Que onda gente, cuanto tiempo, regreso con un relato de algo que acaba de suceder hace no mas de 2 semanas y sigue sucediendo así que quizá haya segunda parte pero bueno.
Hace no mucho entraron personas nuevas a mi trabajo, entre ellas entró "Mari", de unos 24 años, alta, para ser mujer, 1.71 mts, muy morenita y con un culo precioso, enorme con una forma de corazón deliciosa.
Al entrar comenzamos a hablar y nos llevamos muy bien, ahí me enteré que es casada y con hijos, pero también me enteré que no le hacía ningún feo a andar de infiel, dicho por sus mismas palabras "me encanta probar de todo y cuando quiero", así que, con la confianza que ya habíamos ganado, comencé a sacar más el tema de las aventuras.
-Pues la neta si, en mi otro trabajo había un lugar para meterse a escondidas y coger chido, si me eché a uno que otro compañero- Dijo ella.
Entre plática y plática quedamos en ir a beber un día, cosa que ella propuso, por lo que yo ya me encontraba con las ganas hasta el cielo, con sus historias y con verla en el trabajo solo podía fantasear, más aun cuando se agachaba y dejaba ver ese enorme culo en sus pantalones apretados, momento en el que yo siempre sentía unas ganas tremendas de agarrarlas y nalguearlas sin piedad.
Total, pasaron los días y, al fin, llegó un fin de semana en el que pudimos darnos una escapada a beber saliendo del trabajo, para este punto yo estaba más que seguro que ella también quería coger, y no me equivocaba.
Llegamos al oxxo, compramos la bebida y nos fuimos a mi departamento, nos pusimos a beber y entre risa y risa, tema y tema, volvió el tema sexual ante lo que ella comentó que le gustaba mucho que la maltrataran y la insultaran, que ser sumisa era lo suyo, se imaginaran que ya no daba más, así que a media conversación me lancé a darle un beso, beso que fue bien recibido y que nos llevó rápidamente a meternos mano sin parar.
-Estás bien rica- le dije mientras metía mi mano por debajo de su blusa y comenzaba a buscar sus ricas tetas, pequeñas pero con unos pezones grandes y deliciosos.
-¿Si? ¿te gusta como estoy?- respondió entre gemidos
-Si, pero sobre todo me encanta este culo delicioso que te cargas putita- le contesté mientras bajaba rápidamente mis manos a esas enormes nalgas, y, casi como un botón de encendido, esta mujer pareció calentarse al doble en cuanto escuchó que la llamaba "putita", por lo que seguí por ese camino y comencé a apretar poco a poco su cuello mientras con otra mano seguía tocando todo lo que podía.
Estábamos en eso cuando suena su celular y resulta ser su marido, ante lo que ella contestó pero a mi me dio igual y yo seguí besando su cuello y acariciando todo lo que podía, ya que me prendió demasiado saber que me estaba a punto de coger a una mujer casada mientras su marido hablaba con ella.
Después de un par de minutos, en los que ella dijo que se encontraba bebiendo con una amiga, finalmente colgó, y automáticamente me levanté del sillón en el que estábamos y la tomé de la cabeza, la empujé contra mi verga, aún guardada en el pantalón, y la obligué a pasar toda su cara por mi paquete.
-¿Quieres verga verdad puta?- le dije mientras la tenía tomada del cabello.
-Si papi, quiero tu verga- dijo entre gemidos
-Entonces chúpala puta, disfruta la verga que quieres-
Ella solo asintió con la cabeza y no dudó en bajar mi pantalón y sacar mi verga, acto seguido la olió, se la pasó por la cara y comenzó a chuparla como si no hubiese un mañana, lamiendo el tronco y los huevos, chupando la cabeza y luego metiéndosela hasta el fondo, se ahogaba la sacaba, respiraba y volvía a meterla hasta el fondo, era delicioso ver a esa zorra comer verga como una adicta. En un momento la agarré con las dos mano de la cabeza y comencé a coger su boca sin piedad, la muy puta se dejó y más aún se comenzaba a tocar mientras la usaba a mi gusto.
-Date vuelta perra- le dije mientras la levantaba y le daba una cachetada. Ella no dudó y se volteó mientras se empinaba, y sin decirle nada, ella sola se separó las nalgas dejando ver toda esa delicia de culo que tenía.
-¿Tienes ganas perra?-
-Si papi, ya no aguanto, quiero tu verga, cógeme como la pinche zorra que soy-
Ya se encontraba escurriendo por montones y no dudé en metérsela de una vez, a lo que ella gemía y gemía mientras movía las nalgas para que se la metiera con aún más fuerza.
-Eres una puta infiel, te encanta coger a escondidas de tu marido-
-Si papi, me encanta, mi marido no me coge rico, por eso ando de zorra cogiendo con otros hombres-
La nalgueaba mientras la insultaba de una y mil maneras cosa que la prendía más y más, en cada metida soltaba una mezcla de grito y gemido que a mi me encantaba.
Después de un rato sentí como me iba a venir y le dije a lo que ella se agachó y comenzó a mamar como becerrita hasta que me sacó la leche y se bebió todo sin dudar, luego me lamió bien la verga hasta dejarla bien limpia.
Nos tomamos unos minutos para respirar y refrescarnos, y sin decir mucho comenzamos a buscar la ropa, ya que no debía tardar mucho en volver a casa después de estar con "sus amigas". Días después me contó en el trabajo que besó a su marido aún con el sabor de mi leche en la boca cuando llegó, cosa que me encantó.
