el pretexto de usar su baño.
Algunas veces al despedirnos nos quedábamos abrazados por unos minutos, luego al separar nuestros rostros terminábamos en un beso, las primeras veces eran besitos chiquitos, pero poco a poco fueron siendo un poco más largos, hasta que un día en medio de un beso tomé el valor de tocarle el trasero.
-¿Te sientes bien?.- Me dijo interrumpiendo el beso y con tono de molesta
-Muy bien- le respondi- ¿Tú no?.- Le pregunte con una sonrisa en la cara.
-¡Ya!, por hoy hemos ido demasiado lejos.
-No tanto como quiero ir.- Le dije y al mismo tiempo toque sus tetas con ambas manos, a pesar de haber sido por encima de la ropa, pude sentir la firmeza y la suavidad de ese par de melones que tanto me gustaban.
-Estas loco.- Me dijo con tono tranquilo, pero retirándome las manos.
-Un tantito si.- Le respondí y me acerque con la intención de besarla nuevamente.
-Ya te tienes que ir.- Me dijo mientras se apartaba de mi abrazo y se alejaba.
-Jejeje, ok!-. Le respondi sin ánimos de insistir más, al fin y al cabo había dado un gran paso, había logrado sentir sus tetas y sus nalgas y aunque se siguiera haciendo la difícil, en los adentros sabía que eventualmente iba a ser mía.
Aquí termina la tercera parte del la historia y les quería comentar que por el momento no he tenido oportunidad de hablar con Maggie, de hecho ni siquiera sabe que estoy escribiendo está historia. Así que lo de las fotos tal vez tomé un poco más de tiempo, suponiendo que acceda a tomarselas. Igual les seguiré avisando. Saludos!
-Que bueno que te gusto,- atiné a decir sin meditar mucho mi respuesta - queria más, lástima que llegó el señor ese.
-La verdad si, aunque no deberíamos hacer eso aquí en mi trabajo.
-¿Por qué no?. -Pregunte
-Por que es mi lugar de trabajo. - Me respondió tajante.
-Ijoles, será difícil besarnos fuera de tu trabajo, para ser honesto es difícil para mí escaparme de casa.
-Que lástima. -Odiaba cómo me respondía como si no le importara que no pudiéramos avanzar más, ese desinterés realmente era sumamente molesto.
-La verdad es que si, yo que quisiera hacerte muchas más cosas.
-¿Más cosas?¿Cómo que?.
-Pues muchas más, ahorita que sentí tu cuerpo cerquita me moría de ganas de tocarte más, sentir tu cintura desnuda en mis manos fue rico, tu piel es suavecita.
-Gracias, si trato de que mi piel se mantenga suavecita.
-¿Y estás suavecita de todos lados? -La plática se habia tornado sexosa y no quería perder la oportunidad de despertar la curiosidad en Maggie.
-Emmm, no se. Supongo que si.
-Si quieres te acaricio por todos lados y ya te digo si estás suavecita.
-Jajajaja, nombre, si te digo que estás canijo.
-No me culpes por querer continuar donde me quedé, la verdad me atraes mucho y aunque disimulas bien, estoy casi seguro que yo también te atraigo mucho.
-Tu presencia me hace sentirme como rara, creo que es la atracción que se siente entre nosotros- Al fin logre que aceptará que se sentía atraída por mi, no directamente, pero al menos ya había dicho que la atracción no era solo de mi parte.
-¿Y no te gustaría continuar?.
-Si, estaría rico. Pero en mi trabajo no.
-¿Y si no hay otra opción?.
-Pues ni modo, ¿Que se le va a hacer?- Nuevamente me daba el batazo de home run.
-Pues no ser tan estricta con tu regla del trabajo.
-Jajajajaja, míralo. Si no pierdes oportunidad.
-Pues soy claro y trato de llegar a más contigo, lo poco que probé me dejó con ganas. Sentir tus bubis apretarse en mi pecho solo hace que me llamen más la atención.
-¿Solo mis bubis?
-Pues no solo eso, pero por lo pronto con eso me conformo.
-Aah míralo, que conformista.
-Bueno, es un avance ¿no?. No llevo prisa, es rico que crezcan las ganas.
-En eso coincidimos, entre más ganas haya es mejor.
-Exacto ¿Entonces serás menos estricta con tu regla?
-¿Y si luego pasa lo que pasó hoy? Luego yo soy muy ruidosa.
-Tampoco es que vayamos a hacerlo ahí en tu trabajo, pero puedo llevarte atrasito a la bodega y darte besitos y así.
-Ah mira ¿y que más?.
-No lo sé, ahí vamos viendo ¿no?.
-De verdad que si estás canijo.
-¿Y mi canijes está funcionando?.
-No lo sé, veremos.
El hecho de que me haya dicho "veremos" para mí fue un "si" pero disfrazado de pureza, de castidad, de mesura. Casi como si me hubiera dicho "si, pero no creas que soy fácil".
A pesar de que tenía programada solo una visita en mi trabajo para la tienda de Maggie, a partir de ahí comencé a ir al menos dos veces por semana, siempre que el trabajo me lo permitiera, siempre con el pretexto de usar su baño.
Algunas veces al despedirnos nos quedábamos abrazados por unos minutos, luego al separar nuestros rostros terminábamos en un beso, las primeras veces eran besitos chiquitos, pero poco a poco fueron siendo un poco más largos, hasta que un día en medio de un beso tomé el valor de tocarle el trasero.
-¿Te sientes bien?.- Me dijo interrumpiendo el beso y con tono de molesta
-Muy bien- le respondi- ¿Tú no?.- Le pregunte con una sonrisa en la cara.
-¡Ya!, por hoy hemos ido demasiado lejos.
-No tanto como quiero ir.- Le dije y al mismo tiempo toque sus tetas con ambas manos, a pesar de haber sido por encima de la ropa, pude sentir la firmeza y la suavidad de ese par de melones que tanto me gustaban.
-Estas loco.- Me dijo con tono tranquilo, pero retirándome las manos.
-Un tantito si.- Le respondí y me acerque con la intención de besarla nuevamente.
-Ya te tienes que ir.- Me dijo mientras se apartaba de mi abrazo y se alejaba.
-Jejeje, ok!-. Le respondi sin ánimos de insistir más, al fin y al cabo había dado un gran paso, había logrado sentir sus tetas y sus nalgas y aunque se siguiera haciendo la difícil, en los adentros sabía que eventualmente iba a ser mía.
Aquí termina la tercera parte del la historia y les quería comentar que por el momento no he tenido oportunidad de hablar con Maggie, de hecho ni siquiera sabe que estoy escribiendo está historia. Así que lo de las fotos tal vez tomé un poco más de tiempo, suponiendo que acceda a tomarselas. Igual les seguiré avisando. Saludos!
1 comentarios - La señora de la tienda cap 3