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Espero les hay gustado gente, aún sigo con esta aventura deliciosa con esta buena amiga, así que puede llegar una continuación, espero sus opiniones, buen día.
Hace no mucho entraron personas nuevas a mi trabajo, entre ellas entró "Mari", de unos 24 años, alta, para ser mujer, 1.71 mts, muy morenita y con un culo precioso, enorme con una forma de corazón deliciosa.
Al entrar comenzamos a hablar y nos llevamos muy bien, ahí me enteré que es casada y con hijos, pero también me enteré que no le hacía ningún feo a andar de infiel, dicho por sus mismas palabras "me encanta probar de todo y cuando quiero", así que, con la confianza que ya habíamos ganado, comencé a sacar más el tema de las aventuras.
-Pues la neta si, en mi otro trabajo había un lugar para meterse a escondidas y coger chido, si me eché a uno que otro compañero- Dijo ella.
Entre plática y plática quedamos en ir a beber un día, cosa que ella propuso, por lo que yo ya me encontraba con las ganas hasta el cielo, con sus historias y con verla en el trabajo solo podía fantasear, más aun cuando se agachaba y dejaba ver ese enorme culo en sus pantalones apretados, momento en el que yo siempre sentía unas ganas tremendas de agarrarlas y nalguearlas sin piedad.
Total, pasaron los días y, al fin, llegó un fin de semana en el que pudimos darnos una escapada a beber saliendo del trabajo, para este punto yo estaba más que seguro que ella también quería coger, y no me equivocaba.
Llegamos al oxxo, compramos la bebida y nos fuimos a mi departamento, nos pusimos a beber y entre risa y risa, tema y tema, volvió el tema sexual ante lo que ella comentó que le gustaba mucho que la maltrataran y la insultaran, que ser sumisa era lo suyo, se imaginaran que ya no daba más, así que a media conversación me lancé a darle un beso, beso que fue bien recibido y que nos llevó rápidamente a meternos mano sin parar.
-Estás bien rica- le dije mientras metía mi mano por debajo de su blusa y comenzaba a buscar sus ricas tetas, pequeñas pero con unos pezones grandes y deliciosos.
-¿Si? ¿te gusta como estoy?- respondió entre gemidos
-Si, pero sobre todo me encanta este culo delicioso que te cargas putita- le contesté mientras bajaba rápidamente mis manos a esas enormes nalgas, y, casi como un botón de encendido, esta mujer pareció calentarse al doble en cuanto escuchó que la llamaba "putita", por lo que seguí por ese camino y comencé a apretar poco a poco su cuello mientras con otra mano seguía tocando todo lo que podía.
Estábamos en eso cuando suena su celular y resulta ser su marido, ante lo que ella contestó pero a mi me dio igual y yo seguí besando su cuello y acariciando todo lo que podía, ya que me prendió demasiado saber que me estaba a punto de coger a una mujer casada mientras su marido hablaba con ella.
Después de un par de minutos, en los que ella dijo que se encontraba bebiendo con una amiga, finalmente colgó, y automáticamente me levanté del sillón en el que estábamos y la tomé de la cabeza, la empujé contra mi verga, aún guardada en el pantalón, y la obligué a pasar toda su cara por mi paquete.
-¿Quieres verga verdad puta?- le dije mientras la tenía tomada del cabello.
-Si papi, quiero tu verga- dijo entre gemidos
-Entonces chúpala puta, disfruta la verga que quieres-
Ella solo asintió con la cabeza y no dudó en bajar mi pantalón y sacar mi verga, acto seguido la olió, se la pasó por la cara y comenzó a chuparla como si no hubiese un mañana, lamiendo el tronco y los huevos, chupando la cabeza y luego metiéndosela hasta el fondo, se ahogaba la sacaba, respiraba y volvía a meterla hasta el fondo, era delicioso ver a esa zorra comer verga como una adicta. En un momento la agarré con las dos mano de la cabeza y comencé a coger su boca sin piedad, la muy puta se dejó y más aún se comenzaba a tocar mientras la usaba a mi gusto.
-Date vuelta perra- le dije mientras la levantaba y le daba una cachetada. Ella no dudó y se volteó mientras se empinaba, y sin decirle nada, ella sola se separó las nalgas dejando ver toda esa delicia de culo que tenía.
-¿Tienes ganas perra?-
-Si papi, ya no aguanto, quiero tu verga, cógeme como la pinche zorra que soy-
Ya se encontraba escurriendo por montones y no dudé en metérsela de una vez, a lo que ella gemía y gemía mientras movía las nalgas para que se la metiera con aún más fuerza.
-Eres una puta infiel, te encanta coger a escondidas de tu marido-
-Si papi, me encanta, mi marido no me coge rico, por eso ando de zorra cogiendo con otros hombres-
La nalgueaba mientras la insultaba de una y mil maneras cosa que la prendía más y más, en cada metida soltaba una mezcla de grito y gemido que a mi me encantaba.
Después de un rato sentí como me iba a venir y le dije a lo que ella se agachó y comenzó a mamar como becerrita hasta que me sacó la leche y se bebió todo sin dudar, luego me lamió bien la verga hasta dejarla bien limpia.
Nos tomamos unos minutos para respirar y refrescarnos, y sin decir mucho comenzamos a buscar la ropa, ya que no debía tardar mucho en volver a casa después de estar con "sus amigas". Días después me contó en el trabajo que besó a su marido aún con el sabor de mi leche en la boca cuando llegó, cosa que me encantó.
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Espero les hay gustado gente, aún sigo con esta aventura deliciosa con esta buena amiga, así que puede llegar una continuación, espero sus opiniones, buen día.
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